Noticia de análisis
Las fábricas chinas están robando propiedad intelectual mucho más rápido después de la firma del acuerdo comercial Fase Uno con los Estados Unidos, a medida que el desacoplamiento con las cadenas de suministro de EE. UU. se acelera.
China Law Blog informó que las fábricas chinas en el pasado «esperaban hasta que la relación con su cliente disminuyera antes de vender los productos de su cliente y registrar la marca de su cliente en China como propia», pero ahora «van y registran esas marcas comerciales literalmente días después de conocerlas».
Una vez que una marca de una empresa estadounidense es registrada por una empresa local, la ley china le otorga los derechos de propiedad local para impedir que se produzcan productos para exportación internacional en la frontera y evitar que salgan de China. Varias empresas estadounidenses se han visto obligadas a pagar importantes sumas de dinero para «recuperar» las marcas comerciales y para que los productos puedan volver a salir de China.
Los abogados estadounidenses que trabajan en nuevos acuerdos transfronterizos en China advierten que las empresas estadounidenses tienden a enviar correos electrónicos a una empresa china preguntando por la posibilidad de que esa empresa fabrique sus productos; y luego, uno o dos días después, esa empresa china solicita el registro de la marca de la empresa estadounidense en China. Varias empresas chinas han vendido en todo el mundo productos extranjeros patentados y de marca antes de vender siquiera uno de los productos a su cliente corporativo extranjero.
En el punto álgido de la guerra comercial entre China y Estados Unidos en noviembre, el déficit de bienes con China se redujo en un 7,9%, según los datos publicados por la Oficina del Censo de los Estados Unidos. Con una caída del 20,84% de las exportaciones chinas a los Estados Unidos en comparación con el año anterior, las compras estadounidenses de bienes chinos son las más bajas desde marzo de 2013.
Las cadenas de suministro de las empresas estadounidenses se han «desvinculado» sustancialmente de China. Justo antes del comienzo de la guerra comercial en julio de 2018, las importaciones a los Estados Unidos de Vietnam aumentaron un 51,6%; las de Taiwán un 30%; las de Tailandia un 19,7%; las de Indonesia un 14,6%; las de México un 12,7% y las de Malasia un 11,3%. Casi todas estas ganancias han ocurrido a expensas de las fábricas chinas.
Los abogados internacionales que hacen negocios en China pueden ver que las ventas de las fábricas locales siguen disminuyendo, a pesar de la tregua comercial. China Law Blog afirmó: «Por cada empresa extranjera que salió de China en 2019, habían dos o tres más considerando seriamente hacerlo y se espera que salgan más empresas de China en 2020 que en 2019».
Las fábricas chinas esperan que muchos de sus actuales clientes estadounidenses abandonen China en 2020; y cualquier nuevo cliente estadounidense solo los utilizará como «cocinas de prueba» para desarrollar productos y luego trasladar la producción a otro sitio en el extranjero cuando el producto esté completamente desarrollado y se venda en volumen.
Como resultado del hecho de esperar ser utilizadas y desechadas, las fábricas chinas «también se volvieron mucho más descuidadas en cuanto a la calidad del producto». China Law Blog sostiene que ahora es absolutamente necesario tener detallados y firmados los «acuerdos de fabricación» donde se obligue a las fábricas chinas a pagar multas si no cumplen las normas de calidad.
Los abogados de marcas registradas de China comentan que dado que los fabricantes locales desean desesperadamente mejorar sus márgenes de ganancia, «qué mejor manera de hacerlo que vender un producto bajo una marca estadounidense prestigiosa o conocida».
Una vez que una persona o compañía local registra una marca comercial de EE. UU., la única forma garantizada de recuperar el control de la propiedad intelectual es intentar comprar el nombre de la marca y el logotipo de la parte china que tiene el control de la misma.
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