La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul (demócrata), promulgó seis leyes el 13 de junio para ampliar la protección legal a los proveedores de servicios de aborto y a las mujeres que buscan abortar, esencialmente convirtiendo al estado en un «santuario del aborto» ante la posible derogación del fallo Roe vs Wade.
«Las mujeres de Nueva York nunca se verán sometidas a embarazos impuestos por el gobierno», dijo Hochul en una conferencia de prensa, junto a la líder de la mayoría del Senado estatal, Andrea Stewart-Cousins, el presidente de la Asamblea, Carl Heastie, y varios proveedores de abortos y activistas pro-aborto. «Hoy, estamos tomando medidas para proteger a nuestros proveedores de servicios de las acciones de represalia de los estados antiabortistas y garantizar que Nueva York siempre será un puerto seguro para quienes buscan atención sanitaria reproductiva».
El paquete legislativo permitirá que los proveedores de servicios de aborto presenten quejas contra cualquier persona que los demande o presente cargos en su contra y prohibirá que los tribunales estatales cooperen con investigaciones civiles y penales fuera del estado sobre los proveedores de servicios de aborto.
Las leyes también prohibirán las acusaciones de mala conducta profesional contra los proveedores, prohibirán que las compañías de seguros de mala praxis médica tomen medidas contra los proveedores y permitirán que los empleados, pacientes, voluntarios y familiares directos de los proveedores de abortos se inscriban en el programa de confidencialidad de direcciones del estado.
Hochul también le ordenó al Departamento de Salud del Estado de Nueva York que “emita un informe que examine las necesidades de salud y recursos no satisfechos que enfrentan las mujeres embarazadas en Nueva York” y el impacto de los centros de embarazo de “servicio limitado”.
Según la decisión de 1973 en Roe vs Wade, los 50 estados deberían permitir el controvertido procedimiento durante al menos el primer trimestre del embarazo bajo el llamado «estándar de viabilidad».
Los republicanos y los activistas provida han dicho durante mucho tiempo que la decisión es una violación a los derechos de los estados y han trabajado diligentemente para que se revoque el caso.
Un borrador de opinión de la Corte Suprema, filtrado recientemente, señaló que la mayoría conservadora anuló la decisión de 1973. Veintiséis estados pueden restringir o prohibir la práctica una vez que haya un fallo final, que se espera que se emita en poco tiempo.
Los ánimos se han caldeado en previsión de la sentencia, con protestas previstas en todo el país y denuncias de actos de vandalismo contra centros religiosos que apoyan a mujeres en embarazo.
Según los datos disponibles más recientes del Instituto Guttmacher, una organización de políticas e investigación a favor del aborto, se realizaron aproximadamente 862,320 abortos en Estados Unidos en 2017, de los cuales 105,380 se realizaron en Nueva York. Había 252 centros de aborto en el estado en 2017.
En 2019, se realizaron 78,448 abortos en Nueva York, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Alrededor del 26 por ciento de los embarazos en Nueva York terminaron en aborto durante 2019, sin tener en cuenta los abortos espontáneos. Casi el 9 por ciento de todos los abortos que tuvieron lugar en el estado se realizaron a residentes que venían de afuera del estado.
Según datos de 2017 del Departamento de Salud estatal, de los 77,810 abortos realizados ese año, 26,644 se realizaron en mujeres negras, 18,100 en mujeres blancas y 17,886 en mujeres hispanas.
Masooma Haq y Steve Lance contribuyeron a este artículo.
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