Luego de su esperado viaje a China, la declaración de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre el tratamiento de los grupos minoritarios en Xinjiang provocó fuertes críticas, que llegaron incluso a exigir su dimisión.
En una conferencia de prensa el 28 de mayo, Bachelet enfatizó que su viaje a China no fue una investigación sino una oportunidad para discutir temas de derechos humanos con altos funcionarios y «preparar el camino» para continuar las conversaciones. Luego elogió a China por su trabajo sobre la pobreza y la igualdad de género.
«En la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, he planteado preguntas y preocupaciones sobre la aplicación de medidas antiterroristas y de desradicalización y su amplia aplicación, en particular su impacto en los derechos de los uigures y otras minorías predominantemente musulmanas», decía su declaración.
Bachelet hizo una «burla» de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU al adoptar la narrativa de Beijing, dijo Rushan Abbas, fundador y director ejecutivo de la organización Campaign for Uyghurs, con sede en Washington DC.
“Bachelet repite como loros del PCCh [Partido Comunista Chino] puntos de conversación como ‘anti-terrorismo’ y ‘desradicalización’. Cooptar la narrativa ‘antiterrorista’ de Beijing legítima el genocidio de China», dijo Abbas en un correo electrónico a la Voz de América.
Grupos de derechos humanos y algunos países occidentales acusan al régimen de China de crímenes contra la humanidad que incluyen detener a más de un millón de uigures y otras minorías étnicas musulmanas turcas en campamentos y someterlos a tortura, esterilización y trabajos forzados, acusaciones que el régimen ha negado. Beijing ha descrito las instalaciones como centros de educación y formación profesional.
Tras su visita, Bachelet dijo que funcionarios del régimen chino le aseguraron que estos centros habían sido «desmantelados».
Respuesta en las redes sociales
En un tuit, Abbas dijo que Bachelet descuidó su mandato y exigió su renuncia.
Nikki Haley, exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, tuiteó que Bachelet «debería ser despedida por mirar hacia otro lado ante el genocidio durante su gira de propaganda china».
El miércoles, la Comisión Ejecutiva del Congreso de EE.UU. sobre China sostuvo en un tuit que Bachelet no habló en nombre de los «uigures reprimidos» y la instó a publicar un informe sobre Xinjiang y «hablar honestamente» en la próxima sesión de derechos humanos de la ONU sobre cómo se trata a los uigures en China. «Salvo eso, debería ser reemplazada cuando expire su mandato en septiembre».
En septiembre pasado, Bachelet dijo que su oficina estaba finalizando un informe sobre denuncias de «graves violaciones de los derechos humanos» en Xinjiang.
Respuesta de la ONU
Liz Throssell, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), dijo que como con todos los informes de la oficina, una vez que sea definitivo, el informe se compartirá con las autoridades para comentarios fácticos» antes de su publicación.
«El informe deberá actualizarse con nuestras interacciones y observaciones de la visita», dijo Throssell a la Voz de América en un correo electrónico.
“Pensé que ella [Bachelet] sabe lo que es ser una prisionera política, torturada y atormentada por sus creencias y por lo que es”, dijo Abbas a VOA. «Por lo tanto, tenía algunas expectativas positivas de ella».
Como miembro del grupo de Jóvenes Socialistas en Chile en la década de 1970, Bachelet fue encarcelada, junto con su madre, bajo el régimen militar del dictador chileno Augusto Pinochet. Su padre murió después de ser torturado en 1974. Fue presidenta de Chile durante dos mandatos antes de ser nombrada alta comisionada de derechos humanos de la ONU en septiembre de 2018.
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