La Casa Blanca anunció el jueves que 48 medicamentos estarán sujetos a penalizaciones después de que los fabricantes de fármacos subieran los precios más rápido que la tasa de inflación.
En virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) del Presidente Joe Biden, las compañías farmacéuticas que defrauden los precios podrán verse obligadas a pagar reembolsos a Medicare, centrándose especialmente en los que afecten a más de 750,000 ancianos que dependen de los medicamentos de la Parte B de Medicare.
Se espera que los descuentos, que entrarán en vigor en enero, supongan un ahorro para los ancianos de entre 1 y 2786 dólares por dosis.
«La ley del presidente Biden sobre medicamentos recetados reprime los precios abusivos de las grandes farmacéuticas, obligando a las empresas a reembolsar a Medicare si suben los precios a los ancianos a un ritmo superior al de la inflación», declaró la Casa Blanca en un comunicado.
Los 48 medicamentos identificados por la administración pertenecen a la Parte B de Medicare, que cubre los fármacos y vacunas administrados en las consultas médicas o en los departamentos ambulatorios de los hospitales.
Esta es la primera vez que se exigirá a las empresas farmacéuticas que paguen penalizaciones por los tratamientos farmacológicos ambulatorios.
La disposición legislativa faculta a Medicare para negociar directamente precios más bajos de los medicamentos, limita a 35 dólares el coste de la insulina para los beneficiarios, hace gratuitas las vacunas recomendadas para adultos y exige a las compañías farmacéuticas que paguen reembolsos si aumentan los precios de los medicamentos más rápido que la inflación, destacó la Casa Blanca.
El Presidente Biden dijo que las grandes compañías farmacéuticas «subieron» los precios casi cuatro veces más rápido que el aumento de la inflación en el año anterior a la aprobación de su IRA.
«Están estafando a Medicare. Están estafando al pueblo estadounidense», dijo el Presidente Biden en declaraciones en los Institutos Nacionales de Salud. «Vamos a ahorrar dinero a los contribuyentes y a disuadir a las compañías de subir los precios en primer lugar».
El Presidente Biden expresó su preocupación por el hecho de que las empresas farmacéuticas se beneficien de la investigación financiada por los contribuyentes mientras cobran a los contribuyentes estadounidenses más que a los ciudadanos de otras partes del mundo.
Las empresas farmacéuticas serán puestas sobre aviso si sus medicamentos, desarrollados con fondos de los contribuyentes, «no se ponen a disposición del público en condiciones razonables, incluso en función del precio».
«Es bueno que se produzcan avances que salven vidas», dijo el Presidente Biden. «Pero las compañías farmacéuticas se benefician considerablemente de esa investigación. No podrían fabricar sus propios fármacos sin la investigación que se hace aquí».
La Casa Blanca señaló que los precios de 64 fármacos aumentaron más rápidamente que la inflación en los últimos cuatro trimestres.
Ciertos medicamentos, como Signifor, utilizado para tratar trastornos endocrinos, experimentaron continuas subidas de precios, y las personas mayores que toman Signifor podrían ahorrar 311 dólares por dosis mensual a partir de enero, destacó la Casa Blanca.
De cara al futuro, la Administración para la Preparación y Respuesta Estratégicas (ASPR) normalizará la fijación de precios justos en las negociaciones de contratos para productos médicos desarrollados o adquiridos, anunció la Casa Blanca.
Chiquita Brooks-LaSure, administradora de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, dijo que los reembolsos son una herramienta importante para «desalentar los aumentos excesivos de precios» y proteger a los beneficiarios de Medicare.
La IRA, además de los reembolsos por medicamentos recetados, también obliga a Medicare a negociar los precios de algunos de los medicamentos más caros de la Parte D.
Los demócratas dijeron que la legislación pretendía reducir la inflación, mientras que los críticos argumentaron que la empeoraría.
La IRA también pretendía renegociar los precios de los medicamentos de Medicare y fomentar las opciones de consumo de «energía limpia» con créditos fiscales. Sin embargo, las empresas farmacéuticas presentaron demandas para impedir la aplicación de las nuevas normas de negociación.
También pretende ahorrar 25,000 millones de dólares anuales de aquí al 2031, obligando a las farmacéuticas a negociar los precios de determinados medicamentos caros con los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de EE.UU., que supervisan Medicare.
La IRA pretendía además aumentar los impuestos a los ricos.
Una encuesta realizada en agosto reveló que el 70 por ciento de los estadounidenses no están bien informados sobre la IRA, un año después de que el presidente la firmara. La Universidad de Maryland, en colaboración con The Washington Post, llevó a cabo la encuesta para evaluar el conocimiento público de las iniciativas climáticas de la administración Biden.
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