La familia de Jacob Blake presentó el jueves una demanda contra el oficial de policía de Kenosha, Rusten Sheskey, por el tiroteo de agosto de 2020 que provocó protestas y disturbios.
La demanda federal de derechos civiles, presentada en el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Este de Washington, afirma que Sheskey utilizó fuerza excesiva y letal sin una causa justificada, en violación a la Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Ese comportamiento, afirmaron los abogados, «se llevó a cabo con malicia, premeditación e indiferencia temeraria hacia los derechos del demandante».
Como resultado de la actuación de Sheskey, Blake ha sufrido y seguirá sufriendo daños físicos y emocionales.
«Aunque Jacob Blake sobrevivió a seis disparos, sus devastadoras lesiones son permanentes y le cambiaron la vida. La bala que seccionó la médula espinal de Jacob le ha dejado paralizado y confinado a una silla de ruedas. Jacob sufre ahora un síndrome de dolor intratable. Tras varias intervenciones quirúrgicas y un agonizante curso de rehabilitación física, Jacob sigue sin poder volver a su trabajo como guardia de seguridad y depende de otros para que le ayuden con las necesidades básicas de la vida diaria», dijo Patrick Salvi II, uno de los abogados de Blake, en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
En la demanda se solicitó un juicio con jurado.
En el expediente judicial de Sheskey no había registro de un abogado para su defensa
Blake fue acusado en julio del año pasado de agresión sexual en tercer grado, un delito grave, después de que su exnovia le dijera a la policía que fue a su casa, irrumpió, la agredió, robó su vehículo y una tarjeta de débito. Blake y la mujer, Laquisha Booker, tienen tres hijos.
Al mes siguiente, los agentes fueron enviados a una casa en Kenosha después de que Booker informara que su exnovio estaba presente violando una orden de restricción.
Los oficiales llegaron a la casa y vieron a Blake, quien tenía una orden de arresto por el cargo de asalto. El hombre declaró que se llevaría a dos de sus hijos y el vehículo de su exnovia.
Los agentes intentaron detener a Blake con armas Taser, pero él se resistió.
«Hubo múltiples intentos en que los oficiales trataron de llevar a Jacob Blake bajo custodia. De nuevo, ninguna de esos [intentos], creo, fue visible en ninguno de los vídeos. Trataron de llevarlo al suelo. Múltiples oficiales trataron de agarrar sus brazos y asegurarlo para que fuera esposado. Él admite en un momento dado: ‘Los agentes estaban tratando de esposarme, pero pude levantarme'», dijo el fiscal del distrito de Kenosha, Mike Gravely, a la prensa en enero.
Blake pudo caminar alrededor de un vehículo y abrir la puerta del lado del conductor. Mientras se inclinaba hacia adelante y agarraba la camisa de Blake, Sheskey, le disparó siete veces en la espalda.
Tanto abogados como investigadores confirmaron que Blake estaba armado con un cuchillo durante el encuentro con la policía. El propio Blake lo dijo cuando habló con las autoridades. Blake estaba «claramente armado» cuando se movía para ingresar al vehículo, dijo Gravely, y ya se había negado a soltar el arma.
Sheskey decidió volver a enfrentarse a Blake y agarrarle la camiseta, en parte porque no sabía qué iba a hacer el hombre con los niños en el vehículo. Temía una situación de rehenes si Blake entraba en la camioneta y se iba del lugar.
Gravely tomó la decisión de no acusar a Sheskey basándose en una evaluación independiente del exjefe de policía de Madison, Noble Wray. La evaluación determinó que el uso de la fuerza por parte de Sheskey estaba justificado.
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