La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) está estudiando los metales presentes en los tampones después que los legisladores expresaran su preocupación por su seguridad, según informó el jueves una senadora.
La senadora Patty Murray (D-Wash.) dijo que la FDA inició una revisión independiente de la literatura sobre los efectos de los metales en la salud en respuesta a una carta que envió en julio, en la que instaba a la FDA a examinar las conclusiones de un estudio reciente sobre los metales pesados en los tampones.
Ese estudio, publicado en agosto en la revista científica Environmental International, encontró concentraciones mensurables de 16 metales —como plomo y arsénico— en los tampones de 14 marcas comunes.
«Se trata de productos que utilizan millones de mujeres en un día cualquiera, por lo que es importante despejar cualquier duda sobre su seguridad», declaró Murray el 5 de septiembre.
Murray dijo que la FDA encargó a un contratista independiente que lleve a cabo la revisión de la literatura para evaluar cualquier posible relación entre el uso de tampones y los efectos adversos para la salud.
La agencia también inicio un estudio interno de laboratorio para determinar la cantidad de metales que pueden liberar los productos durante su uso normal, añadió la senadora.
Más de la mitad de las estadounidenses que menstrúan utilizan tampones. Las mujeres pueden utilizar más de 7400 tampones en sus años reproductivos, según el estudio realizado por investigadores de la Universidad de California Berkeley, la Universidad de Columbia y la Universidad Estatal de Michigan.
Los investigadores señalaron que se necesitan más estudios para replicar sus hallazgos y determinar si los metales pueden filtrarse de los tampones y ser absorbidos por el torrente sanguíneo a través del revestimiento vaginal.
«Hasta donde sabemos, éste es el primer trabajo que mide los metales en los tampones», afirmó en un comunicado Jenni A. Shearston, autora principal del estudio. «Resulta preocupante que encontráramos concentraciones de todos los metales que analizamos, incluidos metales tóxicos como el arsénico y el plomo».
Las concentraciones de metales variaban en función de si los tampones eran orgánicos o no. Se detectó plomo en los 30 tampones analizados en el estudio, y no existe un nivel seguro de exposición a este metal.
La exposición a metales pesados puede provocar problemas de salud como diabetes y cáncer.
«Aunque los metales tóxicos son omnipresentes y estamos expuestos a niveles bajos en cualquier momento, nuestro estudio muestra claramente que los metales también están presentes en los productos menstruales, y que las mujeres podrían correr un mayor riesgo de exposición al usar estos productos», señaló en un comunicado Kathrin Schilling, una de las coautoras del estudio.
La Universidad de California en Berkeley dijo en un comunicado que no estaba claro si los metales detectados en el estudio podrían contribuir a cualquier efecto negativo sobre la salud y que la investigación futura probará «que cantidad de estos metales pueden filtrarse fuera de los tampones y ser absorbidos por el cuerpo; así como medir la presencia de otros productos químicos en los tampones».
La FDA no respondió a una solicitud de comentarios antes de la hora de publicación.
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