El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado sobre el elevado déficit de la Administración Biden, advirtiendo de que su política fiscal y el aumento de la deuda pública amenazan con avivar la inflación e incluso desencadenar el caos financiero.
«La postura fiscal, fuera de línea con la sostenibilidad fiscal a largo plazo, es especialmente preocupante», escribieron los economistas del FMI en una reciente entrada de blog, que acompañaba a la publicación de las últimas ediciones del Monitor Fiscal del grupo y de su Informe de Perspectivas Económicas Mundiales, que advierten de los graves riesgos para las finanzas públicas en un año electoral en el que gran parte del discurso político se pronuncia ruidosamente a favor de la expansión fiscal.
El gasto deficitario en Estados Unidos alcanzó el año pasado los 1.7 billones de dólares en 2023, o el 6.3 por ciento del producto interior bruto (PIB), según un reciente informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), que advertía que el gasto deficitario que se suma a una creciente pila de deuda pública ralentizaría el crecimiento económico y elevaría los pagos de intereses a los tenedores extranjeros de deuda estadounidense.
En los próximos 30 años, se espera que el gasto deficitario de Estados Unidos crezca hasta el 8.5 por ciento del PIB en 2054, según las estimaciones de la CBO. La agencia también prevé que la relación deuda pública total/PIB, que en la década de 1980 se situaba en torno al 35% del PIB, se disparará hasta el 166% en 2054, lo que planteará «riesgos significativos» para las perspectivas fiscales y económicas de Estados Unidos.
Los datos del Departamento del Tesoro publicados a principios de abril muestran que el déficit presupuestario de Estados Unidos superó el billón de dólares en los seis primeros meses del año fiscal 2024, lo que sitúa al gobierno federal en vías de registrar su quinto déficit presupuestario consecutivo superior al billón de dólares.
Los republicanos han expresado repetidamente su oposición a un alto gasto deficitario, mientras que el presidente Joe Biden ha pedido al GOP que impulse recortes presupuestarios y ha intentado culpar del aumento en más de 34 billones de dólares de la deuda pública a los recortes de impuestos del expresidente Donald Trump.
Con su último informe, el FMI se pone del lado de los partidarios de la moderación fiscal.
«Algo tendrá que ceder»
El FMI ha advertido que los niveles de gasto de la Administración Biden son insostenibles y podrían llevar a la economía a un punto de ruptura.
«Plantea riesgos a corto plazo para el proceso de desinflación, así como riesgos a más largo plazo para la estabilidad fiscal y financiera de la economía mundial», escribieron los economistas del FMI en su posteo. «Algo tendrá que ceder».
La advertencia llega en un año electoral, durante el cual la política fiscal tiende a ser más laxa y los desvíos fiscales mayores. La relajación de la política fiscal y el aumento de los niveles de deuda ya han contribuido a disparar los rendimientos de los títulos públicos estadounidenses a largo plazo, así como a aumentar la volatilidad de los mercados.
El FMI advierte que el gobierno de Biden puede verse tentado a ampliar aún más el apoyo fiscal, especialmente en caso de nuevas interrupciones del suministro y perturbaciones de los precios. Sin embargo, el organismo advierte de que no hay que ceder y recomienda moderación.
«Se necesita una consolidación fiscal duradera y creíble para restablecer unas finanzas públicas saneadas, crear espacio presupuestario para inversiones prioritarias y hacer frente a futuras perturbaciones», escribió el grupo en el prólogo de su último Monitor Fiscal.
«Abordar la deuda y los déficits hoy ayuda a evitar ajustes más dolorosos más adelante», dicen los autores del informe, añadiendo que «el endurecimiento fiscal sería también una contribución importante para completar la última milla de la desinflación», especialmente en economías caracterizadas por un exceso de demanda como Estados Unidos, cuya economía el FMI calificó de «agitada».
El gasto incesante podría desencadenar subidas «drásticas» de impuestos
El informe del FMI y el comentario del blog coinciden en líneas generales con una advertencia emitida hace varios meses por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés), que señaló que la trayectoria fiscal a largo plazo del gobierno federal es «insostenible» y plantea «graves» desafíos para la seguridad económica y nacional, así como para la cohesión social en general.
«Hemos revisado la contabilidad del gobierno y seguimos encontrando debilidades que socavan su fiabilidad», escribió la GAO en una nota a mediados de febrero.
La agencia advirtió que el aumento de la deuda incrementa el riesgo de una crisis fiscal, señalando que si los inversores pierden la confianza en la gestión fiscal de Estados Unidos, esto podría forzar «drásticas» subidas de impuestos y recortes en gastos críticos.
«El Congreso y la Administración deben actuar para sacar a la nación del insostenible rumbo fiscal a largo plazo en el que se encuentra actualmente», afirmó en un comunicado Gene L. Dodaro, interventor general de Estados Unidos y máximo responsable de la GAO.
«El nivel de deuda federal está creciendo a un ritmo que amenaza la vitalidad de la economía de nuestra nación y la seguridad y el bienestar del pueblo estadounidense».
Otros destacados economistas y líderes empresariales han emitido advertencias similares. El director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, advirtió recientemente que los efectos de las principales fuerzas económicas y geopolíticas —desde los elevados niveles de deuda y el estímulo fiscal, hasta las guerras en Ucrania y Medio Oriente— podrían deparar desagradables sorpresas a los mercados.
Afirmó que los riesgos a los que se enfrentan los estadounidenses en la actualidad bien podrían ser los peores desde la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo que advertía de tasas de inflación más elevadas y prolongadas junto con otros riesgos a la baja que bien podrían echar por tierra las expectativas del mercado de un «aterrizaje suave» económico.
«Parece haber un gran número de presiones inflacionistas persistentes, que probablemente continúen», escribió Dimon en su carta anual a los accionistas, en la que afirmó que los inversores pueden estar pasando por alto riesgos al navegar por el complejo y peligroso mundo actual.
«Es posible que estemos entrando en una de las épocas geopolíticas más traicioneras desde la Segunda Guerra Mundial», escribió Dimon, al mismo tiempo que instaba a los inversores a prever una gama muy amplia de tasas de interés, desde el 2% hasta el 8% o incluso más.
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