El Departamento de Justicia está revisando la necesidad de una nueva ley para hacer frente al terrorismo doméstico, dijo el jueves un alto funcionario.
«Es algo en lo que estamos pensando mientras examinamos todas nuestras herramientas para ver si podemos tener un entorno de amenaza, si estamos haciendo todo lo que podemos para contrarrestar la amenaza. Una de las cosas que estamos estudiando es lo que tenemos que hacer con las autoridades», declaró ante el Congreso Brad Wiegmann, fiscal general adjunto de la División de Seguridad Nacional del departamento.
Los funcionarios han tenido «bastante éxito» en el uso de las leyes existentes para acusar a los presuntos delincuentes de delitos de odio y otros cargos.
«La cuestión con la que realmente estamos luchando es: ¿hay brechas? ¿Hay algún tipo de conducta que podamos prever que no podamos cubrir o que podría ser beneficioso, de otra manera, tener algo más que lo que tenemos ahora?», añadió Wiegmann. «No hemos llegado a ninguna conclusión al respecto, es algo en lo que estamos pensando y si llegamos a algo obviamente trabajaremos con el comité y otros en el Congreso para trabajar en ello, pero no hemos identificado nada todavía que sea una necesidad de legislación, pero es algo que estamos considerando activamente».
Tras la irrupción del 6 de enero en el Capitolio de EE.UU., ha crecido el apoyo en el Congreso a la Ley de Prevención del Terrorismo Doméstico de 2021, presentada por el representante Brad Schneider (D-Ill). El número de copatrocinadores asciende a 201, casi la mitad de la cámara baja, incluidos tres republicanos.
El proyecto de ley ampliaría los poderes dentro de los Departamentos de Seguridad Nacional y Justicia, así como en el FBI, para vigilar, analizar, investigar y perseguir el terrorismo doméstico.
«Estados Unidos debe estar vigilante para combatir a los radicales de la violencia, y la Ley de Prevención del Terrorismo Doméstico da a nuestro gobierno las herramientas para identificar, vigilar y frustrar sus actividades ilegales. Combatir la amenaza del terrorismo doméstico y de la supremacía blanca no es una cuestión de demócratas o republicanos, ni de izquierda contra derecha o de la ciudad contra el campo. El terrorismo doméstico es una cuestión estadounidense, una grave amenaza que podemos y debemos afrontar juntos», dijo Schneider en un comunicado en el que presentó el proyecto de ley.
Los demócratas calificaron los sucesos del 6 de enero de terrorismo doméstico y afirmaron que el incidente del Capitolio puso de manifiesto la creciente amenaza de los extremistas locales.
«Esto es un cáncer para nuestro país», dijo el representante Matt Cartwright (D-Pa.), uno de los copatrocinadores del proyecto de ley, durante la audiencia del jueves.
«Los atentados y complots de la extrema derecha han superado con creces a los de todos los demás grupos combinados y han causado más muertes», añadió, citando datos recopilados por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, que se autoproclama como no partidista.
Parte de la principal amenaza dentro de Estados Unidos procede de los extremistas violentos internos, según declaró el año pasado el Departamento de Seguridad Nacional. La comunidad de inteligencia de EE.UU. evaluó que los extremistas violentos domésticos representan una «amenaza mayor» en 2021.
El presidente Joe Biden abordó el tema en su discurso ante una sesión conjunta del Congreso esta semana, diciendo a los oyentes que «la supremacía blanca es terrorismo» y que la evaluación de los servicios de inteligencia no sería ignorada.
Los republicanos señalaron el jueves que el grupo de extrema izquierda Antifa y otros grupos extremistas también están detrás de los actos violentos e instaron a las autoridades a perseguirlos también.
«Todas las formas de terrorismo doméstico deben ser derrotadas, incluyendo el extremismo violento de la izquierda política», dijo el representante Robert Aderholt (R-Ala.).
Durante la audiencia, Aderholt presionó a un agente del FBI sobre la designación del tiroteo masivo de 2017 contra un equipo de béisbol del Congreso del Partido Republicano como un suicidio por parte de un policía, a pesar de las piezas de evidencia que apuntaban a que el tirador se dedicaba al terrorismo doméstico.
La legislación que amplía los poderes federales para combatir y responder al terrorismo doméstico también tiene detractores.
El proyecto de ley y otro similar, un proyecto de ley del Presidente del Senado, Dick Durbin ( D-Ill.), «adolecen del mismo defecto subyacente: la suposición de que la pertenencia a un grupo concreto –ya sea racial, religioso o político– tiene un valor predictivo frente a la intención de cometer un acto violento», escribió Patrick Eddington, investigador principal de seguridad nacional y libertades civiles en el Instituto Cato y antiguo asesor del exrepresentante Rush Holt (D-N.J.), en una reciente publicación en su blog.
«El mismo impulso motivado por el miedo que nos dio la Ley PATRIOT está en marcha con la presión para aprobar el proyecto de ley Durbin», añadió.
El Congreso aprobó la Ley PATRIOT poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Esta ley amplía la capacidad de las autoridades federales para vigilar a los sospechosos de terrorismo y aumenta las penas por delitos de terrorismo.
Mara Rudman, vicepresidenta ejecutiva de Política del Centro para el Progreso Estadounidense, añadió en una reciente declaración que un nuevo estatuto de terrorismo doméstico «no resolverá el problema del extremismo doméstico y es probable que conduzca a daños no deseados».
«Es hora de que el gobierno utilice las herramientas que ya tiene con mayor eficacia para detener la violencia de la supremacía blanca. Esto incluye la plena aplicación de las leyes penales existentes; hacer un mayor uso de las herramientas financieras y otras autoridades; y aumentar la prioridad de los delitos de odio, incluida la violencia de la supremacía blanca, en los marcos de prioridades de aplicación de la ley y de seguridad nacional existentes», dijo.
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