Dos exempleadas demandaron al grupo de canales de televisión deportivos ESPN debido a que fueron despedidas por negarse a recibir la vacuna contra COVID-19, alegando que la empresa violó en el proceso sus derechos y las leyes estatales y federales.
Beth Faber, exproductora de la cadena, y Allison Williams, reportera de fútbol universitario, presentaron la demanda el 11 de enero ante una corte federal de Connecticut, donde ESPN, empresa de Disney, tiene su sede.
Faber fue despedida el 9 de septiembre de 2021, después de que ESPN denegara su solicitud de adaptación religiosa a la orden de vacunación de la empresa. Williams fue despedida el 19 de octubre de 2021, después de que ESPN rechazara sus solicitudes de exención por discapacidad y creencias religiosas.
Según la demanda, los directivos de ESPN alegaron que no era posible realizar ninguna adaptación porque los recintos en los que trabajarían los empleados no aceptarían a personas no vacunadas. Pero las demandantes alegan que los demandados no hicieron ningún esfuerzo por confirmarlo e indicaron que la mayoría de los equipos de fútbol universitario y de la NFL tenían personal no vacunado, según informó la propia ESPN.
«Los demandados adoptaron de forma indebida medidas laborales adversas contra las demandantes, entre estas, despedirlas injustamente, negarles una compensación económica y, en el caso de Williams, en virtud de un contrato, y tras perjudicar intencionadamente su relación en su sector luego que ellas se quejaron de la discriminación que sufrían por sus creencias religiosas, una actividad protegida», señala la demanda.
ESPN declinó hacer comentarios o decir cuántos trabajadores fueron despedidos por negarse a recibir la vacuna.
La demanda se presentó después de que la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos emitiera cartas a Faber y Williams sobre el «derecho a demandar».
Rechazos
Faber, una productora, empezó a trabajar para ESPN en 1991 y no tenía antecedentes disciplinarios antes de que se le impusiera la orden de vacunación, según la demanda. Ella informó a la empresa de que era una católica devota que se oponía a la vacunación por motivos religiosos, incluido el cómo las empresas de vacunas utilizaban líneas celulares fetales.
«Dios y el sistema inmunológico que me ha confiado me han protegido a través de más de 1550 eventos remotos, millones de millas en viajes en avión e incontables noches en varios hoteles por todo este país y el mundo. No daré la espalda a la protección de Dios ni violaré mis sinceras creencias religiosas personales», escribió Faber, según la demanda.
En respuesta, la empresa intentó que nombrara a un sacerdote que analizara sus afirmaciones, pero ella se negó, alegando que sus creencias «son mías» y que no quería ser «interrogada» por un «experto».
Julie Walden, trabajadora de recursos humanos, respondió diciendo en un correo electrónico que Faber no había «proporcionado suficiente documentación para apoyar su solicitud de acomodación, y su solicitud es denegada». Eso se basó en parte a la negativa a nombrar a un sacerdote, según el mensaje.
ESPN retrasó el cumplimiento de la amenaza de despedir a Faber, pero finalmente la despidió en otoño de 2021, aproximadamente un mes antes de despedir a Williams.
Williams, reportera y presentadora, empezó a trabajar para ESPN en 2010 y no tenía antecedentes disciplinarios antes de que se impusiera el mandato.
La reportera solicitó una exención del mandato porque estaba intentando concebir y le preocupaba el impacto que la vacunación pudiera tener en su feto. Unos 11 meses después nació su bebé. Williams, cristiana, también solicitó una exención por motivos religiosos.
Ella dijo a su empleador que se haría las pruebas con regularidad y llevaría mascarillas, que tenía inmunidad post-infección y que no había recibido ninguna vacuna después de haber tenido una mala reacción a la edad de 12 años.
Los demandados alegaron que la empresa no podía acomodar a Williams porque los recintos exigían la vacunación y no aceptaban exenciones.
La propia ESPN informó de lo contrario. Por ejemplo, en un reportaje del 26 de agosto de 2021, la cadena declaró en una conferencia de fútbol universitario que «los estudiantes-atletas, entrenadores y personal de apoyo no vacunados se someterán a pruebas de vigilancia semanales —independientemente de que el resto del equipo esté vacunado— y se les exigirá que lleven mascarillas en las instalaciones deportivas».
ESPN señaló que la National Collegiate Athletic Association «recomendó que los atletas universitarios no vacunados se sometieran a pruebas semanales de COVID-19, llevaran máscarillas en la mayoría de las situaciones y estuvieran en cuarentena si se exponían al virus, mientras que las personas vacunadas pueden evitar las pruebas rutinarias».
«ESPN conjuró un molestia que simplemente no existía y que no se ajustaba a la realidad», declararon las demandantes.
Demanda alega discriminación
La demanda alega discriminación religiosa, o violación del Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que establece en parte que los empleadores no pueden «no contratar o negarse a contratar o despedir a cualquier persona, o discriminar a cualquier persona con respecto a su remuneración, términos, condiciones o privilegios de empleo, debido a su raza, color, religión, sexo u origen nacional».
También alega un entorno laboral hostil basado en la religión y represalias, u otras dos violaciones de la Ley de Derechos Civiles, violaciones de la ley de Connecticut, violaciones de la Ley de Libertad Religiosa y Restauración, violaciones de derechos constitucionales y una violación de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades de 1990. Como prueba, la demanda cita a Walden diciendo a Faber en un momento dado que «tal vez Dios te ha llevado a una nueva carrera, cuando Dios cierra una puerta, abre otra».
Las exempleadas solicitan a la corte que dicte sentencia a su favor, les conceda el pago de salarios previstos y atrasados y daños compensatorios y punitivos, así como cualquier otra reparación que la corte considere adecuada.
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