La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha anunciado que planea rescindir la prohibición al uso del pesticida clorpirifos, que se ha relacionado con múltiples problemas de salud, incluidos problemas de aprendizaje y trastornos del comportamiento en los niños, en algunos casos, tras un fallo de un tribunal de apelaciones.
La EPA dijo en una actualización del 18 de diciembre que no impugnaría el fallo del tribunal de apelaciones y propondría «rápidamente» una nueva regla para prohibir todos los usos del pesticida excepto 11 a los que se hace referencia en el fallo judicial que se utilizan para la alfalfa, manzanas, espárragos, cerezas, cítricos, algodón, melocotones, soja, fresas, remolacha azucarera y trigo, que representa poco más de la mitad del uso total de clorpirifos.
«Tras la emisión del mandato del Octavo Circuito (que no ha ocurrido hasta la fecha de esta actualización), todas las tolerancias de clorpirifos automáticamente entrarían en vigor una vez más», dijo la EPA. «De conformidad con el fallo del Octavo Circuito y después de la emisión del mandato, la EPA tiene la intención de emitir inmediatamente un aviso corrigiendo el Código de Regulaciones Federales para reflejar el restablecimiento de las tolerancias de clorpirifos por parte del tribunal».
El clorpirifos es un pesticida que se ha utilizado ampliamente en hogares y granjas desde 1965. En los hogares, se usaba para controlar cucarachas y pulgas, entre otros insectos, antes de que se prohibiera su uso en interiores en 2001.
En la granja, el pesticida se utiliza para controlar las garrapatas en el ganado y como aerosol para controlar plagas en diversos cultivos y productos.
También se utiliza en entornos no agrícolas, como campos de golf.
El clorpirifos, miembro de la familia de los organofosforados, ha sido clasificado por la EPA como un posible carcinógeno humano.
En altas concentraciones, el pesticida puede producir diversos efectos en el sistema nervioso, incluidos temblores musculares severos, convulsiones, pérdida del conocimiento (coma) o la muerte, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La EPA prohíbe el clorpirifos
La EPA prohibió el uso del pesticida en 2021, sosteniendo que hacerlo garantizaría que los niños, los trabajadores agrícolas y otras personas estén protegidos de las consecuencias potencialmente peligrosas del pesticida.
Esa prohibición se produjo tras una exitosa impugnación legal por parte de la organización sin fines de lucro Earthjustice en nombre de organizaciones de salud pública, laborales, de trabajadores agrícolas y de discapacidad, obligando a la EPA a proteger a los niños del clorpirifos.
Sin embargo, la prohibición fue cuestionada por grupos agrícolas que temían que no hubiera una alternativa viable para proteger algunos de sus cultivos.
En noviembre, un fallo del Tribunal de Apelaciones del Octavo Circuito anuló la prohibición, afirmando que la EPA no había considerado si había casos en los que el pesticida podía usarse de manera segura.
«La decisión del Octavo Circuito declaró que la EPA debería haber considerado la modificación de las tolerancias además de la revocación completa y señaló que la Agencia había ‘identificado 11 candidatos específicos’ de usos de cultivos alimentarios y forrajeros cuyas tolerancias podrían modificarse de esa manera en una Decisión Interina Preliminar emitida por la EPA en 2020», continuó la agencia. «En consecuencia, la Agencia espera proponer rápidamente una nueva regla para revocar las tolerancias asociadas con todos menos los 11 usos a los que hace referencia el tribunal».
Retrasos en el desarrollo y trastornos
La EPA señaló que tiene la intención de evaluar más a fondo los usos y restricciones del clorpirifos en los alimentos en el futuro.
«El clorpirifos aún está bajo evaluación en la revisión de registro, un programa que reevalúa todos los pesticidas en un ciclo de 15 años», señaló la agencia. «La revisión del registro garantiza que los pesticidas no causarán efectos adversos irrazonables cuando se usen de acuerdo con las instrucciones y precauciones de la etiqueta, y que exista una certeza razonable de que no causarán daños por exposición dietética y residencial».
Earthjustice, la organización que presentó una demanda que finalmente condujo a la prohibición inicial del clorpirifos, dijo que la última propuesta de la EPA significa que un puñado de compañías químicas, que inicialmente desafiaron la prohibición de la EPA sobre el clorpirifos, ahora pueden vender nuevamente el «pesticida tóxico», a pesar de estar relacionado con problemas de aprendizaje y trastornos del comportamiento en los niños.
El grupo señaló que incluso pequeñas exposiciones al clorpirifos pueden causar «daño irreversible» al cerebro en desarrollo de los niños, lo que en algunos casos resulta en autismo e hiperactividad.
Según el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas, se ha informado que los niños que están expuestos al clorpirifos tienen más retrasos y trastornos en el desarrollo que aquellos que no están expuestos al pesticida, incluidos más trastornos por déficit de atención e hiperactividad.
«El daño causado por el clorpirifos es generacional: Los niños no pueden recuperarse en el desarrollo cerebral y los envenenamientos agudos tienen un efecto acumulativo en la salud a largo plazo de los trabajadores agrícolas y sus familias. Buscar la justicia ambiental significa proteger a los niños y a las familias de los trabajadores agrícolas; la EPA debería actuar en consecuencia», dijo Noorulanne Jan, abogada asociada de Earthjustice.
Mimi Nguyen Ly contribuyó a este artículo.
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