WASHINGTON — El 10 de diciembre, el Movimiento de Renuncia al Partido Comunista Chino conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos con un foro celebrado en el Capitolio.
Patrocinado por el Centro Global Tuidang («tuidang» significa renunciar al Partido), los oradores debatieron sobre el progreso de este movimiento popular, comentando acerca de la persecución sufrida a manos del Partido Comunista Chino (PCCh), y hablaron de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (USCIRF) como una respuesta a la persecución en China.
El movimiento de renuncia al PCCh es el movimiento de desobediencia civil más grande del mundo. De acuerdo con la información disponible en la página web del Centro Tuidang, alrededor de 350 millones de personas han renunciado a su asociación con el PCCh y sus organizaciones afiliadas.
El Dr. Charles Lee, un representante del Centro Tuidang, dijo que la persecución del PCCh a los practicantes de la disciplina espiritual Falun Dafa se ha convertido en «la más brutal, la más cruel y generalizada de las violaciones de derechos humanos» en el mundo. Falun Dafa consiste en realizar una serie de ejercicios con movimiento y meditación, y vivir de acuerdo a las enseñanzas basadas en los principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Lee dijo que los «Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista Chino», una serie de publicaciones aparecida por primera vez en The Epoch Times en 2004, ayuda a la gente a conocer muy bien la verdadera naturaleza del PCCh, lo que los lleva a tomar la decisión de desvincularse de sus organizaciones. El movimiento para desasociarse del Partido también ayuda a la gente china a volver a abrazar y a retornar a la cultura y creencias tradicionales chinas, que el PCCh trató de erradicar en las últimas seis décadas, señaló.
El esfuerzo pacífico de veinte años realizado por los practicantes de Falun Dafa para oponerse a la persecución estableció «el estándar de oro para que la gente escoja entre el bien y el mal, la verdad y la mentira, la compasión y el odio, la tolerancia y la destrucción (…) el cielo y el infierno», afirmó Lee. Apoyar a Falun Dafa significa estar con la verdad y la justicia, y mantenerse alejado del Partido comunista, dijo Lee.
La Sra. Yijie Zhang, exjefa de división del Ministerio de Comercio de China, es practicante de Falun Dafa desde 1994. Ella compartió sus experiencias de haber sido víctima de la persecución del PCCh durante los últimos veinte años.
Debido a que no renunció a su creencia, Zhang fue degradada y despedida por el Ministerio. Su marido, que también es un funcionario gubernamental de rango medio del Ministerio de Comercio, fue exceptuado de ser promovido y el desarrollo de su carrera se vio afectado negativamente por la persecución de su esposa. También lo fueron los hijos de Zhang.
Zhang fue arrestada siete veces por el PCCh y torturada casi hasta la muerte mientras se encontraba encarcelada ilegalmente. Finalmente pudo escapar a Estados Unidos en octubre de 2017, con la ayuda del Congreso de Estados Unidos y la comunidad internacional. Zhang hizo un llamado a las personas de todo el mundo que mantienen la justicia en alto para ayudar a poner fin al PCCh y a la persecución a Falun Dafa.
Gary L. Bauer, presidente de American Values y comisionado de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) dijo que estaba «siempre inspirado e impresionado» por la «dignidad y coraje de los practicantes de Falun Dafa frente a tal maldad» para atravesar todas las dificultades y amenazas de muerte en China.
Una de las funciones de la USCIRF, dijo Bauer, es identificar a los gobiernos que violan los derechos humanos básicos de las personas, incluyendo la libertad de creencia y religión. Si su comisión tuviera que reducir el presupuesto y los recursos para poder vigilar a solo un gobierno por su práctica en materia de derechos humanos, sería la China comunista, dijo Bauer, debido a la «increíblemente amplia difusión de la violación de los derechos humanos básicos para buscar el significado de la vida».
Mientras trabajaba como subsecretario de Educación y asesor del presidente Reagan para el Desarrollo de Políticas, Bauer dijo que a finales de la década de 1980 hubo muchos debates en Washington sobre si Estados Unidos debía continuar promoviendo el comercio con China para lograr cambios positivos en el gigante asiático.
«Me enorgullece decir que fui uno de los que argumentó que no cambiaría a China», dijo Bauer, «de hecho, más comercio con China terminaría cambiando a Estados Unidos».
Tristemente, como la gente pudo verlo, dijo Bauer, aunque muchos estadounidenses entienden lo que ocurre en China, tienen menos interés en romper el statu quo; la gente en la comunidad empresarial está más interesada en las ganancias en China que en ser una voz del pueblo chino y sus derechos humanos. La situación se complica aún más con el desafío que tiene hoy Estados Unidos con China.
Bauer citó las palabras del presidente Reagan diciendo que «el mundo no podría sobrevivir medio esclavo y medio libre». Para cambiar por un mundo mejor, Reagan se dedicó a terminar con la esclavitud en la ex Unión Soviética, remarcó.
Designado a formar parte de la USCIRF por el presidente Donald Trump, Bauer cree que Trump entiende la cuestión de los derechos humanos en China y que continuará trabajando en ellos mientras trabaja en los asuntos de comercio y seguridad nacional.
También hablaron en el foro: El congresista Steve King (R-Iowa); el disidente chino Chen Guangcheng; el anfitrión del programa NTD «China Sin Censura», Chris Chappell; y el presidente de la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong, Dr. Wang Zhiyuan.
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