La Administración de Biden suspendió el martes los arrendamientos de perforación de petróleo y gas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico de Alaska a la espera del resultado de una revisión del impacto ambiental, revirtiendo una política que el expresidente Donald Trump inició justo antes de dejar el cargo.
El presidente Joe Biden, en su primer día en el cargo en enero, impuso una prohibición temporal a los nuevos arrendamientos en el refugio de vida silvestre. Pero el martes, la secretaria Deb Haaland emitió un memorando (pdf) en el que decía que las actividades en la región debían detenerse a la espera del análisis.
«Esta orden entra en vigor inmediatamente», decía el memorándum de Haaland, «y permanecerá en vigor hasta que sea modificada, sustituida o revocada, lo que ocurra primero».
El Departamento del Interior, según su memorándum, llevó a cabo una revisión que «identificó múltiples deficiencias legales en el registro subyacente que respalda los arrendamientos», que dijo que eran el «análisis insuficiente de la administración anterior de acuerdo con la Ley Nacional de Política Ambiental (…) incluyendo el fracaso para analizar adecuadamente una gama razonable de alternativas en la declaración de impacto ambiental».
En enero, Trump emitió contratos de arrendamiento por 10 años en más de 430,000 acres de tierra del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, y él y otros funcionarios de la administración anterior habían argumentado que era parte de su plan para hacer que Estados Unidos fuera energéticamente independiente. Sin embargo, la batalla sobre la perforación en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico se remonta a la Administración Clinton, cuando el expresidente Bill Clinton vetó en 1995 un plan republicano para permitir la perforación en la región remota.
La senadora Lisa Murkowski (R-Alaska) describió la medida de suspender las perforaciones como «no inesperada, pero sí inaceptable».
«Esta acción no tiene otro propósito que obstruir la economía de Alaska y poner en gran riesgo nuestra seguridad energética», dijo en un comunicado. «Los habitantes de Alaska se han comprometido a desarrollar nuestros recursos de forma responsable y han demostrado al mundo nuestra capacidad para hacerlo de forma segura».
El gobernador republicano de Alaska, Mike Dunleavy, describió la medida como un «ataque a la economía de Alaska» que equivale a una «extralimitación federal».
«Clausurar nuestras tierras no era lo que William Seward pretendía cuando se fundó Alaska y no vamos a permitir que la Administración Biden convierta Alaska en un gigantesco parque nacional», dijo, refiriéndose a Seward, secretario de Estado de EE. UU. entre 1861 y 1869 y que negoció la compra de Alaska en 1868.
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