El gobernador de Idaho, Brad Little, anunció el martes que ha reactivado la Guardia Nacional y ha destinado hasta 370 efectivos adicionales para apoyar a los hospitales estatales tras el aumento de los casos de COVID-19 en el estado.
El gobernador republicano dijo el martes en un comunicado de prensa que solo hay libres cuatro camas de la unidad de cuidados intensivos, de las casi 400 que estaban disponibles el martes en todo el estado. Agregó que es la primera vez que hay tantos pacientes con COVID-19 en camas UCI en Idaho y que “la gran mayoría de ellos no están vacunados”.
“Se están llenando también los espacios adicionales que los hospitales habilitaron con el fin de usarlos para atención UCI”, dijo Little.
«Estamos peligrosamente cerca de activar las normas de atención de crisis en todo el estado, un paso histórico que significa que los habitantes de Idaho, que necesitan atención sanitaria, podrían recibir un nivel de atención inferior o podrían ser rechazados por completo», añadió el gobernador. «En esencia, alguien tendría que decidir quién puede ser tratado y quién no. Esto nos afecta a todos, no sólo a los pacientes con COVID-19».
Como parte de la orden del martes, se desplegarán 370 personas en todo el estado, incluidos hasta 150 guardias para «apoyar a las instalaciones médicas con poco personal». Se les asignará para apoyo logístico, pruebas médicas, análisis de laboratorio y otras tareas, dijo el gobernador.
Otros 200 integrantes del personal médico y administrativo estarán disponibles para el estado a través de un contrato con la Administración de Servicios Generales de EE.UU., mientras un equipo de respuesta médica del Departamento de Defensa, de 20 personas, se desplegará en el norte de Idaho, donde las tasas de vacunación se encuentran entre las más bajas del estado.
«Los hospitales de Idaho están más que limitados. Nuestro sistema sanitario está diseñado para hacer frente a las realidades cotidianas de la vida. Nuestro sistema de salud NO está diseñado para soportar la tensión prolongada causada por una pandemia global sin control. Sencillamente, no es sostenible», añadió Little, e instó a quienes aún no se han vacunado contra el COVID-19 a que lo hagan.
La vicegobernadora Janice McGeachin, una republicana que busca reemplazar a Little el próximo año, dijo que el apoyo del gobernador a las vacunas es «vergonzoso».
«Fue vergonzoso que Brad sugiriera hoy que los habitantes de Idaho deben hacer una elección médica específica para mostrar amor por sus vecinos», escribió McGeachin en Twitter. «Puedes amar a tu prójimo y seguir tomando las decisiones médicas que sean adecuadas para ti. Confío en que USTEDES tomen sus propias decisiones sobre su salud».
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), hasta el martes, aproximadamente el 44 por ciento de la población total del estado ha recibido al menos una dosis de la vacuna anti-COVID. El 39 por ciento tiene todas las dosis contra COVID-19, la enfermedad causada por virus el PCCh (Partido Comunista Chino).
«Aquellos que han tomado la decisión personal y médica de no vacunarse merecen que se respeten sus decisiones», dijo McGeachin, según el Idaho Statesman.
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