Fan Zhongyan (989 a 1052 a.C) fue un prominente erudito confuciano y político en la dinastía Song del Norte, conocido por su famosa frase: «¡Sé el primero en preocuparte por el destino de la nación y el último en disfrutar de las comodidades».
Su padre falleció cuando Fan tenía dos años, tuvo que soportar las penalidades de la vida durante su estudio a muy temprana edad, dos porciones de papillas eran el único alimento que podía permitirse en el día, en invierno cortaba las papillas congeladas en trozos para las comidas. Después de que su madre lo abandonó, encontró que su vida tomaba un giro aún peor y tuvo que buscar refugio en un templo.
Alojado en una habitación libre de un templo, demostró asombrosa diligencia en su estudio, se lavaba la cara con agua fría para luchar contra el cansancio, o tomaba una siesta contra la pared. Se dice que no fue a dormir a su cama en cinco años.
Una vez que el padre de su compañera de clase escuchó que Fan solo podía permitirse una porción de papilla en un día de trabajo, le envió unos deliciosos alimentos pero Fan no los tocó. Cuando se le preguntó por qué, Fan contestó: «Estoy muy agradecido por su bondad, sin embargo, me preocupa que una buena comida me acostumbre mal y ya no me contente con las papillas que tenga en el futuro».
A pesar de vivir en la pobreza, Fan protegió su carácter con gran vigilancia, una vez accidentalmente descubrió una urna llena de lingotes de plata enterradas en su habitación y no tomó nada.
Pronto pasó el examen de servicio civil imperial y comenzó su carrera política, cuando fue contactado por los monjes del templo se quedó para ayudarlos, les contó la historia de los lingotes de plata y los monjes encontraron la plata en esa habitación. Impresionados por su honestidad, los monjes lo elogiaron, «con Fan como nuestro funcionario de gobierno, llegó por fin un buen momento para el pueblo».
Fan intentó luchar contra la corrupción, el nepotismo, mientras estuvo en su oficina como ministro, también propuso una serie de políticas para reformar el examen de servicio civil, mejorar la fuerza militar y la asignación de tierras.
Abogó por la selección de intelectuales con conocimiento de economía para la posición administrativa para mejorar la agricultura, sin embargo, las políticas no pudieron ir más allá de un año debido a la presión de las fuerzas conservadoras con miedo a perder su poder y el interés debido a estas reformas. Fan también fue obligado a salir de la capital para un puesto como funcionario local.
Después de retirarse a su ciudad natal, Fan adquirió una gran finca con los ahorros de su largo servicio en el gobierno. Hizo una cuidadosa selección de las personas que manejarían las tierras de cultivo como una granja de caridad, proporcionando puestos de trabajo a la población local.
El beneficio sería utilizado para financiar a los jóvenes estudiantes locales con familias con antecedentes de pobreza y proporcionar atención a las personas mayores. Este tipo de tierras de cultivo de caridad fue heredado por los hijos de Fan y continuó por generaciones.
Fan Zhongyan vivió una vida muy simple, dedicó la mayor parte de sus ingresos a la caridad, era dueño de una finca grande y rentable, pero nunca construyó una casa grande para sí mismo. Después de su muerte, su familia realizó un pequeño y básico funeral, sin embargo, cientos de personas se reunieron para expresar su agradecimiento y profunda tristeza.
Las personas que recibieron ayuda de su tierra caritativa de labrantío realizaron un duelo de ayuno de tres días por él. Al enterarse de la muerte de Fan, la gente en las áreas en donde sirvió una vez, también comenzaron a construir monumentos conmemorativos con sus estatuas. Este fue un famoso dicho en la dinastía Son «Gracias a Fan Zhongyan, la corte imperial de Song pudo disfrutar de la paz».
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