Los líderes financieros del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron recientemente a aumentar la diversificación de la cadena de suministro global. Un experto describió el movimiento como «deschinatización».
La reunión de ministros de Finanzas del G7 en Niigata, Japón, finalizó el 13 de mayo y sentó las bases para la Cumbre de Líderes del G7 en Hiroshima, del 19 al 21 de mayo.
Según un reportaje de Reuters, los líderes del G7 están listos para discutir las preocupaciones sobre el uso de la «coerción económica» por parte de China en sus tratos en el extranjero como parte de su declaración conjunta en la próxima Cumbre del G7, citando a un funcionario estadounidense anónimo.
Según se informa, la declaración incluirá “una sección específica para China” que enumera una variedad de preocupaciones.
Como componente central del comunicado general de la cumbre, también se espera que la declaración esté acompañada de una propuesta más amplia sobre cómo las siete economías avanzadas trabajarán juntas para contrarrestar la «coerción económica» de cualquier país, según el informe.
El G7 incluye a Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá. Además, la Unión Europea es un miembro no enumerado.
Los países del G7, que representan un tercio de la actividad económica mundial, tienen estrechos vínculos económicos y comerciales con China.
China es el exportador más grande del mundo y un mercado clave para muchas empresas de las naciones del G7.
RISE: Mejora de la cadena de suministro resiliente e inclusiva
En la Reunión de ministros de Finanzas del G7, los países acordaron lanzar un nuevo esquema para diversificar las cadenas de suministro globales para fines de 2023 “a más tardar”.
El esquema, denominado RISE (Mejora de la cadena de suministro resiliente e inclusiva), ofrecería ayuda a los países de ingresos bajos y medianos, permitiéndoles desempeñar un papel más importante en la cadena de suministro de productos relacionados con la energía.
La medida tiene como objetivo reducir la dependencia hacía China de los demás países en muchas áreas estratégicas, como permitirles refinar y procesar minerales y fabricar piezas localmente.
“La diversificación de las cadenas de suministro puede contribuir a salvaguardar la seguridad energética y ayudarnos a mantener la estabilidad macroeconómica”, según un borrador final de su comunicado visto por Reuters.
El comunicado subraya que el G7 trabajará para garantizar que la inversión extranjera en infraestructuras críticas no socave la soberanía económica de los países anfitriones.
Como presidencia rotatoria del G7 este año, Japón también invitó a países que no pertenecen al G7, incluidos Corea del Sur, India y Brasil, a asistir a la reunión de la cadena de suministro ampliada.
Shi Shan, experto en China y comentarista de actualidad, habló con The Epoch Times sobre lo que supondrá este creciente énfasis en la diversificación de la cadena de suministro.
“Esta reunión del G7 es un cambio importante en la estructura de la economía global”, dijo Shi el 14 de mayo. “Este cambio establece nuevas reglas para la dirección de la economía global durante al menos los próximos 30 años, y su impacto será significativo», dijo.
“Este cambio en la cadena de suministro global es, por supuesto, la deschinatización”.
Shi dijo que la discusión en torno a la reestructuración de las cadenas de suministro globales esta vez incluye a los países desarrollados y a las economías en desarrollo y emergentes.
“Esto va a tener un gran impacto en las próximas décadas, y China se mantendrá al margen”, dijo.
“El tema central de la reunión del G7 no es excluir a China sino lograr la separación con China respecto tecnologías clave y materias primas para los principales productos”.
Según Shi, esta reestructuración de la cadena de suministro cubre dos elementos principales: Reducir la monopolización de China en materias primas críticas; evitar que la fabricación de alta tecnología y precisión, incluida la fabricación de precisión mecánica y química, se coloque en China.
“En otras palabras, China puede continuar participando en la cadena de suministro global, pero [bajo el nuevo esquema del G7] solo puede producir productos de gama media e inferior, como bienes de consumo ordinarios y de baja tecnología”, dijo Shi.
“Las últimas tecnologías, como los semiconductores de gama alta, pronto estarán fuera del alcance de China”.
“La trampa de las rentas medias”
Shi dijo que el nuevo esquema del G7 evita que China transforme su economía y mejore sus industrias en el futuro, creando una «trampa de ingresos medios» para la nación.
“En esta etapa, la fuerza laboral [de China], los recursos, la tierra y el mercado de productos básicos de bajo costo han alcanzado su punto máximo. Si su economía desea seguir creciendo, debe mejorar sus industrias, lo que significa alta tecnología y fabricación de precisión. La decisión del G7 de reestructurar la cadena industrial básicamente ha bloqueado este camino”.
Shi agregó que Beijing aprendió en los últimos años que ya no puede obtener tecnología de Estados Unidos, por lo que recurrió a países como Alemania, Francia y Japón. Pero ahora Japón se ha alineado completamente con EE.UU., y solo quedan Francia y Alemania.
“Pero si la Unión Europea está de acuerdo con este plan general, el PCCh (Partido Comunista Chino) ahora enfrentará un gran problema”.
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