Sobrecargada con aviones viejos de la era de la Guerra Fría, que requieren mucho mantenimiento, la Fuerza Aérea necesita incrementar su presupuesto para cumplir sus obligaciones con la Estrategia de Defensa Nacional, según un informe de un respetado centro de estudios de defensa.
Pero aumentar el tamaño de la fuerza no es suficiente por sí solo, según el informe del 22 de enero, que hace otras cuatro recomendaciones clave.
El informe del Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias dice que la Fuerza Aérea necesita poder operar dentro del alcance de los sistemas de misiles de largo alcance de China y Rusia —una zona de incomodidad militar llamada «ambiente disputado».
Para lograrlo, se necesita más aviones furtivos, más drones, y ser capaz de refugiarse en bases aliadas aéreas mejor protegidas. También es preciso integrar armas de última generación como misiles hipersónicos, junto con la incorporación de tecnología que permita al ejército unirse y funcionar como un equipo completo.
«La creación de una fuerza más equilibrada en cuanto a su capacidad de supervivencia y alcance letal, requerirá un compromiso por parte del Departamento de Defensa (DoD) y del Congreso para aumentar significativamente los presupuestos anuales de la Fuerza Aérea», dice el informe.
El Pentágono presentará su propuesta de presupuesto de defensa en la primavera de 2021, que pasará por el control del Congreso en otoño.
La mayoría de los analistas coinciden en que la Fuerza Aérea se ve rezagada por tener demasiados aviones viejos, que son más costosos de mantener.
El informe de la CSBA se basa en su informe más extenso encargado el año pasado por el Pentágono, que recomendaba cómo ajustar la fuerza aérea para la «gran competencia de poderes» con Rusia y China, según lo indicado por la Estrategia de Defensa Nacional de la administración Trump.
«La Fuerza Aérea ha estado subsistiendo de los principales sistemas de armamento que fueron, en muchos casos, diseñados y entregados durante la Guerra Fría», dice la última introducción del informe. «Con la excepción de una pequeña flota de 187 F-22 furtivo, 21 B-2 furtivo y ahora una pequeña pero creciente fuerza de F-35A, la Fuerza Aérea dejó de adquirir la próxima generación de aviones de combate y bombarderos después de la Guerra Fría».
A los 28 años, la edad media de los aviones de combate es más alta que en cualquier otro momento de la historia del servicio, señala el informe. La edad media de los bombarderos es de unos 45 años.
«Después de décadas de recortes en la estructura de la fuerza y de programas de modernización aplazados o cancelados, la CAF [Fuerza Aérea de Combate] de la Fuerza Aérea ha llegado a un punto en el que carece de la capacidad necesaria para apoyar la Estrategia de Defensa Nacional», según el informe. «Se podría lograr un crecimiento modesto en el tamaño de la flota de los aviones de combate de la Fuerza Aérea si se acelera la adquisición de modelos F-35A durante la próxima década y se desarrolla una aeronave PCA/PEA multi misión y otras capacidades de próxima generación».
Después de esto, la Fuerza Aérea debería añadir más aviones bombarderos de carga pesada.
La Estrategia de Defensa Nacional exige que las fuerzas armadas en su conjunto sean capaces de manejar una guerra mayor y otra menor simultáneamente. Sin embargo, el informe recomienda que la Fuerza Aérea tenga la capacidad de hacer frente a dos guerras importantes al mismo tiempo. Esto coincide con la opinión de otros analistas que señalan que, a diferencia del Ejército y la Armada, la Fuerza Aérea tiene que abarcar por completo dos escenarios principales: Europa del Norte y el Pacífico Norte.
Más Drones
El informe también recomienda que se invierta más en drones UAS (Unmanned Aerial Systems). «La Fuerza Aérea ahora debería desarrollar nuevos conceptos para utilizar los MQ-9 Reapers y otros UAS en la fuerza para disuadir la agresión en la zona gris, defender las bases aéreas de EE.UU. y apoyar las operaciones de comando y control en múltiples dominios», dice el informe.
A medio plazo, el informe recomienda la adquisición de nuevos UAS prescindibles que puedan formar equipo con los aviones de tripulación normal.
El ejército estadounidense en su conjunto considera que el uso de numerosas plataformas no tripuladas — en el mar, bajo el mar, en el cielo y en tierra— es clave para su futura capacidad de deshacer la amenaza de los sistemas chinos y rusos de misiles de largo alcance y antiaéreos.
La fuerza aérea también debe prepararse para manejar el trabajo dentro del alcance de los puños militares de sus adversarios. Para ello, tendrá que aumentar sus aviones furtivos, dice el informe.
«Desbaratar los ataques de un adversario de gran poder e impedir que logre un hecho consumado requerirá que la Fuerza Aérea lleve a cabo operaciones desde el comienzo de las hostilidades en áreas disputadas y muy disputadas», dice el informe.
Con este fin, la Fuerza Aérea debería aumentar la adquisición de aviones de combate como el F-35A, y mejorar sus flotas de bombarderos.
A largo plazo, el informe recomienda una nueva generación de drones de vigilancia y bombarderos que puedan operar dentro del rango de ataque.
El apuntalamiento de las bases aéreas delanteras que ahora están bajo la sombra del alcance de los misiles adversarios es otra prioridad crítica.
Esto significa que debe desarrollar nuevos conceptos operativos, según el informe, junto con la inversión en defensas antimisiles e infraestructura logística.
El informe dice que el presupuesto de la Fuerza Aérea fue el que más sufrió en los recortes de los servicios después de la Guerra Fría. El presupuesto aumentó durante la Guerra contra el Terrorismo. Pero la mayor parte de ese dinero extra se destinó a apoyar las operaciones antiterroristas, «no a nuevos aviones de combate, bombarderos y otros sistemas de próxima generación más adecuados para un conflicto de grandes potencias».
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