Los tres principales fabricantes estadounidenses de automóviles, General Motors, Ford y Stellantis, acordaron este martes con el sindicato United Auto Workers (UAW) volver a imponer la obligación de portar mascarillas en todas sus instalaciones ante el aumento de los casos de covid-19 causado por la variante delta.
En un comunicado conjunto dado a conocer hoy, los tres fabricantes y el sindicato señalaron que la obligatoriedad de portar mascarillas «en todas las plantas, oficinas y almacenes, sin importar la condición de vacunación» entrará en vigor el miércoles, 4 de agosto.
«Esto es en respuesta al reciente cambio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre estándares en centros de trabajo relacionado con la variante delta», señaló el comunicado.
Los fabricantes de automóviles y UAW destacaron que, aunque reconocen que llevar la mascarilla «puede ser incómodo», la diseminación de la variante delta y «el alarmante» elevado nivel de transmisión entre los que no están vacunados, suponen «una seria amenaza a la salud».
El comunicado también aprovecha para recomendar a todos los trabajadores del sector y a sus familias que se vacunen para que rápidamente se puedan relajar «una vez más los protocolos sobre mascarillas».
El sindicato UAW cuenta con unos 153,000 afiliados que trabajan en GM, Ford y Stellantis. El sector no ha dado a conocer las cifras de personal vacunado contra la covid-19.
CDC ha señalado que la variante delta hace que la covid-19 sea mucho más fácilmente transmitida que con las otras variantes, y la equiparó a la varicela, lo que significa que una persona con la enfermedad la puede transmitir a otras ocho o nueve personas.
Con la variante original de la covid-19, el ritmo de transmisión era de una a dos personas.
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