La carrera para suceder a Jaime Harrison como nuevo presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC) comenzó el 18 de noviembre con la candidatura del exgobernador de Maryland, Martin O’Malley.
O’Malley, que también fue alcalde de Baltimore entre 1999 y 2007 y se presentó brevemente a las primarias presidenciales demócratas de 2016, dijo que renunciaría como director de la Administración de la Seguridad Social para optar al puesto de presidente del DNC.
«Debemos conectar nuestro partido con el lugar más importante de Estados Unidos: La mesa de la cocina del hogar de cada familia. Empleo, oportunidades y seguridad económica para todos. Hacer las cosas. Esperanza. Una estrategia en 50 estados. Ahora», escribió en un post del 18 de noviembre en X.
The New York Times fue el primero en informar sobre la candidatura de O’Malley.
Con la salida anticipada de Harrison de la dirección del DNC, O’Malley es el primero en dar un paso al frente y anunciar su candidatura. Otros posibles aspirantes son el presidente del Partido Demócrata-Granjero-Laboral de Minnesota, Ken Martin, el líder del Partido Demócrata, Ben Wikler, el anterior zar de las infraestructuras de la Casa Blanca, Mitch Landrieu, y el embajador de Estados Unidos en Japón, Rahm Emanuel.
El puesto, de cuatro años de duración, debe estar cubierto antes del 1 de marzo de 2025, según los estatutos del partido. Con la derrota de la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones presidenciales de 2024, quien tome las riendas del DNC tendrá la tarea de formular una visión de trabajo para el partido de cara a las elecciones de mitad de mandato de 2026 y más allá.
Esa persona también presidirá el proceso de nominación del partido en 2028, lo que podría dar al nuevo presidente del DNC un impacto considerable sobre quién se presenta como candidato del partido en las próximas elecciones presidenciales.
Harrison enfrentó críticas por respaldar al presidente Joe Biden cuando otros líderes del partido comenzaron a cuestionar la viabilidad de una campaña de reelección, algunos antes de la muy escrutada actuación del presidente en el debate de junio contra el republicano Donald Trump, un catalizador central para el abandono de Biden de la carrera.
Los demócratas también han empezado a señalar a otros como culpables de la derrota de Harris: los moderados culpan al ala progresista de torpedear su campaña con políticas identitarias, y los progresistas culpan al establishment del partido de abandonar los mensajes sobre la clase trabajadora.
O’Malley ya se postuló para dirigir el DNC en 2016, pero abandonó días después. En una entrevista con The New York Times, el exgobernador de Maryland dijo que el partido necesita «un gran examen de conciencia» y debería «centrarse en solucionar el problema y no en culpar a los demás».
Al reflexionar sobre el éxito de los anteriores presidentes del DNC, O’Malley destacó la estrategia de 50 estados del expresidente Howard Dean, que dirigió los recursos del partido a todos los estados del país en lugar de limitarse a los campos de batalla. Dean, que se presentó brevemente a las primarias presidenciales demócratas de 2004, atribuyó la aplastante victoria del expresidente Barack Obama en 2008 a su estrategia de los 50 estados.
«Estoy centrado en escuchar y aprender y colaborar con los 440 hombres y mujeres que tienen que recoger los pedazos para que nuestro país avance», dijo O’Malley, que también fue presidente de la Asociación de Gobernadores Demócratas de 2011 a 2013. El DNC cuenta con 440 miembros con derecho a voto que elegirán al nuevo presidente y a otros cargos entre el 1 de enero y el 1 de marzo de 2025.
The Epoch Times se puso en contacto con O’Malley para que hiciera comentarios.
Con información de The Associated Press
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