La exnovia del delincuente sexual convicto, Jeffrey Epstein, acusó a un guardia de abusar de ella en la cárcel donde está detenida por cargos de tráfico sexual.
Ghislaine Maxwell está «a merced de un grupo rotativo de agentes de seguridad que están acostumbrados a vigilar a cientos de reclusos, pero que ahora centran toda su atención exclusivamente en una respetable mujer de mediana edad detenida en prisión preventiva», escribió la abogada de Maxwell a un juez federal en una carta esta semana.
En un caso reciente, fuera de la vista de las cámaras de seguridad, Maxwell fue maltratada físicamente durante un cacheo cuando estaba siendo puesta en su celda de aislamiento, dijo la abogada Bibbi Sternheim.
«Cuando ella pidió que se utilizara la cámara para captar el suceso, un guardia le respondió ‘no’. Cuando la Sra. Maxwell retrocedió de dolor y cuando ella dijo que denunciaría el maltrato, fue amenazada con medidas disciplinarias. Al cabo de una semana y mientras el mismo equipo estaba a cargo, la Sra. Maxwell fue objeto de nuevas represalias por denunciar el maltrato: un guardia le ordenó a la Sra. Maxwell que entrara en una ducha para limpiar, desinfectar y fregar las paredes con una escoba. La petición de la Sra. Maxwell de que la cámara grabara al guardia a solas con ella en el espacio confinado fue denegada de nuevo», afirma la carta.
El Centro de Detención Metropolitano, donde Maxwell está detenida en Nueva York, no respondió a una solicitud de comentarios.
La carta fue emitida como parte de un caso que se remonta a 2019, cuando la exasociada de Epstein fue arrestada por supuestamente ayudar a atraer a mujeres para que él abusara de ellas, incluidas niñas menores de edad.
Maxwell alegó en repetidas ocasiones malos tratos en prisión, y pidió al juez que la deje esperar el juicio fuera de la cárcel debido a la pandemia de COVID-19. También solicitó que se retiren todos los cargos, afirmando que los fiscales cometieron una serie de errores al llevar el caso.
Los abogados del gobierno, por su parte dicen que Maxwell está siendo bien tratada.
En una carta dirigida al juez a principios de este mes, las fiscales adjuntas Maurene Comey, Alison Moe y Lara Pomerantz afirman que Maxwell está recibiendo más tiempo para revisar la documentación de su caso que cualquier otra reclusa en la prisión federal, y tanto o más tiempo que cualquier otra reclusa para comunicarse con sus abogados.
El personal realiza dos cacheos a Maxwell al día, según los fiscales: uno cuando se la traslada de su celda de aislamiento a la sala de día cada mañana, y otro cuando vuelve a la celda. La acusada debe quitarse la mascarilla y abrir brevemente la boca para que el personal pueda asegurarse de que no lleva nada de contrabando en la boca.
Además, los trabajadores de la prisión registran la celda de Maxwell en busca de contrabando una vez al día y realizan un escáner corporal una vez a la semana.
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