El estado de Nueva York tomó un paso importante el viernes para acabar con prácticas controversiales de vigilancia policial al firmar una legislación que prohíbe el uso de estrangulaciones y expande la transparencia policial.
“La verdad es esta: la reforma policial está atrasada”, dijo el gobernador Andrew Cuomo, hablando sobre George Floyd, el hombre afroestadounidense cuya muerte en custodia policial el mes pasado provocó protestas a nivel nacional.
La ley prohíbe a la policía hacer enganches de sofocación a sospechosos.
La nueva ley también da fin a una ley conocida como 50-A, que protege los récords disciplinarios de la policía de ser escrutados. Los defensores de la ley dijeron que arrojaría luz sobre los registros de lo policías “malos”, mientras que ayuda a los buenos policías a defenderse si tienen un historial sin reclamos y fueron acusados de un crimen o de actuar inapropiadamente.
Además, la legislación faculta al fiscal general del estado para convertirse en el fiscal independiente en los asesinatos de civiles desarmados por la policía.
El gobernador también emitió una orden ejecutiva que requiere que los departamentos de policía locales del estado desarrollen planes de reforma con aportes de la comunidad y los consagran en la ley local antes del 1 de abril de 2021, o corren el riesgo de perder fondos estatales.
El gobernador señaló que la policía debe trabajar con sus comunidades para abordar cuestiones como el uso de la fuerza por parte de los oficiales, la vigilancia comunitaria y los prejuicios.
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