El dirigente opositor nicaragüense desnacionalizado Félix Maradiaga dijo este viernes que fue un «error» dialogar con el líder de Nicaragua, Daniel Ortega, para buscar una salida pacífica a la crisis que vive el país centroamericano desde abril de 2018, porque «a las dictaduras no se les puede sacar con diálogos».
Maradiaga, que fue excarcelado y expulsado hacia EE.UU. por las autoridades nicaragüenses el 9 de febrero de 2023 junto a otras 221 personas, sostuvo además que la comunidad internacional «no sabe cómo sacar a los dictadores que se escudan en alguna apariencia de institucionalidad».
Maradiaga hizo estas reflexiones durante su participación en el foro «Quo Vadis Nicaragua 2024, Seis años de rebelión», organizado por el Instituto Interamericano para la Democracia, y transmitido vía telemática.
«Hay que verlo de manera autocrítica: pensar que a la dictadura se le puede sacar con diálogo, eso fue un desacierto, no solo la forma en que se estructuró el diálogo, sino en la manera en que la comunidad internacional no logró hacer cumplir a la dictadura del pliego de peticiones que se llevaron a ese diálogo», señaló el también presidente de la Fundación para la Libertad de Nicaragua.
Almagro y empresarios de Nicaragua pidieron enfriar las calles
El dirigente opositor reveló que en ese momento, cuando se instaló el diálogo el 16 de mayo de 2018, que «primaron los intereses económicos de ciertos sectores corporativistas del país para la búsqueda de una solución rápida, enfriar las calles y desmovilizar la rebelión cívica, mientras los que demandamos más presión, como por ejemplo un paro nacional, se nos acusó de extremistas e insensatos».
Criticó que mientras los opositores tenían «una pistola puesta en la cabeza por parte del régimen», la comunidad internacional presionó más a los opositores que al mismo régimen.
En ese sentido, Maradiaga recordó que el 3 de mayo de 2018, cuando la oposición tenía contra la pared a Ortega, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió a los opositores superar la crisis por la vía electoral.
Por tanto, el dirigente opositor concluyó que la comunidad internacional no sabe cómo sacar a los dictadores que se escudan en alguna apariencia de institucionalidad.
«Hay dictadores 2.0 que se arropan de algunas apariencias de su institucionalidad, que los instrumentos y tratados internacionales no saben cómo lidiar con estas dictaduras satélite, financiadas por China y por Rusia y acompañadas por Irán», consideró.
Para Maradiaga, la comunidad internacional quiere utilizar los mecanismos clásicos post guerra fría «con estas dictaduras, que son más evolucionadas».
Asimismo, advirtió que el caso de Ortega no es un problema local de Nicaragua, sino que el dirigente sandinista «está íntimamente vinculado con Hezbolá, vinculado por los intereses de Hamás y los de Irán, íntimamente vinculados con los proyectos desestabilizadores de China y de Rusia».
«La solución no es un diálogo con los dictadores»
Por su lado, la también dirigente opositora nicaragüense desnacionalizada, Irlanda Jerez, planteó en el mismo foro que la solución a la crisis que atraviesa Nicaragua «no va a venir de un solo actor, ni tampoco de un solo método».
«La solución no es un diálogo con los dictadores, ni tampoco elecciones en dictadura. Se necesitará de una estrategia múltiple que combine el frente interno, el frente externo del exilio y los elementos importantes de la comunidad internacional», anotó.
Jerez dijo que el pueblo nicaragüense necesita «amigos y aliados de verdad para nuestra causa libertaria», así como «el régimen sandinista ha establecido alianzas con China, Rusia y con Irán, que es un estado terrorista».
Advirtió que «Nicaragua continúa su rumbo de una dictadura totalitaria, con un férreo control, con un aparato militar paramilitar y policial, radicalizando todas sus posturas» y que «ha convertido a Nicaragua en la Corea del Norte de la región».
Jérez invitó «a la creación de una cabeza política, un gabinete de combate, un liderazgo colegiado que pueda dirigir la lucha del pueblo, sumar esos factores y poner en marcha y ejecutar una estrategia múltiple y acciones concertadas para la victoria que todos anhelamos y deseamos».
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