El régimen chino afirmó recientemente que se había detectado el virus del COVID-19 en paquetes exprés en Beijing, Mongolia Interior y varios otros lugares de China continental y emitió una advertencia de emergencia. El servicio postal chino suspendió la entrega de paquetes en las zonas de riesgo alto y medio de la epidemia desde el 18 de noviembre.
Sin embargo, los expertos de China continental y de fuera de ella refutaron la retórica oficial, diciendo a los medios de comunicación que no hay necesidad de ponerse nerviosos, ya que cualquier virus en la superficie de los paquetes moriría y no sería contagioso. Algunos incluso dijeron que la probabilidad de que el COVID-19 se extienda por una superficie es menor que la de ser atropellado por un auto.
Zhang Liubo, experto del Centro de Control y Prevención de Enfermedades del régimen chino, sugirió en una rueda de prensa del Consejo de Estado que los paquetes no debían llevarse al interior o debían desinfectarse primero, y que debían tomarse medidas de protección cuando se recibiera un envío urgente.
Sin embargo, el medio de comunicación continental «Caijing» citó a varios expertos diciendo que «no hay necesidad de ponerse demasiado nerviosos» y explicó que el virus del COVID-19 (virus del PCCh) morirá gradualmente una vez que salga del cuerpo humano, y que el virus muerto no es contagioso.
El reporte citaba a Jin Dongyan, experto en virología de la Universidad de Hong Kong, diciendo: «La probabilidad de que una persona normal se infecte por el virus a causa de recibir un paquete es mucho menor que la probabilidad de ser atropellado y morir por un coche en la calle».
El reporte de Caijing también citaba un artículo de expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos de abril de este año. En él se afirmaba que, en comparación con el contacto directo y la transmisión por gotitas o por aire, el riesgo de propagación por superficies del COVID-19 es bajo, la probabilidad es «generalmente inferior a 1 entre 10,000».
Sean Lin, doctor y exdirector del laboratorio de virología del Hospital del Ejército Walter Reed, declaró a The Epoch Times que el virus en sí se propaga principalmente a través del aire y los aerosoles, por lo que la mayoría de las infecciones humanas se producen a través de las vías respiratorias, no del contacto con objetos. También cree que los funcionarios locales y el régimen chino están tratando de desviar la culpa por haber causado la pandemia de COVID-19.
Sugirió que la prevención de la transmisión por vía aérea debería seguir siendo el objetivo de la prevención de la epidemia. La forma más fácil de prevenir el contagio es lavarse las manos con frecuencia y evitar hurgarse la nariz o limpiarse los ojos. Además, la mayoría de los trabajadores utilizan guantes cuando tocan objetos.
Ya en enero de este año, el régimen chino afirmó con frecuencia que se había detectado el virus del PCCh en la superficie de los envases de la cadena de frío importados y en las frutas procedentes de países extranjeros. Sin embargo, Zhang Wenhong, experto chino en prevención de epidemias en Shanghai, dijo entonces: «No ha habido ningún caso de infección por algo importado del extranjero, y la probabilidad de que ocurra es menor que la de un accidente aéreo».
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