El suministro de las vacunas contra COVID-19 de ARNm debe suspenderse de inmediato, ya que están causando “un nivel de daño sin precedentes, incluida la muerte de jóvenes y niños”, dijo Retsef Levi, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
“Esto ya no es una teoría”, dijo el profesor a The Epoch Times, refiriéndose a los hallazgos que vinculan las vacunas de ARNm con la miocarditis, una inflamación del corazón potencialmente mortal. “Estos son hechos probados que básicamente socavan cualquier sensación de seguridad sobre estas vacunas».
Durante más de 30 años, Levi ha trabajado intensamente en los ámbitos de la analítica y modelado, estudiando cuestiones de gestión de riesgos en el contexto de los sistemas sanitarios y las políticas de salud. Principalmente, analizando conjuntos de datos para ver qué revelan sobre aspectos como la calidad, la seguridad y los riesgos.
En su aparición en el programa “American Thought Leaders” de EpochTV en noviembre de 2022, Levi habló sobre su estudio que mostró una correlación entre un aumento del 25 por ciento en las llamadas de emergencia por ataques cardíacos entre israelíes jóvenes y saludables a principios de 2021 y los extensos esfuerzos de vacunación con ARNm del país. Si bien el estudio ciertamente debería justificar una investigación en profundidad, argumentó, se necesitarán más pruebas que una simple correlación para poner fin a todos esos programas de vacunación.
«La principal pregunta que debemos hacernos es: ¿Tenemos suficientes pruebas de este estudio y de muchos otros estudios para decir ‘alto’?», dijo en ese momento.
En una declaración en video que compartió el lunes en Twitter, Levi dijo que ahora ha visto una cantidad sustancial de pruebas de que el riesgo de morir por miocarditis provocada por las vacunas de ARNm es superior a los beneficios que esas vacunas tienen que ofrecer.
“En este momento, todos los programas de vacunación de ARNm contra COVID deben detenerse de inmediato”, dijo en la declaración en video de seis minutos y medio, que se volvió viral con al menos 1.5 millones de visitas en solo un día.
«A estas alturas, creo que las pruebas acumuladas son concluyentes y confirman nuestra preocupación de que las vacunas de ARNm causan efectivamente paros cardiacos repentinos como secuela de la miocarditis inducida por la vacuna. Y este es posiblemente solo un mecanismo por el que causan daño», dijo el profesor, señalando su análisis de los datos de los servicios nacionales de emergencia de Israel, que sugirieron un aumento del 25 por ciento en la causa de «diagnóstico de paro cardíaco» entre los jóvenes israelíes en la primera mitad de 2021, exactamente cuando el gobierno lanzó una campaña de vacunación masiva. «Los datos del Reino Unido, Escocia y Australia replican los datos de Israel».
Más pruebas
Levi apuntó a dos estudios sobre los efectos cardíacos adversos posteriores a la vacunación entre jóvenes sanos. Un estudio centrado en estudiantes jóvenes en Tailandia identificó un caso de miopericarditis y cuatro sospechas de miocarditis subclínica entre 202 niños que recibieron la segunda dosis de la vacuna. El otro estudio, de Suiza, informó que casi el 3 por ciento de los jóvenes vacunados o vacunados con refuerzo desarrollaron “daños leves en las células del músculo cardíaco”.
En comparación con los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. sobre la miocarditis sintomática tras la vacunación (pdf), la miocarditis subclínica observada en esos estudios parece ser varios cientos de veces más común.
«El riesgo de tener síntomas cardiovasculares anormales y negativos importantes tras la vacunación es de entre uno de cada 30 y uno de cada 50», explicó Levi a The Epoch Times. «Es inimaginable en términos de seguridad, especialmente en una población de jóvenes sanos».
Según Levi, también se confirma la preocupación de que la miocarditis inducida por la vacuna de ARNm pueda finalmente causar la muerte, citando un estudio alemán basado en los resultados de autopsias. En ese artículo, los investigadores alemanes informaron que descartaron todas las posibles causas de muerte excepto la miocarditis en varias personas que murieron repentinamente en su domicilio luego de haberse vacunado.
“Esto ya está más allá de la decisión de si necesita detener el programa [de vacunación] o no”, dijo Levi a The Epoch Times. “Para ponerlo en perspectiva, hemos retirado medicamentos del mercado por un nivel de riesgo mucho, mucho menor”.
También hay otra indicación del mecanismo subyacente del daño, y tiene que ver con la forma fundamental en que funciona la vacuna de ARNm, según Levi.
Para ensamblar una dosis de vacuna contra COVID de ARNm, la espícula del virus COVID se codifica primero en moléculas de ARNm, que luego se envuelven en bolas de grasa llamadas nanopartículas lipídicas antes de sellarse finalmente en un vial de cristal. En respuesta a la vacuna, las células del cuerpo del receptor producirán proteínas que se asemejan a las espículas, desencadenando una reacción autoinmune.
“La suposición fundamental, para afirmar que estas vacunas son seguras, es que cuando se inyecta esta vacuna, el ARNm, la espícula y los lípidos permanecen localmente en ese músculo y desaparecen del cuerpo”, explicó. «Pero ahora sabemos que esta suposición no es cierta: el ARNm y los lípidos en realidad están penetrando en el sistema sanguíneo».
“Todavía no sabemos cómo exactamente, pero es más que un fenómeno insignificante”, agregó Levi. “Todos los sistemas de órganos de su cuerpo están expuestos a riesgos importantes directamente por la espícula, que sabemos que es la parte más tóxica del virus”.
Una apuesta mortal
El profesor del MIT describió además el acto de obligar a las personas a vacunarse como una apuesta irrazonable y peligrosa, especialmente dado que la versión predominante de COVID está causando una enfermedad significativamente menos grave que sus predecesores.
«Esencialmente, vacunarse ahora es casi como una ruleta rusa—cada vez que lo haces, te juegas lo que va a pasar», declaró a The Epoch Times. «Creo que es una locura aplicar este tipo de apuesta a personas sanas».
Cuando se le preguntó por las opciones de cara al futuro desde el punto de vista de la gestión de riesgos, Levi respondió que cree que la mejor apuesta es confiar en la inmunidad natural y centrarse en el tratamiento temprano de la infección por COVID. Pero una tarea más importante para las autoridades de salud pública, dijo, tiene que ser reparar la confianza que se ha roto durante la pandemia.
“Creo que la preocupación número uno en este momento no es sobre la vacuna contra COVID-19, sino sobre la confianza que la gente debería tener”, dijo el profesor. “Es fundamental que la gente confíe en que lo que se dice e informa se basa en la transparencia, la honestidad y el interés por el bienestar de las personas en el centro de las consideraciones».
«Creo que en los dos últimos años esto se ha roto por completo», añadió. «Creo que tenemos que restaurarlo siendo muy transparentes sobre lo que ha ocurrido, y cambiar realmente los fallos sistemáticos que hemos visto».
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