Semanas después de sobrevivir a unas elecciones estatales estrechas, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, reconoció que el apoyo al Partido Demócrata está descendiendo porque los estadounidenses están “hartos de las mascarillas” y órdenes.
Cuando se le preguntó acerca de su victoria más reñida de lo esperado, sobre el candidato republicano a gobernador Jack Ciattarelli, Murphy explicó que los residentes de Nueva Jersey «sienten que el gobierno no se está conectando con ellos».
“Están hartos de las mascarillas, de que les digan qué hacer en materia de vacunas, probablemente no están contentos con lo que perciben que está pasando en Washington, puede que hayan perdido un trabajo o un negocio que ha quebrado—o peor aún, a un ser querido», dijo a Politico esta semana.
Yendo más allá, Murphy dijo que más decisiones y mandatos del gobierno tienen que ser resueltos sobre la base de datos, no solo la coerción política.
«Hacer dos cosas: Hacer lo correcto por la COVID. Y yo conozco a toda esta gente, y ya lo hacen, es decir, siguen tomando las decisiones no basadas en la política sino en los hechos de la ciencia y de los datos», dijo.
A inicios de noviembre, Murphy derrotó a Ciattarelli, un exlegislador estatal, por 3 puntos porcentuales en una elección que no se esperaba que fuera reñida. Esto ocurrió cuando los demócratas sufrieron su primera gran derrota durante la era Biden, cuando el republicano Glenn Youngkin derrotó al exgobernador de Virginia, Terry McAuliffe, en la candidatura por la gobernación del estado.
Aparte de Murphy, varios gobernadores demócratas han expresado cada vez más preocupaciones similares sobre los conceptos de su partido para los votantes.
«Creo que tenemos que reconocer y admitir que las familias han tenido un momento difícil durante los últimos dos años, tanto en lo que respecta a la salud—ya sea por COVID como si no, ya sea por salud mental—como lo que respecta a la economía», dijo recientemente a los periodistas el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, presidente de la Asociación de Gobernadores Demócratas.
Y en el que quizá sea el comentario más duro de un gobernador demócrata hasta la fecha, el gobernador de Colorado, Jared Polis, dijo la semana pasada que cree que la emergencia de COVID-19 ha «terminado» y afirmó que es «culpa de las personas no vacunadas» si se infectan con el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
“Todos tuvieron la oportunidad más que suficiente de vacunarse”, dijo Polis a Colorado Public Radio. “Ojalá haya sido en su farmacia, su supermercado, un autobús cerca de usted [o en] grandes eventos. En este momento, si no se ha vacunado, es realmente su [improperio] culpa».
A pesar del cambio radical de algunos gobernadores demócratas, los gobernadores Kathy Hochul de Nueva York y Gavin Newsom de California volvieron a imponer recientemente las órdenes de uso de mascarillaspara las empresas en todo el estado. Mientras tanto, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, también demócrata, anunció que las empresas privadas tendrían que exigir que sus empleados se vacunen o consigan exenciones religiosas o médicas.
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