El republicano Abbott, declaró el estado de emergencia para los condados al otro lado de la frontera del estado con México a inicios de este año, pero eso no impidió que miles de extranjeros ilegales ingresaran a Estados Unidos a Del Río en los últimos días.
«Si nos fijamos en la presión financiera y la presión sanitaria y otras presiones con las que se enfrenta el condado de Val Verde, así como los condados adicionales cerca de esta zona, existe la necesidad de una declaración presidencial de desastre», dijo Abbott a los periodistas en Del Rio el martes.
Abbott envió una carta (pdf) el lunes a Biden haciendo la solicitud, pero aún no ha recibido respuesta.
Abbott dijo que una presa en propiedad federal está permitiendo a los inmigrantes «atravesar fácilmente el Río Grande» y que el aumento «no muestra signos de desaceleración» mientras plantea problemas potencialmente mortales para los residentes del área y abrumadores recursos policiales y de atención médica.
Unos 16,000 inmigrantes ingresaron a la zona entre el 15 y el 18 de septiembre, según funcionarios de Texas. Eso es casi la mitad de la población de la ciudad pequeña, que es de aproximadamente 35,000.
“Las familias, incluidos bebés y niños, necesitan alimentos, agua y suministros médicos que el gobierno local no puede suministrar. Miles de familias están inmovilizadas en un calor de 100 grados mientras su tamaño continúa aumentando mientras esperan ser procesadas por los aproximadamente 64 agentes federales en el área. Las personas acampan en condiciones miserables y se bañan en el agua fangosa del río, lo que genera grandes problemas de salud”, dijo Abbott.
La Casa Blanca no respondió a una consulta acerca de la solicitud. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas el lunes que la situación en Del Río es difícil, y agregó que «es devastador» ver videos de lo que está sucediendo allí.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo a los senadores en Washington el martes que la administración está implementando su plan, el cual implica deportar a muchos de los haitianos que se encuentran en Del Río.
Y Biden dijo a los periodistas en Nueva York que su administración «lo tendrá bajo control», refiriéndose a la crisis, que estalló desde que asumió el cargo en enero y revirtió las políticas de inmigración clave de la era Trump.
Pero a pesar de un aumento en los recursos federales a Del Río y los vuelos que deportan a cientos de haitianos a su país de origen, unos 8300 inmigrantes permanecen debajo del puente en la ciudad, dijo su alcalde, Bruno Lozano, a The Epoch Times.
Abbott dijo que Mayorkas y otros miembros de la administración Biden le prometieron desde febrero que proporcionarían recursos para evitar situaciones como la que se desarrolló en Del Río.
«Todas esas promesas nunca se cumplieron», dijo.
Eso ha hecho que Texas envíe a las fuerzas de seguridad estatal a la frontera, para ordenar el arresto de inmigrantes ilegales por ingresar ilegalmente y a tomar otras medidas.
En Washington, Mayorkas fue cuestionado duramente por los senadores Ron Johnson (R-Wis.) y Josh Hawley (R-Mo.), quienes expresaron incredulidad ante sus afirmaciones.
«¿De verdad usted cree que la frontera no está abierta?», preguntó Johnson.
«Sí», respondió Mayorkas.
El funcionario dijo que ha habido un descenso en los cruces de extranjeros ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México durante las últimas semanas, luego de que los cruces superaran los 200,000 tanto en julio como en agosto.
Hawley señaló la situación de Del Rio y se preguntó cuándo comenzaría a funcionar el plan de la administración, que ha involucrado el desmantelamiento de programas que según el Departamento de Seguridad Nacional, ayudaban a frenar la inmigración ilegal.
“No hemos terminado de implementar nuestro plan y nunca sugerí lo contrario. Continuamos haciendo el trabajo que debemos hacer para asegurar nuestra frontera. Ese es un proceso continuo y, de hecho, lo estamos implementando”, dijo Mayorkas.
Con información de Charlotte Cuthbertson.
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