La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha anunciado que no renovará la emergencia por COVID del estado, que expiró en la medianoche del martes 13 de septiembre, en medio de crecientes críticas por abuso de poder.
Su anuncio se hizo el lunes tras un descenso continuo de casos y con su contienda electoral a pocas semanas de comenzar.
«No los renovaré esta vez, estamos viendo los números en este momento. Nos sentimos cómodos de poder suspenderlos», dijo Hochul en Manhattan.
«Ahora estamos en un lugar diferente», añadió la gobernadora, refiriéndose al levantamiento por parte del Estado del mandato de las mascarillas para el transporte público el 10 de septiembre.
«Tenemos una nueva inyección de refuerzo desde hace unos días», añadió.
La gobernadora había ampliado el estado de emergencia en dos ocasiones con órdenes ejecutivas desde que sustituyó al entonces gobernador Andrew Cuomo a finales del año pasado.
La declaración permitió al estado flexibilizar sus procedimientos habituales de compra y licitación de proveedores durante la pandemia del COVID-19. También ayudó a asegurar los kits de pruebas de COVID-19 y a enviar las pruebas a laboratorios fuera del estado, según Hochul.
Abuso de poder
Los republicanos han denunciado la prolongada renovación del estado de emergencia por parte de Hochul como un abuso de poder.
El líder de la minoría de la Asamblea Estatal, Will Barclay, dijo en un comunicado tras su última medida: «Durante demasiado tiempo, la gobernadora Hochul se aprovechó de su autoridad autoimpuesta y de la falta de supervisión y revisión que suele exigir la ley estatal».
Barclay instó además a poner fin a todos los mandatos relacionados con la pandemia.
«Permitir la expiración de este ‘estado de emergencia’ es solo el primer paso: ahora, todos los mandatos relacionados con la pandemia deben llegar a su fin», subrayó.
Por su parte, el representante Lee Zeldin (R-N.Y.), principal contendiente de Houchul en la carrera por la gobernación, argumentó que su decisión de poner fin a estos poderes debería haberse producido hace mucho tiempo.
«Esto debería haber ocurrido hace MUCHO tiempo», escribió Zeldin en Twitter.
Además, señaló las acusaciones de que Hochul firmó un contrato de 600 millones de dólares para las pruebas por COVID caseras con Digital Gadgets, mientras que el CEO de la compañía contribuyó con más de 300,000 dólares a su campaña. La información fue cubierta por The Times Union el 8 de septiembre. Según el medio de comunicación, el precio ofrecido por la empresa casi duplicaba el de sus competidores.
«Con este poder, suspendió las leyes de licitación de Nueva York y concedió un contrato de pruebas de COVID de más de 600 millones de dólares a uno de sus principales donantes», declaró Zeldin.
Mientras tanto, Barclay se unió a otros republicanos para pedir una audiencia pública sobre el cuestionado contrato.
«Me uno a mis colegas republicanos para pedir una audiencia pública que aborde el despilfarro de los dólares de los contribuyentes en la emergencia de COVID-19», escribió.
Hochul ha rechazado repetidamente la narrativa de que sus donantes de campaña afectaron a su decisión sobre el gasto presupuestario.
«Sabía que para que los niños volvieran a la escuela a finales de diciembre, principios de enero, tenía que acumular un gran número de kits de pruebas y lugares de vacunación», dijo Hochul el lunes. «Todas esas facultades eran necesarias en ese momento».
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