El gobernador de Maryland, Larry Hogan, vetó un proyecto de ley aprobado por la legislatura de mayoría demócrata que convertiría a Maryland en un estado santuario para los inmigrantes ilegales, junto con otras legislaciones que, según el republicano, harían que su estado fuera menos seguro.
Hogan vetó 4 proyectos de ley, entre ellas la HB 16, que es una legislación de estado santuario que obstaculizaría la capacidad de las fuerzas de seguridad locales para cooperar con la policía federal de inmigración, incluido el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE). También se vetó la HB 23, que impediría a los funcionarios federales de inmigración obtener ciertos registros públicos del estado o utilizar software de reconocimiento facial sin una orden judicial.
«La policía local debe cooperar plenamente con la policía federal, un principio que he defendido sistemáticamente a lo largo de tres administraciones federales dirigidas por presidentes de ambos partidos políticos. Una legislación defectuosa como ésta sienta un peligroso precedente en lo que respecta al compromiso del Estado de cumplir la ley y garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos», dijo Hogan en la carta de veto (pdf) dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes de Maryland, Adrienne Jones. «Al promover la diversidad y la inclusión para todos al tiempo que mantenemos nuestro compromiso con la seguridad pública, el enfoque de Maryland es coherente tanto con nuestras leyes como con nuestros valores».
Hogan también dijo que la HB 16 fue aprobada sin «un debate y una discusión adecuados y no es más que una solución que ocasionará un problema».
Según el Centro de Estudios de Inmigración, en marzo había 11 estados santuario en Estados Unidos. El Centro define estos estados como los que tienen «leyes, ordenanzas, reglamentos, resoluciones, políticas u otras prácticas que obstruyen la aplicación de la ley de inmigración y protegen a los delincuentes del ICE».
El gobernador también criticó la HB 23 porque dijo que «obstaculizaría importantes investigaciones policiales criminales al requerir la negación de la inspección de ciertas partes de los registros públicos por parte de una agencia federal a menos que tengan una orden estatal o federal válida». Añadió que esta ley impediría a las agencias su trabajo esencial de mantener la seguridad de las comunidades.
La HB 16 se aprobó en la Cámara de Maryland por 86 votos a favor y 46 en contra, y en el Senado por 30 votos a favor y 17 en contra. La HB 23 fue aprobada en la Cámara de Maryland por 97 votos a favor y 42 en contra y en el Senado por 32 votos a favor y 14 en contra. El presidente del Senado estatal, el demócrata Bill Ferguson, expresó su frustración por el veto del gobernador.
«Lo que está claro es que hay dos visiones de Maryland, una en la que creemos en el poder de las oportunidades y otra en la que creamos miedo y división con nuestros vecinos», dijo Ferguson. «Los demócratas y algunos republicanos de la Asamblea General creen en la primera, pero está tristemente claro que los republicanos, arrastrados por una facción de la derecha dura, creen en la segunda».
Dado que ambos proyectos de ley fueron aprobados por la legislatura de Maryland con supermayorías, las legislaciones vetadas aún pueden convertirse en ley. Es necesario el voto de tres quintos de los miembros elegidos de ambas cámaras para anular el veto del gobernador.
El gobernador también vetó los proyectos de ley SB 420 y SB 202. El SB 420 es una legislación que legalizaría la posesión y distribución de equipos utilizados para inyectarse heroína y el SB 202 es un proyecto de ley que pone fin al requisito de que el gobernador apruebe la libertad condicional para los condenados a cadena perpetua, haciendo que el proceso de libertad condicional sea menos fiable para el público.
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