Los principales países industrializados del Grupo de los Siete (G-7) han enviado una «poderosa señal» de que cualquier invasión rusa de Ucrania tendría «consecuencias masivas» y supondría «un grave coste», dijo el domingo la ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss.
Tras una cumbre de dos días de los ministros de Asuntos Exteriores del G-7 celebrada en la ciudad inglesa de Liverpool, Truss dijo en una conferencia de prensa que los aliados del G-7 han «enviado un mensaje unido muy claro al [presidente ruso] Vladimir Putin».
Dijo: «Hemos enviado una poderosa señal a nuestros adversarios y a nuestros aliados. Hemos sido claros en cuanto a que cualquier incursión de Rusia en Ucrania tendría consecuencias masivas que tendrían un grave coste».
Truss también dijo que el Reino Unido está considerando «todas las opciones», incluidas las sanciones económicas, en respuesta a una posible agresión rusa.
«Cuando el Reino Unido ha querido enviar mensajes claros y lograr objetivos claros, hemos estado preparados para utilizar sanciones económicas. Así que estamos considerando todas las opciones», dijo a varios periodistas.
La advertencia se produce en medio de las crecientes tensiones por el aumento de las tropas rusas en la frontera ucraniana, que se considera una señal de una posible invasión.
Los funcionarios ucranianos han estimado que más de 90,000 tropas rusas se están concentrando cerca de la frontera en la Crimea ocupada por Rusia, y han dicho que creen que un ataque es inminente. Han pedido ayuda a Estados Unidos y a otros países para defender las fronteras del país.
Ucrania formó parte de la Unión Soviética antes de convertirse en un país independiente en 1991.
Los países occidentales ven a Ucrania como un baluarte contra Rusia, que alberga ambiciones de mayor control territorial. Rusia se apoderó de Crimea en 2014, cuando el expresidente de EE. UU. Barack Obama estaba en el cargo.
Truss también dijo que el G-7 está preocupado por las «políticas económicas coercitivas» de China en todo el mundo.
«Hemos sido claros en esta reunión de este fin de semana en que estamos preocupados por las políticas económicas coercitivas de China», dijo. «Y lo que queremos hacer es construir el alcance de las inversiones, el alcance del comercio económico, de las democracias afines y amantes de la libertad».
Al hablar de la cuestión nuclear iraní, Truss advirtió al régimen islámico que las conversaciones en curso con las potencias mundiales en Viena son «la última oportunidad para que Irán acuda a la mesa de negociaciones con una resolución seria de esta cuestión».
Reiteró que la comunidad internacional «no permitirá que Irán adquiera un arma nuclear».
Con información de Reuters, PA y Zachary Stieber.
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