El Gobierno de Argentina anunció hoy que otorgará una beca educativa a los hijos, con hasta 25 años de edad, de los marineros que viajaban en el submarino de la Armada ARA San Juan al momento de su desaparición en el océano Atlántico, el pasado 15 de noviembre, informaron hoy fuentes oficiales.
El Ejecutivo formalizó esta decisión a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, con las firmas del presidente, Mauricio Macri; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; y los ministros de Desarrollo Social, Carolina Stanley; Defensa, Oscar Aguad, y Educación; Alejandro Finocchiaro.
El texto destaca que las becas serán «no remunerativas e intransferibles» y estarán destinadas a «solventar los gastos» que demande la educación en los niveles preescolar, primario, secundario y superior, que se imparten en establecimientos de enseñanza nacionales, provinciales o municipales.
«Por vía de excepción, cuando circunstancias especiales así lo requieran, podrán destinarse a institutos privados con reconocimiento oficial», añade la resolución.
Asimismo, especifica que los hijos de los 44 tripulantes deben tener entre 3 y 25 años inclusive para disfrutar de las becas, que tendrán una vigencia anual prorrogable anualmente, «en cuanto se acredite la continuidad de los estudios».
Se establece también que los montos anuales a pagar se efectuarán en un máximo de 10 cuotas mensuales y consistirán en un porcentaje del salario mínimo vigente a la fecha de pago para cada nivel educativo.
El decreto especifica que los marineros «resultan mayoritariamente ser el principal sostén económico de sus familias» las que «en muchos casos, se encuentran integradas por hijos en edad escolar».
Por otro lado, al tiempo que se remarca que el Estado ha dado «continuas muestras» de su» inquebrantable compromiso» para el reconocimiento a los tripulantes por su sacrificio «al servicio de la defensa nacional», establece que ante la situación que atraviesan los familiares «resulta pertinente brindarle asistencia económica para permitir el desarrollo educativo de los hijos».
El ARA San Juan desapareció, sin dejar rastro, el 15 de noviembre de 2017, cuando volvía hacia su base de Mar del Plata de realizar unos ejercicios militares en Ushuaia, en el sur del país.
A pesar del fuerte operativo internacional que se desplegó en los días sucesivos y durante varios meses, no se consiguió dar con su paradero.
Organismos internacionales identificaron una explosión en la zona donde se reportó por última vez el submarino, cuyo comandante había alertado, en sus últimas comunicaciones, de un «principio de incendio» por la entrada de agua en el compartimento de baterías, un problema que según la Armada había sido solucionado.
Este lunes se vivieron momentos de fuerte tensión en la comisión parlamentaria en la que -de forma paralela a la Justicia- se investiga lo ocurrido con el submarino.
Ante decenas de familiares de los tripulantes y diversos legisladores, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, defendió ante el Congreso el accionar del Ejecutivo ante la desaparición del submarino y reiteró que se seguirá trabajando hasta encontrarlo, mientras que las familias se mostraron «decepcionadas» por el proceder del Gobierno respecto al operativo de búsqueda.
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