El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha activado esta semana a 500 miembros de la Guardia Nacional y los ha enviado a Washington para ayudar a mantener la presencia militar en la capital del país.
La movilización se produjo a petición del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
«Estamos desplegando estas fuerzas en apoyo de las fuerzas policiales civiles debido a los niveles de amenaza contra el Capitolio de Estados Unidos. Estas amenazas fueron evaluadas por el FBI y otras agencias federales», dijo en un comunicado el general de división Rich Neely, ayudante general de Illinois y comandante de la Guardia Nacional de Illinois. «Nuestros soldados y aviadores están comprometidos con la defensa tanto de nuestra nación como de nuestro estado. Les hemos pedido mucho en el último año y cada vez estos hombres y mujeres han respondido a la llamada y han mantenido su juramento de defender y apoyar la Constitución de Estados Unidos».
«El general de división Neely y yo estamos dispuestos a garantizar que el estado de Illinois continúe su orgulloso legado de protección de nuestra democracia. En última instancia, debemos erradicar las oscuras fuerzas del racismo, la supremacía blanca y la desinformación que han generado este momento, pero hasta que lo hagamos, nuestras extraordinarias tropas se desplegarán con honor», añadió Pritzker, demócrata.
Está previsto que las tropas lleguen a Washington a principios de la próxima semana. Se espera que permanezcan allí hasta mediados de marzo.
El gobernador de Massachusetts, el republicano Charlie Baker, y el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, también aprobaron el envío de soldados a Washington esta semana.
Otros gobernadores han retirado a sus tropas y no las están enviando de vuelta.
Se ha solicitado que unos 7000 soldados permanezcan en Washington durante las próximas semanas. Es probable que ese nivel se reduzca a 5000 a mediados de marzo, según dijo esta semana a los periodistas el secretario interino del Ejército, John Whitley. El personal está armado.
Los miembros están proporcionando una variedad de apoyo, incluyendo seguridad, logística y evaluación médica.
Más de 25,000 miembros acudieron a Washington tras la irrupción del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, en preparación de la inauguración del presidente Joe Biden. Prácticamente no se registraron incidentes, y solo se produjeron tres detenciones por parte de alguna de las agencias.
Varios legisladores han dicho que la presencia les hace sentir más seguros, pero otros han cuestionado la continuidad del despliegue.
«Su presencia, junto con las duras acusaciones federales contra los alborotadores del Capitolio, disuadió de cualquier otra violencia; la inauguración presidencial se produjo sin incidentes», escribió el senador Tom Cotton (R-Ark.) en un reciente artículo de opinión. «Con la inauguración presidencial completada y las amenazas retrocediendo, ahora es el momento, sí, de enviar a casa a las tropas».
Los republicanos de la Cámara de Representantes están solicitando una sesión informativa sobre el despliegue, pidiendo la justificación de la decisión.
Al preguntársele por qué las tropas permanecen en la ciudad durante tanto tiempo, Whitley dijo a los periodistas que «hay varios eventos próximos— no sabemos cuáles son— en las próximas semanas, y les preocupa que pueda haber situaciones en las que haya protestas legales, protestas protegidas por la Primera Enmienda que puedan ser utilizadas por actores malintencionados u otros problemas que puedan surgir».
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, visitó el viernes a las tropas en el Capitolio.
«Quiero decirles que estamos muy agradecidos por su servicio. Y sabemos que no es fácil dejar su hogar, venir aquí y ayudarnos», les dijo. «Pero están haciendo un gran servicio en nombre de su país al proteger el Capitolio para que nuestros legisladores puedan estar tranquilos y hacer el trabajo que tienen que hacer en nombre de este país».
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