La Casa Blanca advirtió el lunes que el inminente cierre del gobierno podría perjudicar las órdenes de la Administración Biden por el COVID-19.
El Congreso tiene de plazo hasta finales de septiembre para aprobar la legislación que evite el cierre, ya que republicanos y demócratas han tenido dificultades para llegar a un acuerdo sobre una serie de medidas. Los cierres del gobierno, que generalmente no duran más de un mes, pueden causar la interrupción de los programas y servicios del gobierno federal, sin limitarse a cerrar los parques e instituciones nacionales, algunos programas del Departamento de Defensa y los programas que se financian por medio de leyes en lugar de legislación de asignación anual.
Como resultado, algunas medidas de salud pública podrían verse afectadas debido al cierre, dijo el lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
«Nunca es bueno que el gobierno cierre, y por eso estamos haciendo todo lo posible para evitar que eso ocurra», dijo Psaki en respuesta a una pregunta.
Una serie de operaciones de salud pública continuarían en medio de un cierre, dijo, diciendo que «la mayor parte del trabajo de salud pública estaría exento de un cierre del gobierno (…) pero eso no cambia el hecho de que tener los servicios cerrados, el recorte de personal en diferentes agencias, es parte del interés de abordar cualquier crisis que enfrentamos, incluyendo la pandemia».
«Entonces, ¿seguirán trabajando al 100% cuando se trate de la respuesta a la pandemia, o cuál es la preparación para ello?», continuó diciendo Psaki, añadiendo que la administración ha hecho «planes de contingencia» no especificados. «De nuevo, los funcionarios de salud pública, en su mayor parte, estarían exentos, pero los cierres del gobierno también son enormemente costosos».
Los despidos podrían afectar al 62% de los empleados de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la agencia sanitaria federal que está en el centro de las órdenes de la Administración Biden sobre la vacuna COVID-19 y el uso de mascarillas, según un plan de cierre de la agencia obtenido por Reuters.
La Cámara de Representantes y el Senado tienen hasta la medianoche del jueves para aprobar una resolución de continuidad que evite el cierre. El gobierno de Biden ha emitido una serie de memorandos en los que pide a los legisladores que aprueben la resolución, así como que aprueben un proyecto de ley que eleve o suspenda el límite de la deuda antes de que Estados Unidos entre en impago a mediados de octubre.
Advirtiendo que la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones fiscales expirará el próximo mes, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, escribió una carta a principios de este mes al Congreso instando a los legisladores a actuar. Este escenario, dijo, nunca ha ocurrido en la historia de EE. UU., y si ocurriera, «causaría un daño irreparable a la economía estadounidense y a los mercados financieros mundiales».
Algunos analistas han dicho que se perderían hasta seis millones de puestos de trabajo debido a un impago de Estados Unidos, mientras que el gobierno de Biden ha advertido que podría desencadenar una recesión.
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