California exigirá a los trabajadores de la salud que se administren la dosis de refuerzo contra COVID-19 para mantener su estatus de vacunación completa, anunció el martes el gobernador Gavin Newsom.
«California exigirá que los trabajadores de la salud se administren su dosis de refuerzo», dijo Newsom en Twitter. «Con ómicron en aumento, estamos tomando medidas inmediatas para proteger a los californianos y garantizar que nuestros hospitales estén preparados».
«Ómicron se está extendiendo rápidamente y debemos hacer todo lo posible para mantener al personal de los hospitales y centros médicos sanos y seguros para proteger a los californianos durante una potencial oleada invernal», indicó a continuación su oficina.
El gobernador demócrata dijo que el miércoles se darían a conocer más detalles sobre el nuevo requisito. Newsom programó una conferencia de prensa en la zona de la bahía de San Francisco.
The Epoch Times se puso en contacto con la oficina de Newsom para recibir sus comentarios.
El estado se prepara para un aumento de las nuevas infecciones por el período de fiestas navideñas y reuniones familiares forzadas a realizarse en los interiores tras una serie de tormentas de invierno.
La semana pasada, Newsom, quien impuso la primera orden de cierre en todo el estado en marzo de 2020, advirtió que los casos probablemente aumentarán y volvió a imponer una norma que obliga a todos a llevar mascarillas en las reuniones públicas en interiores. Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, volvió a cancelar su celebración de Nochevieja en persona.
El anuncio del gobernador se produjo poco después de que las autoridades federales dijeran que la variante ómicron del nuevo coronavirus es ahora la fuente dominante de las nuevas infecciones en Estados Unidos, representando aproximadamente el 73 por ciento de las nuevas infecciones en todo el país, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Las autoridades sanitarias citaron las cifras de contagiados por ómicron de los CDC correspondientes a la semana que terminó el 18 de diciembre, indicando que aumentaron casi seis veces en siete días.
La nueva variante fue detectada por primera vez por médicos en África hace menos de un mes. El 26 de noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) la designó como «variante preocupante». Desde entonces, se notificó sobre la variante en unos 90 países.
Hasta ahora ómicron se ha relacionado con pocas muertes en el mundo. Las autoridades dijeron el lunes que un hombre no vacunado en Texas murió tras contraer la nueva variante de COVID-19. No está claro si se han registrado otras muertes relacionadas con ómicron en Estados Unidos.
El director de salud de la ciudad de Nueva York dijo que, si bien los casos de ómicron están aumentando rápidamente, las hospitalizaciones no lo hacen en este momento.
Funcionarios del Ministerio de Salud de Sudáfrica dijeron la semana pasada que sus tasas de hospitalización debido a ómicron son aproximadamente una décima parte de la tasa de hospitalización de la oleada de infecciones por la variante delta a principios de este año.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, dijo el martes que no preveía otro cierre porque «creo que estamos mucho mejor protegidos de lo que estábamos».
Las restricciones, como el uso de mascarillas en el interior, continuarán en febrero y quizás incluso en marzo, dependiendo de las tasas de vacunación, hospitalización e infección, dijo Garcetti.
Nuevo México también exigió que los trabajadores de la salud se administren la dosis de refuerzo de la vacuna contra COVID.
Con información de The Associated Press
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