El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, elogió la valiente acción del ahora exembajador de Nicaragua, Arturo McFields Yescas, al denunciar a la dictadura del país en una sesión de la OEA celebrada el miércoles.
McFields Yescas, decidió este miércoles dejar de «guardar silencio» y calificar como «dictadura» al régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, durante una sesión ante el consejo permanente del organismo.
«Hoy Embajador de Nicaragua en la OEA, McFields renunció como protesta, denunciando al régimen de Ortega-Murillo por su historial de opresión y derechos humanos», dijo Blinken el 23 de marzo, en Twitter.
«Felicitamos el coraje del embajador McFields de al dar voz a los millones de compatriotas nicaragüenses que esperan un retorno a la democracia», agregó.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay destacó «el coraje» de McFields en apoyo a la democracia de Nicaragua y reiteró el pedido de liberación inmediata de los prisiones políticos en el país.
McFields, nombrado por Ortega en octubre pasado, dijo ante la OEA que tomaba la palabra «en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida» en Nicaragua desde 2018.
Además, criticó que Nicaragua es el «único país de Centroamérica» donde no hay separación de poderes, elecciones creíbles, partidos políticos independientes, organismos de derechos humanos ni periódicos impresos.
En respuesta, el régimen de Nicaragua se deslindó de la figura de McFields y aseguró que su representante ante la OEA es Francisco Campbell Hooker, embajador en Estados Unidos.
Tras su denuncia ante la OEA, McFields Yescas dijo en entrevista a «100% Entrevistas» el mismo miércoles, que aunque no fue fácil la denuncia, «no podía seguir defendiendo lo indefendible».
«Y creo que los que están presos, los que están enfermos–con hongos en sus pies, con enfermedades crónicas, pudriéndose en una cárcel, no se lo merecen», agregó.
También recordó el conmovedor testimonio de Támara Dávila, una opositora encarcelada quien tiene una hija de la misma edad de la hija del exembajador y que lleva nueve meses sin poder verla.
«¿Qué ideología puede justificar eso? Eso ya no es política (…) Impedirle a una madre que vea a su hija de cinco años, no es política, no es justicia, eso es otra cosa», dijo.
Asimismo, McFields señaló que su decisión se trató de un proceso y que no habló con nadie sobre ello, ya que eso hubiese implicado poner en peligro a su círculo cercano, y aseguró fue «una lucha espiritual».
«Dios ha sido bueno, la mayoría de la gente me ha abierto las puertas», agregó.
Ahora el exdiplomático no podrá volver al país debido a la persecución que el régimen habría iniciado en su contra. Dijo no saber si pedirá asilo político en Estados Unidos, debido a su situación.
Durante su discurso ante la OEA, McFields dijo que había pedido a Cancillería la liberación de 20 prisioneros políticos de la tercera edad y otros 20 cuya salud estaba resquebrajada. Sin embargo, las autoridades del régimen hicieron caso omiso.
Hasta el día miércoles, The Epoch Times pudo constatar que McFields aún figuraba en el panel de representantes como embajador de Nicaragua ante la OEA. Actualmente, ya no aparece más en dicho listado.
Con información de EFE.
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