La Casa Blanca de Biden anunció el 28 de julio que aceptará en Estados Unidos a algunos migrantes que actualmente esperan en México, para reasentarlos como refugiados.
El gobierno de Biden «se comprometerá a aceptar reasentamientos de refugiados de personas cualificadas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que ya se encuentran en México», declaró en un comunicado el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.
Quienes puedan entrar en Estados Unidos con el estatuto de refugiado podrán recibir asistencia gubernamental y tendrán la oportunidad de solicitar la residencia permanente y, con el tiempo, la ciudadanía.
México anunció el 26 de julio que establecerá un centro de servicios que ofrecerá empleo y reasentamiento a personas de los cuatro países. Dijo que el centro estará en la frontera sur de México con Guatemala, pero no especificó dónde ni cuándo abriría.
El nuevo centro «que brinde servicios de refugio, y a la vez opciones de empleo, ‘conectar esta migración con los grandes proyectos que se están haciendo en el sur-sureste'», dijo la secretaría de Relaciones Exteriores de México en un comunicado.
México está construyendo una línea de tren turístico, una serie de parques industriales, una refinería de petróleo y otros proyectos en la zona.
Cuando el gobierno estadounidense empezó a exigir a los migrantes que solicitaran asilo por Internet o desde sus países de origen, muchos de ellos ya habían iniciado el viaje hacia la frontera estadounidense y se encontraban en México. El centro mexicano está destinado a atender a estas personas.
El Sr. Sullivan se refirió al centro de servicios como un «espacio internacional multifunción».
El gobierno de Biden introdujo en los últimos meses nuevas políticas para conceder libertad condicional humanitaria durante dos años a un máximo de 30,000 personas al mes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, y para recibir permiso para trabajar durante ese periodo. Los migrantes tendrían que solicitarlo por Internet con un patrocinador económico y llegar a un aeropuerto.
No estaba claro si las remisiones aceptadas desde México tendrían que tener un patrocinador financiero.
El Sr. Sullivan no dio detalles sobre cómo funcionarían las remisiones de reasentamiento de refugiados ni sobre cuántas personas serían aceptadas en el programa estadounidense de reasentamiento de refugiados.
«Vías de migración legal»
Se trata del último esfuerzo del gobierno de Biden para «ampliar el acceso a vías de migración seguras, ordenadas y legales», dijo el Sr. Sullivan, añadiendo que se anima a los migrantes «a utilizar estas vías legales en lugar de poner sus vidas en manos de peligrosos contrabandistas y traficantes».
«De acuerdo con nuestras leyes, quienes intenten entrar ilegalmente en Estados Unidos seguirán enfrentándose a fuertes consecuencias, incluida la expulsión, el posible procesamiento penal y la prohibición de volver a entrar», añadió.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, afirmó recientemente que su gestión de la frontera suroeste de Estados Unidos ha sido un éxito.
«Nuestro planteamiento de gestionar la frontera de forma segura y humana —incluso dentro de nuestro sistema de inmigración fundamentalmente roto— está funcionando», declaró en una audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes el 26 de julio.
Y añadió: «Las entradas ilegales entre puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste han disminuido sistemáticamente en más de la mitad en comparación con el pico alcanzado antes del final del Título 42».
Críticas
Los legisladores republicanos han criticado al gobierno de Biden por desviar a los inmigrantes a diversos programas de libertad condicional, lo que, según ellos, constituye un abuso de la autoridad de libertad condicional.
También han criticado a la administración por su política en torno a la aplicación CBP One, a través de la cual los migrantes pueden reservar citas en los puertos de entrada a EE. UU. para solicitar asilo.
El representante Tom McClintock (R-Calif.) dijo el 26 de julio en la audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes que millones de personas están en Estados Unidos ilegalmente, independientemente de cómo defina el Sr. Mayorkas su entrada.
«En lugar de llevarlos a la frontera sur, los está llevando directamente a los puertos de entrada», dijo el Sr. McClintock.
El CBP One es para personas de cualquier nacionalidad que soliciten asilo en el centro y norte de México y que entren en Estados Unidos por tierra. Si los migrantes quieren solicitar asilo, deben reservar una cita a través de la aplicación y presentarse a la cita en los puertos de entrada a Estados Unidos. Si no tienen cita, serían rechazados.
El Sr. McClintock dijo que la afluencia de personas en la frontera no ha disminuido, y señaló que la aplicación CBP One «permite a los migrantes eludir la frontera sur y entrar directamente en los puertos de entrada de Estados Unidos».
Aprovechándose de CBP One
Un dirigente sindical de la Patrulla Fronteriza estadounidense declaró a The Epoch Times en mayo que se está entrenando a inmigrantes ilegales para que retiren voluntariamente sus solicitudes de asilo, regresen a México y luego intenten entrar en Estados Unidos por motivos humanitarios.
Manny Bayon, portavoz del sindicato National Border Patrol Council en San Diego, declaró a The Epoch Times que, según el CBP One, se anima a los inmigrantes ilegales a que abandonen sus solicitudes de asilo y soliciten en su lugar «libertad condicional humanitaria» para que «parezca que entran legalmente».
Aunque parezca que los «inmigrantes ilegales entrantes» están siendo deportados a México, en realidad están retirando sus solicitudes de asilo, yendo a México, y luego volviendo a Estados Unidos legalmente a través de un puerto de entrada estadounidense utilizando CBP One, dijo.
Erin Heeter, portavoz del DHS, dijo anteriormente a The Epoch Times por correo electrónico que a partir del 1 de junio, las citas de CBP One habían aumentado de 1000 a 1250 al día, lo que equivale a unas 30,000 a 37,500 citas al mes.
Con información de Samantha Flom, Michael Clements, Brad Jones y The Associated Press.
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