Las fuerzas rusas llegaron a las afueras de la ciudad de Toretsk, situada en la línea del frente de la región de Donetsk, en el oriente de Ucrania, informó una portavoz militar de Kiev.
«Los rusos entraron en las inmediaciones orientales de la ciudad», dijo Anastasiia Bobovnikova, portavoz de las fuerzas armadas de Ucrania, en declaraciones televisadas la noche del 7 de octubre.
«La situación es inestable», agregó la portavoz.
Actualmente se combate «literalmente en cada entrada» de la asediada ciudad, dijo la Sra. Bobovnikova.
Con una población anterior a la guerra de unos 30,000 habitantes, Toretsk es un bastión ucraniano fuertemente fortificado de considerable importancia estratégica.
Se espera que la caída de Toretsk allane el camino para una ofensiva rusa por el norte, hacia la cercana ciudad de Chasiv Yar, otro bastión ucraniano en Donetsk.
También permitiría a las fuerzas rusas amenazar las principales líneas ucranianas para el suministro del frente, incluida la carretera estratégicamente vital, Pokrovsk-Kostyantynivka.
El ministerio de Defensa ruso se abstuvo en gran medida de hacer comentarios sobre los recientes acontecimientos en Toretsk y sus alrededores.
Hace solo unos días, la ciudad de Vuhledar, a unas 75 millas al suroeste de Toretsk, cayó ante el rápido avance de las fuerzas rusas.
El 3 de octubre, el ejército ucraniano confirmó la retirada de sus fuerzas de Vuhledar, tras meses de encarnizados combates, para «preservar al personal y el equipo militar».
No obstante, Denis Pushilin, jefe de la República Popular de Donetsk, que cuenta con el reconocimiento de Moscú, declaró que la situación en Vuhledar (Ugledar en ruso) «sigue siendo tensa».
«El enemigo sigue llevando a cabo bombardeos en Vuhledar», dijo Pushilin, citado el 8 de octubre por la agencia de noticias estatal rusa TASS.
«Ellos siguen intentando devolver los mordiscos, por eso sigue habiendo tensiones».
«Muy, muy difícil»
Durante los dos últimos meses, las fuerzas rusas han avanzado hacia el oeste, cada vez más rápido, a lo largo de los 160 km de la línea del frente de Donetsk, arrebatando una serie de posiciones estratégicas a las tropas ucranianas en retirada.
A mediados de agosto, tomaron la ciudad de Zalizne (Artyomovo en ruso), situada a pocos kilómetros al sureste de Toretsk.
Días después, tras semanas de intensos combates, tomaron la ciudad de Niu-York (Novgorodskoye en ruso), a unos 8 kilómetros al sur de Toretsk.
Desde que Moscú invadió Ucrania a principios del año 2022, el control total de la región de Donbás, que comprende Donetsk y Luhansk, sigue siendo un objetivo clave de Rusia.
Según estimaciones citadas por Reuters, las fuerzas rusas controlan actualmente alrededor del 60 por ciento de Donetsk y el 98.5 por ciento de Luhansk.
Las fuerzas rusas parecen ahora a punto de capturar la ciudad de Pokrovsk, un centro de tránsito ucraniano vital situado a unos 50 kilómetros al suroeste de Toretsk.
Aproximadamente el 80% de la infraestructura energética crítica de Pokrovk quedó inutilizada o destruida por los repetidos asaltos rusos, según funcionarios ucranianos.
«El enemigo nos está dejando sin electricidad, sin agua, sin gas», dijo Serhiy Dobriak, jefe de la administración militar de Pokrovsk, nombrado por Kiev, en recientes declaraciones televisadas.
El Sr. Dobriak añadió que las fuerzas rusas se encontraban ahora a solo seis kilómetros al este de la ciudad.
La semana pasada, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski describió la situación del campo de batalla en Donbas como «muy, muy difícil».
«Todo lo que se pueda hacer este otoño, todo lo que podamos lograr debe lograrse», dijo el presidente el 30 de septiembre después de reunirse con los altos mandos militares.
Con información de Reuters
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