Un fuerte terremoto en la costa de Vanuatu, de magnitud 7.3 se registró el 17 de diciembre, provocando daños generalizados y una alerta de tsunami en el Pacífico que se descartó posteriormente.
El Servicio Geofísico de Estados Unidos (USGS), registró un sismo de magnitud 7.3 a las 1.47, hora UTC del 17 de diciembre, con un epicentro en el mar a 57.1 kilómetros de profundidad, a solo 30 kilómetros de Port Vila, la ciudad más grande de Vanuatu donde viven unas 35,000 personas.
Después del terremoto principal, el equipo del USGS registró varias réplicas de magnitud sobre 5 con un epicentro similar.
El sistema de alerta de tsunami (Tsunami Warning System) de Estados Unidos, emitió una alerta de posible maremoto para las costas del Pacífico, que posteriormente fue descartado después de una hora.
La agencia The Associated Press informó sobre víctimas y daños generalizados, oficialmente no confirmados. Vanuatu incluye un grupo de 80 islas con cerca de 330,000 habitantes.
“Mientras los heridos empezaban a llegar a un hospital, surgían informes no confirmados de víctimas”, señaló AP, indicando que tras el sismo se interrumpieron las comunicaciones, hasta que comenzaron a aparecer algunos testimonios en las redes sociales.
La Embajada de los Estados Unidos en Port Moresby encargada de asuntos en Vanuatu, declaró en X que todo su personal se encuentra a salvo y que lograron salir del edificio pese a los “significativos daños” causados por el terremoto.
Por su parte, el embajador de Francia en Vanuatu, Jean-Baptiste Jeangène Vilmer, reveló que habría “muchas víctimas”.
“Terremoto muy fuerte en Vanuatu, embajada destruida (partida en dos, planta baja de la embajada de Estados Unidos aplastada), personal sano y salvo pero numerosas víctimas en el país, vuelos suspendidos, comunicaciones cortadas, sin agua ni electricidad, organicemos ayuda», informó el embajador en un mensaje en X.
Horas después del terremoto, el Departamento de Riesgos Geológicos de Vanuatu declaró a través de las redes sociales que sus sistemas de vigilancia estaban fuera de servicio debido a los cortes de electricidad, según AP.
También instó a los residentes a mantenerse alejados de las costas durante al menos 24 horas, y hasta que los sistemas de vigilancia de tsunamis y terremotos volvieran a estar operativos.
Un portavoz de la Cruz Roja en Fiyi dijo a AP que el jefe de la oficina de Vanuatu de la agencia de ayuda informó de daños generalizados antes de que se cortaran las comunicaciones.
De acuerdo a AP, los números de teléfono de la policía, el hospital y otros organismos públicos están desconectados, y aunque las autoridades no confirmaron víctimas tras el terremoto, las redes sociales y entrevistas están “filtrando relatos de destrucción generalizada”.
Dan McGarry, periodista afincado en Port Vila, informó a AP que vio personas en camillas «en evidente peligro» y que los médicos estaban trabajando «tan rápido como podían» en un centro fuera de la sala de emergencias.
En un mensaje en cadena en X, él resumió la situación actual que se vive en la ciudad. “En resumen: la situación es mala. Hay gente que ha muerto y mucha más que ha resultado herida. Algunos han perdido sus hogares y a muchos les resultará difícil volver a trabajar. Las reparaciones probablemente se prolonguen durante años, como siempre ocurre después de un desastre”.
“Pero la gente se está uniendo como solo Vanuatu sabe hacerlo. Saldremos adelante. Siempre lo hacemos”.
En otro posteo, compartió un video en el lugar del derrumbe del edificio en el centro de Port Vila, Vanuatu. «Hablé con la policía en el lugar y, si bien no confirmaron la cifra de víctimas, dijeron que el número era definitivamente mayor que la muerte ya confirmada», escribiño McGarry.
McGarry también dijo a AP que «Creo que podría haber sido peor», pero que fue el más grave que ha vivido en sus 21 años en Vanuatu «con mucha diferencia».
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