Ha surgido nueva evidencia que apunta a los crímenes de sustracción forzada de órganos del régimen chino, dijo Ethan Gutmann, investigador de estudios de China en la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo, en la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa 2022.
Gutmann informó sobre su último hallazgo: Una instalación que contiene un hospital rodeado de un campo de trabajo de 33,000 personas en Xinjiang, la región del noroeste de China que ha estado sujeta a la prohibición de importaciones por parte de Estados Unidos por trabajo forzoso desde fines del mes pasado.
Según estimaciones de investigadores, el régimen chino ha detenido a más de un millón de uigures y a personas de otras minorías étnicas en campos de internamiento en la región occidental de Xinjiang, donde son sometidos a torturas, violaciones, trabajos forzados y adoctrinamiento político por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). El gobierno de Estados Unidos y otras democracias occidentales han calificado las acciones de Beijing como un genocidio.
“A menos de un kilómetro de distancia, hay otro campo de trabajo para 16,000 personas y un crematorio”, dijo Gutmann al programa “China Insider” de EpochTV.
“A veinte minutos en automóvil, tienes un aeropuerto con un carril verde, que es un carril rápido de órganos humanos, solo para exportación, fuera de Xinjiang”, agregó.
Según el experto, los órganos fueron trasladados a un hospital cerca de Shanghai,
“Después de que se construyó este campamento, los trasplantes de riñón en el hospital aumentaron un 100 por ciento, mientras que los trasplantes de hígado aumentaron un 200 por ciento”, dijo Gutmann.
En su estimación, entre 25,000 y 50,000 uigures son asesinados por sus órganos cada año, una cifra parecida a las estimaciones dirigidas a los practicantes de Falun Gong.
Como autor del libro “The Slaughter” (La Masacre), Gutmann recordó el relato de un testigo que describía cómo el crematorio apestaba a huesos humanos ardiendo al pasar todos los días.
Practicantes de Falun Gong y uigures
Según Gutmann, el trasplante ilegal de órganos se ha convertido en una industria en China después que el PCCh experimentará asesinando a los practicantes de Falun Gong para obtener sus órganos.
Cuando las fuentes de órganos de los practicantes de Falun Gong parecieron agotarse entre el 2013 y 2014, las autoridades lanzaron una campaña en nueve provincias. La policía entró en las casas de los practicantes de Falun Gong y obtuvieron por la fuerza pruebas de sangre y ADN.
Gutmann dice que la medida tenía como objetivo guardar datos para determinar los tejidos compatibles.
“Esto está configurando la posibilidad de utilizar a estas personas como fuentes de órganos”, dijo.
“Así es como se expandió a todas las provincias de China. Así fue como pasaron de 10,000 trasplantes por año, a algo entre 60,000 y 100,000 trasplantes por año”, dijo Gutmann sobre sus estimaciones.
Más tarde, con la aparición de este campamento en 2016, el régimen chino lanzó tipos similares de pruebas en todos los uigures mayores de 12 años.
«Pero [la extracción ilegal de órganos] se concentró en una sola instalación, lo que hizo mucho más fácil que Occidente lo ignorara», señaló Gutmann.
Con alrededor de 1 a 2 millones de uigures en campos de trabajo, el Partido Comunista Chino también tiene a mano una enorme granja de tejidos disponibles.
Engañados por el régimen
A pesar de la creciente atrocidad en curso, la comunidad médica parece seguir siendo engañada por la retórica del régimen chino.
De acuerdo con Gutmann, muchos médicos en Occidente han querido ayudar a China en esta área, afirmando que el régimen está tratando de reformarse y que “pueden haber hecho algunas cosas terribles, es decir, la sustracción de órganos, en el pasado”, pero según ellos eso es el pasado y deben mirar al futuro.
Sin embargo, la creciente evidencia ha demostrado, en opinión de Gutmann, que esto es lo contrario.
«Cualquiera que quiera reformar el sistema médico de China, o que quiera hacer algo cooperativo, tiene que enfrentarse a las pruebas que acabo de dar», dijo.
“Tienen que comenzar explicando: ‘¿Qué está haciendo el hospital de trasplantes en un campo de trabajos forzados durante el COVID?’”, dijo.
“Es una locura que médicos inteligentes, razonables y éticos del oeste se vinculen a esto. Eso es un grave peligro para el mundo médico”, dijo Gutmann.
Desde 2006, ha surgido una plétora de investigaciones y testimonios sobre los abusos del régimen chino en materia de trasplantes de órganos.
El Tribunal de China, con sede en Londres, concluyó en 2019 que el régimen chino, durante años, ha estado matando a presos de conciencia por sus órganos para trasplantes en una escala sustancial, una práctica que aún continúa. Concluyó que tales acciones equivalían a crímenes contra la humanidad y que las principales víctimas han sido practicantes de Falun Gong encarcelados.
Aunque el PCCh anunció en 2014 que ponía fin a su práctica de usar los órganos de sus prisioneros, la evidencia desde entonces muestra que China ha estado intensificando la práctica de la sustracción forzada de órganos a los uigures, dijo Gutmann.
Esfuerzos de lucha a varios niveles
Gutmann sugirió que se realicen esfuerzos de base para sensibilizar a la comunidad médica sobre esta atrocidad.
Las personas deberían comentarlo con sus médicos, dentistas… y preguntarles si han oído hablar del problema. También pueden preguntar: «¿Por qué la comunidad médica está tan relajada con esto?»
El exembajador general para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, también ha instado a todos los grupos de la sociedad civil a presionar para obtener respuestas. También dijo que, dado el pobre historial de derechos humanos del régimen chino en relación con la persecución a Falun Gong y el genocidio a los uigures, Estados Unidos debería hacer de los derechos humanos bajo el régimen chino un tema principal de política exterior.
“Tiene que estar a la altura de la defensa, tiene que estar a la altura de la economía”, dijo Brownback.
«Si, como gobierno, no se defiende y se protege la libertad religiosa de todos, en todas partes, se producirá un choque de civilizaciones y mucha violencia en todo el mundo», añadió.
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