El FBI identificó como Malik Faisal Akram, de nacionalidad británica, al hombre que tomó a rehenes en una sinagoga de Texas el 15 de enero y fue abatido a disparos tras un enfrentamiento que duró varias horas.
Akram fue abatido a disparos cuando un equipo SWAT del FBI irrumpió en el edificio de la Congregation Beth Israel cerca de Fort Worth, Texas, cerca de las 9 p. m., tras un enfrentamiento de 10 horas en el que cuatro personas fueron tomadas como rehenes.
El jefe de policía de Colleyville, Michael Miller, confirmó en una conferencia de prensa el sábado por la noche que el sospechoso había sido abatido.
Todos los rehenes rescatados resultaron ilesos, anunció el gobernador de Texas, Greg Abbott, el sábado por la noche.
«Las oraciones fueron escuchadas. Todos los rehenes están vivos y a salvo», dijo Abbott en un posteo en Twitter.
Aunque no se tiene claro por qué Akram tendría a la sinagoga como objetivo, se le escuchó despotricar en una transmisión en directo de los servicios en Facebook y exigir la liberación de la neurocientífica paquistaní Aafia Siddiqui, quien fue condenada por intentar matar a oficiales del ejército de EE. UU. en Afganistán. Siddiqui condenada en 2010 por una corte federal de Nueva York, cumple una pena de 86 años de prisión en la base aérea de Carswell, cerca de Fort Worth, a unos 24 kilómetros de Colleyville, donde se encuentra la sinagoga.
La residente de Texas, Victoria Francis, dijo a The Associated Press que vio aproximadamente una hora de la transmisión en vivo antes de que se cortara, y agregó que escuchó al hombre despotricar en contra de Estados Unidos y afirmar que tenía una bomba.
«Él estaba muy alterado. Estaba bastante irritado y cuanto más se irritaba, más amenazas hacía, como ‘Yo soy el hombre de la bomba. Si se equivocan, todo esto es culpa suya’. Y se reía de eso», dijo. «Era evidente que estaba en una situación de angustia extrema».
El agente especial del FBI a cargo, Matthew DeSarno, dijo el domingo que no había indicios de que otras personas además de Akram estuvieran involucradas.
La secretaria de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Liz Truss, condenó las acciones del agresor en un tuit.
«Mis pensamientos están con la comunidad judía y con todos los afectados por el atroz acto en Texas. Condenamos este acto de terrorismo y antisemitismo», escribió.
“Apoyamos a Estados Unidos en la defensa de los derechos y libertades de nuestros ciudadanos contra aquellos que difunden el odio”, agregó.
Karen Pierce, embajadora británica en Estados Unidos, en una serie de tuits agradeció a las fuerzas de seguridad de EE. UU. «por sus valientes esfuerzos para asegurar la liberación segura de los secuestrados» y condenó el incidente como un «acto espantoso para las personas que practican su fe».
«El Reino Unido y Estados Unidos están hombro con hombro en desafío al terrorismo y en defensa de los derechos y libertades fundamentales de nuestros ciudadanos», agregó Pierce.
El presidente Joe Biden dijo en un comunicado que los próximos días probablemente traerán más claridad sobre las motivaciones del secuestrador y prometió oponerse al antisemitismo.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo a CBS News el domingo que la situación de los rehenes había sido un acto de «terrorismo» y «antisemitismo».
Con información de The Associated Press.
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