El gobernador de Virginia Ralph Northam emitió una respuesta al gran acto frente al Capitolio estatal y aseguró:»continuaré escuchando las voces de los virginianos y haré todo lo que esté a mi alcance para mantener nuestra mancomunidad a salvo».
En un comunicado Northam sugirió que las decisiones de seguridad que se tomaron antes del acto «lograron reducir lo que podría haber sido una situación volátil». Esto fue el resultado de semanas de planificación y de una amplia cooperación entre socios estatales, locales y federales en Virginia y más allá».
«Las fuerzas del orden y los equipos de primera respuesta de Virginia demostraron un tremendo profesionalismo. Estoy orgulloso de su trabajo. He hablado con el coronel Settle de la Policía Estatal, el coronel Pike de la Policía del Capitolio y el jefe Smith del Departamento de Policía de Richmond, así como con líderes del FBI y de la Fiscalía de Estados Unidos, y les he agradecido por mantener a Virginia a salvo».
Miles de manifestantes llegaron a los terrenos del Capitolio estatal el lunes por la mañana antes de dispersarse sin incidentes, y los funcionarios estatales explicaron que el acto fue pacífico. La policía aseguró que una persona fue arrestada por negarse a quitarse una máscara. En una declaración posterior el lunes, la policía del Capitolio de Virginia escribió que Mikaela E. Beschler, de 21 años de edad, «fue acusada de un delito grave por llevar una máscara en público en el bloque 800 de la calle East Broad». El arresto se produjo después de que el oficial vio a Beschler por tercera vez con un pañuelo cubriéndole la cara. Le había advertido repetidamente en dos ocasiones distintas que se acomodara el pañuelo». Luego fue liberada.
Antes del acto, Northam declaró el estado de emergencia y prohibió todas las armas en el recinto de la capital. Las fotos y los videos tomados en el evento mostraron una fuerte presencia policial y barreras de seguridad alrededor de los terrenos del Capitolio.
Muchos manifestantes optaron por no entrar en la zona designada para el mitin, donde Northam había impuesto una prohibición temporal de armas, y en su lugar llenaron las calles circundantes, muchos vestidos con equipo táctico y de camuflaje y llevando rifles mientras animaban a los oradores.
«Me encanta esto. Es como el Super Bowl para la Segunda Enmienda aquí mismo», expresó P.J. Hudson, un camionero de Richmond que llevaba un rifle AR-15 justo en las afueras de la Plaza del Capitolio. Fue uno de los pocos afroamericanos que asistieron al acto en una multitud principalmente blanca y masculina, y con frecuencia lo detenían y le pedía que posara para fotos con su sudadera «Black Guns Matter» (Las armas negras cuentan).
Se calcula que asistieron 22,000 personas, según las autoridades, las cuales señalaron que arrestaron a una mujer por el delito de llevar una máscara en público.
El acto atrajo la atención del Presidente Donald Trump. «El Partido Demócrata en el Gran Estado de Virginia está trabajando duro para quitarte tus derechos bajo la 2ª Enmienda», escribió en los medios de comunicación social. «Esto es solo el comienzo. No dejes que suceda, ¡VOTA A LOS REPUBLICANOS en 2020!
La Prensa Asociada contribuyó a este informe.
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