La asociada de Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell, decidió ceder en la postura que mantenía frente a la identidad de personas vinculadas a ella.
Después de revisar las objeciones a la revelación de identidad hechas por los John Does (los implicados cuyos nombres se mantienen ocultos), la abogada de Maxwell, Laura Menninger, informó a la jueza federal de distrito Loretta Preska, nominada por George H.W. Bush, en una carta reciente que Maxwell “no desea seguir abordando esas objeciones”.
“Cada uno de los ‘Does’ enumerados tiene un abogado que ha hecho valer hábilmente sus respectivos derechos de privacidad. Por lo tanto, la Sra. Maxwell deja que este Tribunal realice la revisión adecuada en conformidad con la Orden y el Protocolo para revelar las mociones decididas”, agregó Menninger.
Las identidades en cuestión son partes relacionadas con una demanda civil presentada por Virginia Giuffre contra Maxwell en 2015 acusándola de facilitar el abuso sexual de Giuffre y de hacer declaraciones difamatorias sobre ella. La demanda se resolvió en 2017, pero Giuffre ha estado tratando desde entonces, junto con el Miami Herald y otras partes, de convencer a la corte de revelar las identidades de las personas nombradas en los documentos presentados en el caso.
El difunto juez de distrito de los EE.UU., Robert Sweet, dijo en un momento dado que los documentos sellados del caso incluían una “gama de alegaciones de actos sexuales que involucran al demandante y a terceros en este litigio, algunos famosos, otros no; las identidades de terceros que presuntamente participaron en actos sexuales con el demandante o que presuntamente facilitaron dichos actos”.
Maxwell y sus abogados habían instado repetidamente al juez a no revelar las identidades, argumentando, en parte, que algunos de ellos testificaron porque se les prometió confidencialidad y que hacer públicos los nombres comprometería su derecho a un juicio justo.
Maxwell fue condenada el mes pasado por cargos de tráfico sexual en un caso penal separado, aunque es posible que se lleve a cabo un nuevo juicio.
La declaración de Maxwell, tomada en 2016 para el caso Giuffre, fue desvelada el año pasado, pero gran parte del material ha permanecido oculto bajo órdenes de Preska y Sweet.
Dieciséis de los John Does también se han opuesto a hacer públicas sus identidades en los documentos presentados por sus abogados, mientras que otros no han respondido a la propuesta.
En nombre de una de las personas, los abogados señalaron el intenso interés de los medios en los casos de Epstein y Maxwell y argumentaron que desvelar las identificaciones “impactaría a esas personas que no son parte de este frenesí e injustamente haría un daño irreparable a sus intereses de privacidad y reputación”.
Otra presentación decía que el hecho de que Giuffre aceptara un acuerdo dejaba el asunto en suspenso.
Giuffre y sus abogados han dicho que debido a que el juicio de Maxwell terminó, su argumento principal ya no se aplica, y que el deseo de los John Does de evitar la atención no deseada de los medios no justifica mantener sus identidades selladas.
«Al revisar las objeciones de esos Does, es evidente que sus objeciones reflejan esencialmente las objeciones al desprecintado que este Tribunal ya ha rechazado: que el desprecintado de ciertos documentos podría ser embarazoso, expondría a las no partes a la atención de los medios de comunicación, y podría resultar en alguna asociación desafortunada entre las no partes y Jeffrey Epstein o Ghislaine Maxwell. A la vista de los extensos informes anteriores sobre objeciones como éstas, el proceso de desprecintado del Tribunal ha sido bastante consistente: con la excepción de un estrecho conjunto de circunstancias que generalmente no están presentes aquí, los documentos han sido desprecintados a pesar de las preocupaciones generalizadas sobre la molestia o la vergüenza», escribieron en una presentación reciente.
Epstein y Maxwell, según los fiscales, operaban una red de tráfico sexual que se enfocaba en niñas menores de edad.
Sus asociados conocidos incluyen al fundador de Microsoft, Bill Gates, el expresidente Bill Clinton y el príncipe Andrew del Reino Unido, aunque muchos de los asociados no han sido acusados de delitos sexuales.
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