Los chatbot de IA, como ChatGPT, podrían convertirse en una amenaza real si son controlados por una potencia opresora como China y Rusia, según Rex Lee, asesor de ciberseguridad de My Smart Privacy.
Señaló el comentario reciente del científico informático británico Geoffrey Hinton, el «padrino de la IA», quien recientemente dejó su puesto como vicepresidente y compañero de ingeniería en Google.
En una entrevista con The New York Times, Hinton dio la voz de alarma sobre la capacidad de la inteligencia artificial (IA) para crear imágenes, fotos y textos falsos hasta el punto de que la persona promedio «ya no será capaz de saber lo que es verdad».
Lee compartió esta preocupación: «Una preocupación legítima es la posibilidad de que la IA ChatGPT, o la IA en general, se utilice para difundir información errónea y desinformación en Internet”.
“Pero ahora, imagina un gobierno a cargo de esta tecnología o gobiernos opresores como China o Rusia con esta tecnología. De nuevo, está siendo entrenada por humanos. En la actualidad, Google y Microsoft entrenan esta tecnología con fines lucrativos. Pero ahora, si añadimos un gobierno, se convierte en una amenaza mucho mayor”, dijo Lee a “China in Focus” en NTD, el medio de comunicación filial de The Epoch Times.
Expresó su preocupación de que con la ayuda de AI, el Partido Comunista Chino (PCCh) pueda exacerbar sus prácticas de abuso a los derechos humanos.
«Si vemos esto en manos de un gobierno, como China y el PCCh, e imaginamos que programan la tecnología para oprimir o suprimir los derechos humanos, y también para censurar noticias e identificar a disidentes en Internet, etc., de modo que puedan encontrar a esas personas y arrestarlas, entonces se convierte en una enorme amenaza», afirmó.
Según Lee, la tecnología de IA también podría permitir al régimen comunista intensificar su campaña de desinformación en las redes sociales en Estados Unidos a una velocidad sin precedentes.
“Imagínese ahora que tiene más de 100 millones de usuarios de Tiktok en Estados Unidos que ya están siendo influenciados por China y el PCCh a través de la plataforma. Pero ahora, piénselo de esta manera, están siendo influenciados a la velocidad de un jet—agrega IA a eso, entonces pueden ser influenciados a la velocidad de la luz. Ahora se puede llegar a millones de personas, literalmente miles de millones de personas, literalmente en cuestión de segundos con esto y la desinformación que puede ser difundida», dijo.
“Y ahí es donde se vuelve muy aterrador… cómo puede ser usado políticamente y/o por malos actores, incluidos los cárteles de la droga, y actores criminales que también pueden tener acceso a la tecnología”, agregó.
Eliminación de puestos de trabajo
Lee señaló que Hinton también expresó su preocupación por la centralización de la IA en las Big Tech.
«Una de sus preocupaciones era que Microsoft había lanzado la IA abierta ChatGPT, por delante de Bark de Google, que es su chatbot, y él sentía que Google se estaba precipitando en el mercado para competir contra Microsoft», dijo Lee.
«Otra gran preocupación es la eliminación de puestos de trabajo… esta tecnología puede y va a eliminar una gran cantidad de puestos de trabajo que están ahí fuera, que se está convirtiendo en una preocupación más grande», dijo, y agregó que la IA puede eliminar puestos de trabajo «que puede hacer un chatbot de computadora automatizado, principalmente en el área de servicio al cliente, pero también en programación de computadoras».
Mitigar las amenazas
Lee definió ChatGPT como «un transformador preentrenado generado», que según dijo es «básicamente el transformador, y está programado por humanos y entrenado».
Así, consideró que los factores humanos son la mayor preocupación.
“Básicamente, la IA es como un bebé recién nacido; se puede programar para bien, como un niño. Si los padres crían a ese niño con mucho amor, cuidado y respeto, el niño crecerá para ser amoroso, afectuoso y respetuoso. Pero si se le cría como un animal salvaje y se cría en la naturaleza, como dejar que la IA aprenda por sí misma de Internet sin controles ni parámetros, entonces no se sabe lo que se va a conseguir», dijo.
Para mitigar tal amenaza, Lee sugirió que los reguladores que la entienden a nivel minucioso trabajen con estas empresas para ver cómo la programan y qué algoritmos utilizan para programarla.
«Y tienen que asegurarse de que lo están entrenando con los parámetros adecuados para que no se convierta en un peligro no solo para ellos, sino también para sus clientes».
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