El 21 de noviembre, los residentes de Chile votarán en lo que muchos han llamado las elecciones presidenciales más dividida desde que la nación regreso a la democracia en 1990.
De un grupo de siete candidatos, hay dos candidatos principales, según las encuestas de opinión nacionales.
José Antonio Kast, de 55 años, excongresista de derecha, y Gabriel Boric, de 35 años, miembro de la coalición del partido comunista que ocupó dos mandatos en la Cámara de Diputados.
Le siguen de cerca en las encuestas Sebastian Sichel, exministro del actual presidente Sebastián Piñera, y Yasna Provoste, senadora del Partido Demócrata Cristiano.
Un experto opina
El profesor universitario chileno y experto en ciencias políticas Robert Funk explicó por qué estas elecciones son complicadas: una gama diversa de candidatos, algunos de los cuales están fuera del marco político establecido.
«El resultado más interesante serán las elecciones del Congreso, que es clave para cualquier presidente que intente aprobar leyes», dijo Funk a The Epoch Times.
Sin embargo, en lo que respecta a los candidatos presidenciales, Funk fue sincero acerca de sus impresiones: ninguno de los favoritos tiene el proverbial boleto dorado para Chile.
Boric, que apunta a implementar un «modelo socialdemócrata» para los sistemas de pensiones y salud de la nación, no tiene el tipo de plan que Chile necesita para avanzar con éxito y «se quedará corto», según Funk.
Además, los vínculos de Boric con el partido comunista han generado preocupación para algunos.
“Su verdadera fuerza [en el partido comunista] radica en sus sindicatos de estudiantes y trabajadores. Tienen mucha presión en las calles. Es una gran incógnita qué papel desempeñarían en el gobierno de Boric», dijo.
Por otro lado, «Kast sería un desastre», dijo Funk.
Explicó que, aunque Kast probablemente sería una bendición para la economía, él considera que una mayor división social e inestabilidad sería el resultado inevitable de la postura extrema de Kast sobre ciertos temas, que muchos consideran que recuerda al antiguo dictador Augusto Pinochet.
Kast ha sido llamado el «Bolsonaro chileno», cuya retórica tiene similitudes con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien históricamente ha adoptado una postura firme en la lucha contra el comunismo en América Latina.
“Yasna [Provoste] tiene el plan mejor desarrollado y más equilibrado”, dijo Funk, y señaló que sus políticas son más centristas.
Funk predice que surgirá un “congreso más dividido” tras las elecciones, lo que creará dificultades para cualquier candidato que acabe ganando la presidencia.
Identificar los problemas clave
La nación es un campo de batalla político sobre varios temas clave, tales como la estructura y la distribución del sistema nacional de pensiones, los costos y la calidad de la educación privada y la brecha entre la atención médica pública y privada.
Los costos de la atención médica también se han convertido en un punto de fricción para los votantes, ya que, según una encuesta, solo el 29% de los chilenos valora positivamente su sistema médico.
Los votantes que se inclinan por la candidatura conservadora también han expresado su preocupación por los problemas de inmigración, que permanecen a la vanguardia de las noticias recientes luego de que los residentes de la ciudad de Iquique quemaran un campamento de migrantes en septiembre.
“Sería una locura elegir a alguien vinculado al comunismo. Necesitamos enfocarnos en la economía y en la situación migratoria”, dijo Matías Muñoz a The Epoch Times, residente de Puerto Montt.
“Chile es un país pequeño y nos han bombardeado [con inmigrantes]”.
Muñoz, cuya familia cuenta con miembros que trabajan en el sector minero, cree que los problemas de igualdad social pierden importancia en comparación con el hecho de poder poner comida en la mesa.
“¿Qué pasa cuando nos quedamos sin pensión y menos trabajos porque los inversionistas extranjeros se retiran? Eso es lo que se obtendrá con un izquierdista».
En el otro extremo del espectro, algunos chilenos creen que el candidato de izquierda, Boric, representa una esperanza para abordar la desigualdad de los ingresos.
Maya Torres, residente de Santiago, dijo a The Epoch Times: “Nuestra atención médica y nuestra educación [privada] son absurdamente caras. Este país necesita un líder que se preocupe por el acceso de todos, no solo de los ricos».
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