Las autoridades estadounidenses frustraron un complot iraní para asesinar al presidente electo Donald Trump, según revelan nuevos documentos.
El 8 de noviembre, el Departamento de Justicia presentó cargos penales contra tres hombres presuntamente implicados en una red de asesinatos por encargo de Irán orquestada por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), que Estados Unidos considera una organización terrorista.
«El Departamento de Justicia acusó a un activo del régimen iraní a quien el régimen encargó que dirigiera una red de asociados criminales para promover los planes de asesinato de Irán contra sus objetivos, incluido el presidente electo Donald Trump», dijo el fiscal general Merrick Garland en un comunicado.
«No toleraremos los intentos del régimen iraní de poner en peligro al pueblo estadounidense y la seguridad nacional de Estados Unidos».
El Departamento de Justicia dijo que las autoridades detuvieron a Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt en Nueva York, y que un tercer hombre, Farhad Shakeri, seguía prófugo y se creía que estaba en Irán.
Shakeri emigró a Estados Unidos cuando era niño y fue deportado en 2008 o alrededor de esa fecha tras cumplir 14 años de prisión por una condena por robo.
La denuncia penal presentada ante una corte federal de Manhattan alega que un funcionario anónimo del IRGC dio instrucciones a Shakeri en septiembre para que elaborara un plan para vigilar y, en última instancia, asesinar a Trump.
Shakeri no pudo crear un plan para entonces, según la denuncia, y el funcionario le dijo que Irán pausaría su plan hasta después de las elecciones presidenciales porque el funcionario creía que Trump perdería y sería más fácil asesinarlo entonces.
Shakeri se puso entonces manos a la obra para crear una red de cómplices, ofreciendo 100,000 dólares para localizar y matar a Trump y a otras personas de origen estadounidense e israelí, según la denuncia.
«También hemos acusado y detenido a dos individuos que, según alegamos, fueron reclutados como parte de esa red para silenciar y matar, en suelo estadounidense, a un periodista estadounidense que ha sido un destacado crítico del régimen», dijo Garland.
La trama, con los cargos revelados apenas unos días después de que Trump derrotara a la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones presidenciales, refleja lo que los funcionarios federales han descrito como esfuerzos continuos de Irán para atacar a funcionarios del gobierno estadounidense, incluido Trump, en suelo estadounidense. El comunicado del Departamento de Justicia dice que estos esfuerzos incluyen asalto, secuestro y asesinato, tanto para reprimir y silenciar a los disidentes críticos con el régimen iraní como para vengarse por la muerte en enero de 2020 del entonces comandante del CGRI Qasem Soleimani, que fue asesinado por un ataque con drones estadounidense ordenado por Trump en Bagdad.
«Los cargos anunciados hoy exponen los continuos intentos descarados de Irán de atacar a ciudadanos estadounidenses, incluido el presidente electo Donald Trump, otros líderes gubernamentales y disidentes que critican al régimen de Teherán», dijo el director del FBI, Christopher Wray, en un comunicado asociado.
«El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica —una organización terrorista extranjera designada— ha estado conspirando con criminales y sicarios para apuntar y matar a tiros a estadounidenses en suelo estadounidense y eso simplemente no se tolerará».
Con información de The Associated Press.
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