La vida está llena de ciclos naturales que nos dan una idea de lo que podemos esperar. Es como cuando el tiempo se enfría, las hojas empiezan a cambiar, y una suave ola de virus atraviesa la tierra otorgando resfriados y gripe.
Tanto los resfriados como la gripe o influenza están causados por virus. Los resfriados suelen aparecer de forma más lenta y con síntomas más leves, mientras que la gripe suele aparecer rápidamente con síntomas más sistémicos y graves.
La influenza es potencialmente más peligrosa para las personas con sistemas inmunitarios comprometidos porque puede provocar complicaciones como la neumonía. Conocer la diferencia entre un resfriado y la influenza puede ayudarle a controlar los síntomas y a entender cuándo debe tomarse las cosas más en serio y buscar atención médica.
Afortunadamente, tanto si se enfrenta a un resfriado como a la gripe, puede tomar medidas para apoyar a su sistema inmunológico y hacer que su cuerpo esté en forma para luchar contra los patógenos que se avecinan.
Aceite de árbol de té
El aceite de árbol de té, también conocido como aceite de melaleuca, es un antiséptico natural con potentes propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas. El aceite de árbol de té se extrae por destilación al vapor de las hojas de Melaleuca alternifolia, una planta originaria de Australia.
Varios estudios han demostrado que el aceite de árbol de té es eficaz contra la gripe. Un estudio publicado en The International Journal of Pharmacy and Pharmaceutical Research demostró que la melaleuca alternifolia tenía importantes propiedades antigripales. Los investigadores concluyeron que el aceite de árbol de té (además del extracto de hoja de olivo) podría utilizarse de forma preventiva en las aves para evitar nuevos brotes de gripe aviar.
Otro estudio publicado en el American Journal of Essential Oils and Natural Products demostró que el aceite de árbol de té inhibía en un 100 por ciento la gripe de tipo A. Además, la exposición durante 30 minutos del virus de tipo A al vapor de aceite de árbol de té también causó una inhibición del 100 por ciento, lo que significa que las acciones medicinales del vapor tuvieron un efecto duradero.
Un estudio de la revista Molecules publicado en 2022 estudió la actividad antiviral de varios aceites esenciales utilizando vapor en lugar de aceite líquido. Descubrió que el aceite de árbol de té reducía fuertemente el efecto citopático viral de las células huésped. El efecto citopático se refiere a los cambios estructurales en las células del huésped causados por una invasión viral. El estudio también concluyó que los componentes más abundantes del vapor de los aceites esenciales podrían interferir directamente con la envoltura del virus de la gripe o enmascarar las estructuras virales necesarias para las primeras etapas de la infección viral.
Cómo utilizarlo
Una forma de maximizar los beneficios antivirales del aceite de árbol de té es su difusión. Los difusores de aceites esenciales utilizan varios métodos para emitirlos en el aire.
Las partículas de la gripe pueden propagarse por el aire, a través del contacto cercano con una persona infectada, o a través de superficies u objetos contaminados por el virus. Las partículas de la gripe pueden permanecer activas en los objetos hasta 48 horas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades; por lo que esterilizar las superficies es una buena idea para reducir su propagación. La difusión de aceite de árbol de té es una buena manera de hacer una «limpieza profunda» de su espacio vital sin tener que recurrir a limpiadores químicos agresivos. La difusión también permite inhalar los aceites, por lo que el cuerpo puede aprovechar sus beneficios antibacterianos, antivirales y antifúngicos.
Hay cuatro tipos de difusores de aceites esenciales —de nebulización, ultrasónicos, de calor y de evaporación— y se pueden encontrar en la mayoría de las tiendas de alimentación o en Amazon. Asegúrese de utilizar siempre aceites esenciales orgánicos de alta calidad.
También puede hacer un limpiador natural para el hogar añadiendo de 5 a 10 gotas de aceite de árbol de té a una botella de spray con agua y utilizándolo en las superficies para desinfectar su casa, reduciendo la propagación de virus y otros microbios.
Suplementos vitamínicos para reforzar el sistema inmunitario
Debido a nuestro ajetreado estilo de vida, puede ser difícil sentarse regularmente a comer una comida casera saludable. Por eso, añadir intencionadamente a nuestra dieta alimentos ricos en vitaminas o tomar un buen suplemento de alta calidad nos asegurará que obtenemos las vitaminas que necesitamos para que nuestro cuerpo funcione de forma óptima y pueda luchar contra los invasores.
La obtención de vitaminas a partir del consumo de alimentos integrales es siempre preferible a la toma de suplementos debido a los efectos sinérgicos que se encuentran en la compleja bioquímica de las plantas, los animales y las setas. Estos alimentos contienen varios compuestos, minerales y vitaminas en estructuras intrincadas y proporciones perfectas que ofrecen un beneficio al cuerpo que es mayor que la suma de sus partes moleculares. Además, estos alimentos son perfectos para nuestro organismo y podemos absorberlos fácilmente. Un suplemento de alta calidad es una buena opción si cree que no está recibiendo suficientes vitaminas en los alimentos que come, pero no es un sustituto de la comida real. Dicho esto, a veces se necesita un impulso, y los suplementos pueden ofrecer una ventaja frente a los resfriados y la gripe.
Vitamina C
La vitamina C, o ácido L-ascórbico, es una de las mejores vitaminas que puede tomar para reforzar su sistema inmunitario. El cuerpo humano no puede crear su propia vitamina C, pero nuestro organismo la necesita para funcionar correctamente, por lo que debemos obtenerla a través de los alimentos que comemos o tomando suplementos. La vitamina C es una vitamina hidrosoluble que el cuerpo no puede almacenar, otra razón por la que debemos asegurarnos de consumirla a diario, especialmente si sentimos que se avecina un resfriado o una gripe.
La vitamina C es necesaria para ayudar a nuestro organismo a combatir las infecciones, curar las heridas y estimular la producción de glóbulos blancos, un componente vital de nuestro sistema inmunitario. También es un potente antioxidante que reduce la inflamación y combate los radicales libres que pueden perjudicar la salud y acelerar el envejecimiento.
Estos son algunos de los mejores alimentos para consumir vitamina C:
– Escaramujos/ Rosal silvestre
– Chile
– Guayaba
– Melón
– Naranja
– Pomelo/Toronja
– Kiwi
– Fresa
– Papaya
– Mandarina
– Grosella negra/Zaraparrilla
– Espinaca
– Guisantes de nieve/Chicharos
– Col rizada
– Brócoli
– Pimientos
– Tomate
– Camu camu
Ingesta diaria recomendada
La ración dietética recomendada (RDA) para los adultos mayores de 19 años es de 90 miligramos (mg) para los hombres y 75 mg para las mujeres. Las mujeres embarazadas necesitan 85 mg, y para las mujeres lactantes, la CDR es de 120 mg diarios. Fumar reduce los niveles de vitamina C en el cuerpo, así que téngalo en cuenta si es fumador y considere cambios de hábitos.
Durante la temporada de resfriados y gripe, algunas personas recomiendan tomar hasta 1000 mg (1 gramo) de vitamina C al día. Como es una vitamina hidrosoluble, el cuerpo no la almacena y cualquier cantidad extra que el cuerpo no pueda utilizar se elimina a través de la orina. Si usted quiere tomar estas cantidades mayores de vitamina C que superan las directrices de la CDR, aumente gradualmente y controle su tolerancia.
La vitamina D
Nuestra mejor fuente de vitamina D es el sol, del que deberíamos intentar tomar un poco cada día para estar sanos y mantener un sistema inmunitario fuerte. La vitamina D es una vitamina liposoluble que favorece la absorción del calcio y ayuda a mantener los niveles de calcio y fosfato del organismo, necesarios para construir nuevos huesos. La vitamina D ayuda a reducir la inflamación y modula el crecimiento celular, el metabolismo de la glucosa y la función inmunitaria.
A continuación se indican algunas fuentes alimentarias excelentes de vitamina D:
– Aceite de hígado de bacalao
– Salmón
– Pez espada
– Atún
– Jugo de naranja enriquecido con vitamina D
– Lácteos y leche vegetal enriquecidos con vitamina D
– Sardinas
– Hígado de ternera
– Queso cheddar
– Sardinas
– Champiñones (y algunas otras setas)
– Chuletas de cerdo
– Huevos
Ingesta diaria recomendada
Adultos (19 añoso más): Hombres-15 microgramos (mcg) (600 unidades internacionales [UI])/Mujeres-15 mcg (600 UI)
Mujeres embarazadas: 15 mcg (600 UI)/Lactancia-15 mcg (600 UI)
Adultos (70 años o más) 20 mcg (800 UI)
Nota: La mayoría de las personas tienen una deficiencia de vitamina D debido al cambio generacional hacia estilos de vida sedentarios y en interiores. Muchos expertos sugieren que es necesaria una mayor ingesta de vitamina D, especialmente para aquellos que ya son deficientes.
Vitamina E
La vitamina E, una vitamina liposoluble, es un potente antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres que dañan el ADN y aceleran el envejecimiento. La vitamina E ayuda a reducir la inflamación y favorece y refuerza la función inmunitaria. Esta vitamina esencial también dilata los vasos sanguíneos y hace que la sangre sea menos «pegajosa», evitando peligrosos coágulos.
A continuación se indican algunos alimentos excelentes para la vitamina E:
– Aceite de germen de trigo
– Almendras
– Cacahuetes y mantequilla de cacahuete
– Avellanas
– Remolacha y berza
– Espinacas
– Aceite de girasol, cártamo y soja
– Semillas de girasol
– Calabaza
– Pimiento rojo
– Kiwi
– Mango
– Tomate
Ingesta diaria recomendada
Adultos (14 años o más): Hombres-15 mg/Mujeres-15 mg
Mujeres embarazadas: 15 mg/Lactancia-19 mg
La vitamina A
La vitamina A es una vitamina liposoluble y desempeña un papel fundamental en la fabricación de los glóbulos blancos que combaten las infecciones en el organismo. La vitamina A regula el sistema inmunitario, aumentando la protección contra las infecciones bacterianas y víricas. Es esencial para la comunicación celular, el crecimiento y el desarrollo, y la reproducción masculina y femenina. La vitamina A también es vital para la salud ocular y puede ayudar a prevenir trastornos oculares como la degeneración macular asociada a la edad, una de las principales causas de pérdida de visión.
La vitamina A también es esencial para la salud de los revestimientos superficiales de los ojos, las membranas mucosas y los tractos respiratorio, urinario e intestinal, que son barreras importantes que ayudan a proteger el cuerpo contra las infecciones. También se ha demostrado que adquirir vitamina A de fuentes alimentarias reduce el riesgo de padecer muchos tipos de cáncer.
Entre los alimentos ricos en vitamina A se encuentran:
– Col rizada
– Espinacas
– Brócoli
– Zanahorias
– Papa dulce
– Calabaza
– Calabaza de invierno y de verano
– Leche
– Huevos
– Hígado de res
– Aceites de pescado
– Tomate
– Pimientos rojos
– Mango
– Melón
– Atún
– Calabaza
– Lechuga
– Pomelo rosa
Ingesta diaria recomendada
Adultos (a partir de 19 años): Hombres-900 mcg/Mujeres-700 mcg
Mujeres embarazadas: 770 mcg/Lactancia-1.300 mcg
Zinc
El zinc es un mineral esencial con funciones en el cuerpo que incluyen la curación de heridas, la función del sistema inmunológico, la construcción de proteínas y ADN, la fertilidad en los adultos y el crecimiento en los niños. El zinc también es necesario para mantener nuestro sentido del olfato y del gusto.
El zinc está disponible en pastillas, jarabes y remedios para el resfriado de venta libre. Los productos animales son las formas más biodisponibles de zinc, y las ostras contienen más zinc por ración que cualquier otro alimento.
A continuación se indican algunas de las mejores fuentes alimentarias de zinc:
– Ostras
– Carne de vacuno
– Muslo de pollo
– Tofu firme
– Chuletas de cerdo magras
– Calabaza
– Semillas de calabaza
– Lentejas
– Yogur bajo en grasa
– Harina de avena
– Setas shiitake
Ingesta diaria recomendada
Adultos (a partir de 19 años): Hombres-11 mg/Mujeres-8 mg
Mujeres embarazadas: 11 mg/Lactancia-12 mg
Comer sopa de pollo
La sopa de pollo ha sido un remedio para los resfriados y la gripe durante cientos de años, y por una buena razón. Las sopas están llenas de ingredientes saludables y están bien cocinadas para que todo se descomponga, haciendo que el cuerpo tenga menos trabajo para digerir. El cuerpo necesita todos sus recursos para combatir la enfermedad cuando se está enfermo. Las sopas y los guisos son una forma estupenda de obtener una buena nutrición sin agotar la energía del cuerpo, que necesita para luchar contra los patógenos invasores.
Al parecer, Moisés Maimónides (1135-1204), filósofo y médico judío, conocía los beneficios de la sopa de pollo hace casi 800 años, cuando la recomendaba a sus pacientes para una gran variedad de dolencias y escribió sobre ella en su libro «Sobre las causas de los síntomas».
Un estudio publicado en la revista The American College of Chest Physicians corrobora esta antigua sabiduría. El estudio descubrió que la sopa de pollo aumenta el flujo de mucosidad y ayuda a eliminar el virus del resfriado.
El pollo tiene un alto contenido en el aminoácido cisteína, que ayuda a aflojar la mucosidad y otras secreciones. La cocción del pollo en una sopa libera la cisteína en el caldo. La adición de especias como la pimienta y el ajo aumenta el efecto de la cisteína para aflojar la mucosidad. El uso de pollo y una variedad de verduras con alto contenido en nutrientes, como las chirivías, que tienen un alto contenido en potasio, y las zanahorias y cebollas, que son ricas en antioxidantes, se suman a los efectos terapéuticos de la sopa y ayudan a reponer los electrolitos, que a menudo se pierden en los fluidos corporales cuando enfermamos.
En la medicina oriental, el bazo y el estómago son los órganos más vitales para la digestión, así como el papel que desempeñan en la creación del qi, la energía vital necesaria para alimentar los procesos del cuerpo, incluido el mantenimiento de un sistema inmunitario fuerte. El bazo y el estómago necesitan mucha energía para digerir y procesar los alimentos que ingerimos, y podemos reducir esta carga si tomamos sopas que ya están bien cocinadas, lo que permite destinar más energía a fortificar el sistema inmunitario o a combatir ese desagradable resfriado o gripe que acabamos de adquirir.
Manténgase abrigado y use una bufanda
No estar lo suficientemente abrigado supone un estrés innecesario para nuestro sistema inmunitario, por lo que mantenerse abrigado es especialmente importante en la temporada de gripe y resfriados, cuando nuestro cuerpo está sometido a un ataque constante de invasores externos.
Tendemos a contraer más infecciones virales en los meses más fríos porque pasamos más tiempo dentro de casa y recibimos menos vitamina D del sol, que es un componente esencial de nuestro sistema inmunitario. También nos reunimos en el interior para evitar las inclemencias del tiempo, lo que facilita la transmisión de infecciones debido al estrecho contacto entre las personas.
En la medicina oriental, el otoño es la estación asociada al viento, considerado el maestro de 100 enfermedades. El lugar por el que el viento (y el frío) entran más fácilmente en el cuerpo es el cuello. Llevar una bufanda, sobre todo en otoño, cuando las estaciones cambian y a menudo hay frío en el aire, es una excelente manera de asegurarse de estar caliente y de proteger el vulnerable cuello. Otro aspecto positivo de la bufanda es que es muy fácil de transportar y está disponible en casi todos los colores y diseños imaginables, por lo que puede cuidar su salud y expresar su estilo personal en el proceso.
Abrigarse lo suficiente para la época del año no siempre es fácil, especialmente en las estaciones de transición del otoño y la primavera. Dado que el tiempo es tan cambiante, llevar una bufanda, un jersey extra o un par de calcetines es una excelente manera de asegurarse de que puede estar lo suficientemente abrigado independientemente del tiempo que haga y aumenta sus probabilidades de evitar un resfriado o una gripe.
Mantener una buena higiene
Como acupuntora, lavarme las manos se ha convertido en una actividad casi pavloviana, algo que hago mil veces al día sin siquiera pensar en ello. Pero para la mayoría de la gente, no es algo en lo que solemos pensar a menos que se trate de una situación obvia, como ir al baño.
Dado que los microbios proliferan en todo el entorno y en todas las superficies, lavarse las manos a menudo y ser consciente de las cosas que tocamos requiere un poco de práctica. La otra parte de esto es desarrollar una conciencia de nuestra compulsión a tocarnos la cara, lo que permite a todos esos microbios algunas vías bastante directas en el cuerpo (la boca, la nariz y los ojos), que es como pueden hacernos enfermar.
Una forma de ampliar esta práctica es lavarse las manos inmediatamente después de volver a casa después de estar en cualquier lugar en público. Dependiendo del grado de vigilancia que quiera tener, también puede cambiarse de ropa para asegurarse de que no está trayendo microbios no deseados a su casa. Si se encuentras en un lugar densamente poblado con muchas zonas de «alto contacto» o tiene un sistema inmunológico comprometido, esta puede ser una buena práctica preventiva.
Si tiene hijos pequeños, después de volver de un lugar como un parque infantil, donde muchos otros niños juegan y tocan superficies, cambiar la ropa de sus hijos al llegar a casa y ducharlos puede ayudar a mantener los agentes infecciosos al mínimo.
Reflexiones finales
La llegada del otoño no tiene por qué inducir ansiedad debido al potencial aluvión de virus que parece acompañar al cambio de estación. Hay numerosas formas de mantenernos fortalecidos, como la ingesta de vitaminas y minerales, dormir lo suficiente, controlar el estrés y mantenerse abrigado, por nombrar algunas. En lugar de depender de los medicamentos, es mucho mejor para el cuerpo y el espíritu vivir de forma preventiva para mantenernos sanos durante todo el año, de modo que los virus y otros microbios se abstengan de visitarnos.
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