El expresidente militar salvadoreño Arturo Armando Molina (1971-1975), en cuya gestión se perpetró la masacre de estudiantes de la estatal Universidad de El Salvador (UES), falleció en Estados Unidos a sus 94 años de edad.
Así lo confirmó a la prensa el secretario general del Partido de Concertación Nacional (PCN), Manuel Rodríguez, quien señaló que fueron informados por la familia la madrugada de este lunes.
Se desconocen las causas de su fallecimiento y, de acuerdo con información de la prensa local, se espera que las honras fúnebres se realicen en San Salvador.
La gestión de Molina es recordada como una de las más cruentas contra los sectores opositores antes de la guerra civil (1980-1992), etapa en la que se dio la ocupación militar de la UES, la única universidad estatal.
En julio de 1975, el Ejército reprimió una manifestación y masacró a los estudiantes que participaban en la misma, mientras que en 1977 fue asesinado el sacerdote Rutilio Grande, cercano a monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Molina llegó al poder bajo la bandera del militar Partido de Conciliación Nacional (PCN), que encabezó la dictadura militar en el país centroamericano, con señalamientos de fraude electoral.
El militar enfrentó un intento de golpe de Estado, que derivó en un incremento en la persecución de la oposición.
Lo sucedió en el Gobierno su ministro de la Defensa, Carlos Humberto Romero, también bajo acusaciones de fraude electoral, quien es considerado el último presidente de la dictadura militar.
En agosto de 2020, el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) ordenó al ministro de la Defensa de su país, René Merino, que busque los archivos militares relacionados con la masacre de estudiantes de 1975.
El ente indicó a Merino que debe buscar los archivos sobre la intervención al campus central de la UES de 1972, que se prolongó durante dos años, al igual que los relacionados con la ocupación de la sede occidental del centro de estudios superiores.
Hasta antes de la pandemia, cada 30 de julio centenares de estudiantes marchaban por las calles de San Salvador para conmemorar a los «Mártires Universitarios».
Se estima que la masacre dejó unos 25 estudiantes muertos y decenas de heridos y, según distintas fuentes, aquel día solo se pudieron rescatar dos cadáveres, puesto que los militares limpiaron el lugar.
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