Un exejecutivo de Anheuser-Busch advirtió a sus excolegas de que los conservadores estadounidenses, que constituyen su base, probablemente no olvidarían la reciente polémica transgénero.
La conmoción fue instigada por la decisión de la empresa de asociarse con la personalidad transgénero, Dylan Mulvaney, para que actuara como uno de sus portavoces.
Anheuser-Busch lanzó una edición especial de latas de Bud Light con la cara de Mulvaney para su campaña publicitaria del March Madness y para celebrar su primer aniversario como mujer.
Anson Frericks, exejecutivo de la empresa, fue entrevistado en el programa Fox & Friends Weekend, el 23 de abril, sobre el masivo rechazo de los consumidores a su marca insignia Budweiser.
Según el exejecutivo, la mayor cervecera del mundo cometía un grave error al esperar que millones de clientes enfadados olviden fácilmente la acción pro transgénero.
Muchos consumidores, bares y famosos conservadores se han sumado al boicot contra la asociación de Bud Light con Mulvaney, provocando la caída de las acciones de Anheuser-Busch al desplomarse las ventas por el fracaso de su campaña publicitaria.
Como ejemplo, Joe Penovich, propietario de la cadena de restaurantes Grills Seafood Deck y Tiki Bar, escribió una carta abierta a Anheuser-Busch en Facebook. «Yo estoy asqueado por lo que ustedes han hecho y por lo que están haciendo», escribió el propietario, según Fox Business.
«Ustedes son los causantes de la división y la ira en nuestra sociedad. Ustedes son responsables de que parte de la comunidad gay piense que Grills no les da la bienvenida. Usted sabía EXACTAMENTE lo que estaba haciendo cuando lanzó esta campaña. ¿Cómo podrían no saberlo? ¿Cerveza del buen chico (…) ¿conoce a Dylan Mulvaney? Hmm. Vamos a ver lo que eso le hace al país. NADIE es tan estúpido. Esto va mucho más allá del transgenerismo», dijo Penovich.
El CEO de Anheuser-Busch, Brendan Whitworth, intentó abordar la polémica emitiendo una declaración el 14 de abril.
Whitworth afirmó que la empresa cervecera «nunca había pretendido formar parte de un debate que divide a la gente», aunque no mencionó a Mulvaney ni la campaña publicitaria.
Anheuser-Busch da marcha atrás en la promoción transgénero
Mulvaney ganó notoriedad por primera vez el pasado mes de octubre tras preguntar al presidente Joe Biden durante su entrevista si él apoyaría proteger los cambios de sexo en los niños.
Biden respondió diciendo que se oponía a cualquier plan de los gobiernos estatales de Estados Unidos para restringir la «atención sanitaria de afirmación de género» para menores.
La ejecutiva responsable del fiasco, Alissa Heinerscheid, vicepresidenta de marketing de Bud Light, se tomó una licencia tras los llamados en todo el país a boicotear su cerveza. Ella apenas llevaba un año en el cargo.
Heinerscheid está siendo sustituida por el vicepresidente mundial de marketing de Budweiser, Todd Allen, informó AdAge el 21 de abril.
Mientras tanto, Anheuser-Busch contrató a dos consultores con experiencia en los círculos conservadores del Beltway para asesorar a la marca en su intento de recuperar a antiguos clientes.
El gigante cervecero lanzó una nueva campaña publicitaria en las redes sociales con motivos patrióticos, con la que los ejecutivos aparentemente creían que calmaría la indignación entre sus bases.
La campaña en las redes sociales fue criticada por muchos usuarios en línea, algunos de los cuales la enmarcaron como un intento hipócrita de recuperar a los conservadores indignados por la asociación con Mulvaney.
«Esa es la apuesta que ellos están haciendo. Yo creo que es una apuesta equivocada. Creo que ahora es el momento de dar marcha atrás y, para empresas como Anheuser-Busch, decir: ‘Oye, en el futuro, para marcas como Bud Light, no vamos a ser políticos. No vamos a involucrarnos en el movimiento medioambiental, social o de gobernanza porque eso no es lo que quieren los consumidores», declaró Frericks a Fox News.
Exejecutivo de Budweiser insta a la empresa a volver a sus valores básicos
Frericks, quien fue ejecutivo de Anheuser-Busch durante más de una década, culpó a grupos de inversión de la izquierda, como Blackrock, de empujar a la otrora «marca apolítica» a cumplir con la ideología de la diversidad, la equidad, la inclusión (DEI) y la ideología de los criterios ESG de concienciación ambiental, social y de gobernanza de «todas estas supuestas partes interesadas, organizaciones políticas, organizaciones activistas».
«Aquí hay un problema más fundamental que está ocurriendo en este momento en el que Anheuser-Busch tiene que elegir ante quién va a rendir cuentas (…) ¿Será ante sus accionistas? ¿O a sus llamadas partes interesadas? Permítanme explicar, históricamente, Anheuser-Busch ha tenido que rendir cuentas a sus accionistas, que son personas como bomberos, médicos, abogados que invertían en empresas como Anheuser-Busch a través de 401(k)s o sus planes de pensiones», explicó Frericks.
«En los últimos dos años, ha habido organizaciones como BlackRock, State Street y Vanguard que han impulsado este nuevo modelo de capitalismo de las partes interesadas, pidiendo a empresas como Anheuser-Busch que rindan cuentas a todas estas llamadas partes interesadas, organizaciones políticas, organizaciones activistas».
«Ellos lo hacen mediante la implementación de ESG (…) directrices en conjunto con quienes les piden que se involucren en estos temas controvertidos. Pero, por desgracia, cuando intentas serlo todo para todos, acabas siendo responsable ante nadie», agregó Frericks.
El exejecutivo de Anheuser-Busch dijo que la empresa necesita volver a sus valores básicos y centrarse en las cosas que antes disfrutaban sus clientes leales para volver a ganárselos.
“Lo que el cliente quiere con Bud Light es tener cosas que nos unan. Quieren humor. Quieren a los chicos de ‘Dilly Dilly’. Ellos quieren fútbol. Quieren las cosas que nos unen aquí como ciudadanos iguales, no necesariamente que Bud Light se involucre en controversias políticas que nos separen. Diablos, esta es una de las marcas más apolíticas que existen, compartida por demócratas y republicanos por igual”, dijo Frericks.
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