El 24 de noviembre, el fiscal general Merrick Garland pidió a los fiscales de Estados Unidos que dieran prioridad al enjuiciamiento a los pasajeros rebeldes de aerolíneas que infringen la ley federal durante la reciente temporada de viajes.
«Los pasajeros que agreden, intimidan o amenazan con violencia al personal de vuelo y a los auxiliares de vuelo hacen algo más que perjudicar a esos empleados; impiden el desempeño de las funciones críticas que ayudan a garantizar la seguridad de los viajes aéreos», dijo Garland en un comunicado emitido por el Departamento de Justicia (DOJ).
“De manera similar, cuando los pasajeros cometen actos violentos contra otros pasajeros en los confines cercanos de un avión comercial, esa conducta pone en peligro a todos a bordo”, agregó.
Aunque la Administración Federal de Aviación (FAA) no tiene autoridad para procesar a los pasajeros indisciplinados, la FFA ha creado un «protocolo de intercambio de información» con el DOJ para que el departamento sea notificado sobre las conductas delictivas que se producen en los aviones comerciales.
La FAA ya ha remitido «decenas de incidentes» al FBI para su investigación, declaró el DOJ.
“El Departamento de Justicia se compromete a utilizar sus recursos para hacer su parte con tal de prevenir la violencia, la intimidación, las amenazas de violencia y otros comportamientos delictivos que ponen en peligro la seguridad de los pasajeros, tripulaciones de vuelo y asistentes de vuelo en aviones comerciales”, dijo Garland.
Según la FAA, entre los pasajeros revoltosos se encuentran los que infringen una o varias normas de la FAA o leyes federales, una de las cuales establece que «ninguna persona puede agredir, amenazar, intimidar o interferir con un miembro de la tripulación en el desempeño de sus funciones a bordo de un avión que esté operando».
Hasta el 23 de noviembre de este año, la FAA ha informado de 3856 incidentes relacionados con el uso de mascarillas y 5338 informes de pasajeros rebeldes.
El 13 de enero, la FAA anunció un programa de cumplimiento de énfasis especial en respuesta a los pasajeros que no usan mascarillas mientras están a bordo de un avión.
Poco después, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) emitieron una orden que hacía que las mascarillas fueran obligatorias para las personas que viajaban en aviones comerciales y el 31 de enero la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) hizo que la orden fuera ejecutable.
El programa de aplicación de énfasis especial de la FAA garantiza que «se iniciarán acciones de sanción civil contra los pasajeros que agredan, amenacen, intimiden o interfieran con un miembro de la tripulación que este desempeñando sus funciones», según la orden.
Si bien el hecho de que un pasajero «no use una mascarilla a bordo de un avión no es en sí mismo una violación a las regulaciones de la FAA», la orden declaró que «la conducta relacionada» con el no uso de una mascarilla «resulta en una violación a las regulaciones de la FAA» y «estará sujeta a una multa”.
Los pasajeros rebeldes pueden enfrentar una multa de hasta USD 37,000 por infracción.
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