La senadora Joni Ernst (R-Iowa) está presentando una legislación para garantizar que los receptores de subvenciones federales, como EcoHealth Alliance, informen a las agencias de financiación siempre que, a su vez, pasen fondos a otros receptores, como el laboratorio de virología de Wuhan, China.
«A pesar de haber eludido la ley federal y de haberse negado a revelar cuánto dinero de los contribuyentes estadounidenses fue canalizado al Instituto de Virología de Wuhan (WIV) de la China comunista y los detalles sobre la investigación del coronavirus que la financiación apoyó, EcoHealth Alliance fue recompensada con otros 7.5 millones de dólares», dijo Ernst en un comunicado el 15 de junio.
«Los contribuyentes de Iowa no deberían verse obligados a pagar la factura de ninguna organización que no cumpla con la ley federal. Mi proyecto de ley impediría que se destinen fondos federales a organizaciones como EcoHealth hasta que den respuestas sobre cómo y dónde se gasta el dinero de los contribuyentes», dijo.
El proyecto de ley de Ernst se titula «Ley para detener el desembolso de pagos» (STOP) y exige a los organismos de financiación que suspendan las subvenciones a los beneficiarios hasta que estos proporcionen la información requerida sobre cómo gastan el dinero de los contribuyentes que reciben. El beneficiario tendría 120 días para proporcionar la información o los materiales que motivaron la suspensión, o la subvención sería cancelada.
El proyecto de ley también ordena a la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés) que mantenga una lista pública de todas esas suspensiones.
El proyecto de ley de Ernst fue impulsado por la negativa de la organización sin ánimo de lucro EcoHealth Alliance, con sede en Nueva York, a responder a una carta del 8 de julio de 2020 que recibió de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) en relación con las subvenciones que luego compartió con el WIV. A principios de año, los NIH habían suspendido una subvención a EcoHealth Alliance por no haber cumplido con la obligación de revelar cómo se gastaba el dinero.
El WIV es el centro de la controversia sobre cómo el virus del PCCh, también conocido como el nuevo coronavirus, se extendió por China y por todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, a partir de noviembre de 2019.
Más de tres millones de personas han muerto a causa del virus, incluidas más de 559,000 en Estados Unidos. El Partido Comunista Chino (PCCh) ha insistido en que el virus se originó en los murciélagos y que, de alguna manera, saltó a otras especies, incluidos los humanos.
Pero las sospechas han rodeado al WIV desde el principio de la controversia sobre el virus debido a la preocupación por el historial de seguridad del laboratorio, que está estrechamente relacionado con el ejército chino. Se teme que el virus pueda haberse filtrado del laboratorio a la población general de Wuhan y de ahí al resto del mundo.
Se han abierto numerosas investigaciones sobre el asunto, entre ellas las de la Organización Mundial de la Salud, el gobierno de Estados Unidos y múltiples grupos privados de expertos, pero el Estado chino se ha negado a cooperar con cualquiera de ellas.
También existe la preocupación de que el virus haya sido creado en el laboratorio como parte de la investigación de ganancia de función que se está llevando a cabo allí, con gran parte de la financiación del gobierno de Estados Unidos a través de EcoHealth.
«Ganancia de función» se refiere a los procesos utilizados por los investigadores para alterar el ADN de un virus con el fin de dotarlo de características adicionales, como una mayor resistencia a las vacunas, una propagación más rápida entre las víctimas y síntomas específicos que estas sufrirían.
El 15 de junio, Ernst hizo pública la carta de los NIH de julio de 2020, en la que se señalaba que EcoHealth no había respondido a una carta anterior y se indicaba que «los NIH han recibido informes de que el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), un subreceptor de EcoHealth Alliance en virtud del programa R01AI110964, ha estado llevando a cabo investigaciones en sus instalaciones en China que plantean graves problemas de bioseguridad y, como resultado, crean amenazas para la salud y el bienestar del público en China y otros países, incluido Estados Unidos».
La carta señalaba además que los NIH tenían «la preocupación de que el WIV no ha cumplido con los requisitos de seguridad en virtud de la concesión, y que EcoHealth Alliance no ha cumplido con sus obligaciones de supervisar las actividades de su subreceptor para garantizar el cumplimiento».
«Además, como le hemos informado a través de anteriores Avisos de Concesión, esta concesión está sujeta a la Ley de Transparencia de Subconcesión y a la obligación de informar sobre la compensación de los ejecutivos» en la ley federal. «Hasta la fecha, usted no ha informado de ninguna subconcesión en el Sistema Federal de Información de Subconcesiones».
La carta de los NIH incluía siete solicitudes de información que EcoHealth debía cumplir para seguir recibiendo financiación. EcoHealth Alliance no respondió a la carta de los NIH, pero el director del grupo, el Dr. Peter Daszak, dijo a los medios de comunicación que las siete solicitudes de información eran «atroces».
Ernst señaló que la nueva subvención de los NIH con un valor de 7.5 millones de dólares a EcoHealth Alliance se concedió un mes después de que se enviara la carta de julio de 2020 sobre la suspensión anterior.
«El grupo ha recaudado más de 60 millones de dólares de los contribuyentes de otras agencias gubernamentales, incluyendo más de 5 millones de dólares del Departamento de Defensa desde julio de 2020«, dijo Ernst en una declaración separada anunciando que el NIH fue el receptor de junio de su «Premio Squeal» mensual.
La republicana de Iowa utiliza el Premio Squeal para destacar ejemplos de despilfarro, fraude y abuso en todo el gobierno federal.
La financiación futura del WIV por parte de cualquier beneficiario de subvenciones de EE.UU. quedaría prohibida por una enmienda que Ernst presentó y el Senado aprobó en mayo.
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