En 2020, Yung-Yi Chen cumplió 20 años y luego llegó la pandemia.
El joven pianista se dio cuenta de que esto podría ser una pausa en su carrera, si lo permitía. Chen buscó formas de desafiarse a sí mismo y se encontró con el sexto Concurso Internacional de Piano de NTD.
«Si un día mi objetivo es la interpretación, este es el camino que debo tomar. Aunque es muy duro, aunque a veces es frustrante, siento que este es el camino que tengo que tomar», dijo Chen en la ronda final del concurso, en el Kaufman Music Center de Nueva York, el 1 de noviembre de 2022. «La razón por la que me apunté a este concurso es para prepararme para lidiar con la música, y lidiar con las presiones de la interpretación en el futuro».
“Para ser honesto, esta es mi primera competencia de tres rondas”, dijo Chen, quien se ha presentado en escenarios y festivales de música en Asia, Europa y Estados Unidos. “Toda la experiencia fue muy diferente, desde la preparación y el esfuerzo hasta la coordinación y la programación”.
Para Chen, que está recorriendo su propio camino, la ronda de semifinales le sirvió de inspiración. Los pianistas debían interpretar «El viaje sagrado», una obra especialmente encargada y arreglada a partir de una composición de D.F., director artístico de la mundialmente conocida Shen Yun Performing Arts.
«Pasa de esta magnífica música grande a elementos casi de caja de música», dijo Chen. «La parte de la caja de música fue la que más me conmovió. Si se trata de un viaje, en este punto la música ha pasado por algunos puntos realmente importantes: Cosas buenas, cosas malas. La parte de la caja de música me parece que es después de haber pasado por algunas cosas terribles en el viaje, o incluso algunas frustraciones, pero le recuerda al personaje, al protagonista, o incluso a mí, los pensamientos originales que tenemos, el propósito de por qué estamos en este viaje. Y esto nos da más energía para afrontar el reto futuro y seguir adelante».
“Es una pieza muy desafiante”, dijo. “Tiene todo tipo de técnicas difíciles, tienes notas dando vueltas, glissandos o pasajes muy rápidos. La única forma de hacer que esos pasajes rápidos funcionen y sean estables es practicarlos lentamente con un metrónomo, y la práctica con metrónomo lleva tiempo. Y teniendo en cuenta el poco tiempo que tenemos para preparar esta pieza, esto es algo que me llevó al límite”.
“Pero al mismo tiempo, esto también me ayudó”, dijo. La presión hace que uno practique de manera eficiente, dijo Chen.
Para la ronda final, Chen elaboró un programa que comenzó con Scarlatti, para entrar en calor y en la mentalidad adecuada con una pieza barroca, seguida directamente por uno de los Estudios trascendentales de Liszt. A continuación, un Nocturno de Chopin, antes de terminar con la Fantasía Wanderer de Schubert.
“Tengo mucho que aprender”, dijo Chen, quien se inspiró en su compositor favorito, Brahms, aunque sus obras no formaban parte del programa. “A diferencia de muchos de los compositores de su tiempo, quiso ser tradicional, similar a este concurso, para enaltecer y no dejar de reconocer la gloria de la gran literatura antigua. Al mismo tiempo, Brahms no dejó de agregar muchos de los nuevos elementos románticos en su música”.
“Estoy fascinado por el color y el estado de ánimo de la música, y el romanticismo del siglo XIX me llega al corazón”, dijo. “El arte se trata de explorar la belleza de lo que estás haciendo, mejorando y explorando las posibilidades, las infinitas posibilidades del arte”.
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