El exdirector de la CIA, John Brennan, acusó el martes en la noche a la administración Trump de desclasificar selectivamente los registros de la agencia para obtener beneficios políticos.
El director de Inteligencia Nacional (DNI) John Ratcliffe, bajo la dirección del presidente Donald Trump, publicó el martes dos páginas de notas escritas a mano (pdf) con varias partes tachadas, tomadas por Brennan en una sesión informativa que brindó al presidente Barack Obama a fines de julio de 2016.
Las notas de Brennan describen una intercepción de la inteligencia rusa que afirma que Hillary Clinton aprobó un plan para provocar un escándalo sobre el entonces candidato Donald Trump al vincular la campaña de Trump con el presunto hackeo ruso del Comité Nacional Demócrata.
Junto a las notas, el DNI publicó un memorando de tres páginas (pdf) con varias partes tachadas, fechado el 7 de septiembre de 2016, de la CIA al FBI, que decía que el plan de Clinton estaba destinado a distraer al público del escándalo del correo electrónico de Clinton.
La gran mayoría de ambos documentos fueron tachados antes de su publicación, lo cual hace imposible determinar el contexto completo de las partes publicadas.
«Es espantosa su desclasificación selectiva de información que claramente está diseñada para promover los intereses políticos de Donald Trump y los republicanos que están alineados con él», dijo Brennan a CNN el 6 de octubre.
“Estas fueron mis notas del período de 2016 cuando informé al presidente Obama y al resto del equipo del Consejo de Seguridad Nacional sobre lo que estaban haciendo los rusos y estaba dando ejemplos del tipo de acceso que la comunidad de inteligencia estadounidense tenía a la información rusa y de lo que los rusos estaban hablando y alegando».
Debajo de las notas de Brennan sobre el supuesto complot de Clinton, hay varios puntos agrupados bajo los títulos «POTUS», el acrónimo de presidente de los Estados Unidos, «JC», las iniciales del director del FBI James Comey, «Dennis», el primer nombre del jefe de despacho de la Casa Blanca, Dennis McDonough, y «Susan», el primer nombre de la asesora de seguridad nacional Susan Rice. La única viñeta que no está tachada corresponde al nombre de Obama y dice: «Cualquier evidencia de colaboración entre la campaña de Trump y Rusia».
La semana pasada, Ratcliffe publicó una carta (pdf) que resume los detalles sobre el supuesto complot de Clinton. El DNI escribió que Clinton aprobó el plan el 26 de julio de 2016 y que Brennan informó a Obama sobre la inteligencia a fines de julio. En los días previos al 26 de julio, los funcionarios de la campaña de Clinton insinuaron públicamente que existía un vínculo entre la campaña de Trump y Rusia.
“Si, de hecho, lo que alegaban los rusos es que Hillary estaba tratando de resaltar las conexiones reportadas entre Trump y los rusos, si, de hecho, eso era correcto—y eso es un gran si—no hay nada ilegal en eso», dijo Brennan.
“John Ratcliffe y otros están tratando de presentar esto como una actividad potencialmente ilegal que merece una investigación de seguimiento por parte del FBI. No. Fue una actividad de campaña».
El exdirector de la CIA dijo que el 7 de septiembre de 2016, la remisión de la CIA a la desclasificación del FBI por Ratcliffe fue una de las muchas pistas operativas de contrainteligencia (CIOL) que la agencia remitió a la oficina.
«Hay muchas otras CIOL que hablan sobre los contactos que habían entre personas asociadas con la campaña de Trump y los rusos», dijo Brennan. «Entonces [Ratcliffe] podría querer pensar en tratar de equilibrar algunos de estos comunicados proporcionando información al público estadounidense sobre lo que la comunidad de inteligencia había descubierto durante este período de tiempo sobre las interacciones de Rusia con los involucrados en la campaña de Trump».
La CIOL estaba dirigida a Comey y al subdirector adjunto del FBI, Peter Strzok. En su testimonio ante el Comité Judicial del Senado el 30 de septiembre, Comey afirmó no recordar haber recibido la pista.
A grandes rasgos, el supuesto plan que Clinton aprobó el 26 de julio de 2016 coincide con las denuncias presentadas en el memorando del 31 de julio de 2016 que abrió formalmente la investigación de la campaña de Trump. El memo, escrito por Strzok, describe una pista que el FBI recibió de Londres sobre una reunión entre el asesor de campaña de Trump, George Papadopoulos, y el diplomático australiano Alexander Downer. Durante la reunión, Papadopoulos supuestamente le dijo a Downer que los rusos tienen «barro» sobre Clinton.
A pesar de estar fechado, la pista de Downer solo se entregó a las autoridades estadounidenses el mismo día que Clinton presuntamente aprobó el plan para corromper la campaña de Trump. También el mismo día, el exoficial de inteligencia británico Christopher Steele redactó un memorando en el que afirmaba una extensa operación de hackeo del gobierno ruso. Steele redactó otro memorando el día antes de que Strzok abriera la investigación de la campaña de Trump, cuyo nombre en código era Crossfire Hurricane.
Los memorandos de Steele serían más tarde parte del infame expediente de Steele, que el FBI utilizó, sin la debida verificación, para obtener una orden de espionaje hacia el exasesor de política exterior de la campaña de Trump, Carter Page. La Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia descubrió que las solicitudes para la orden judicial y las renovaciones posteriores estaban plagadas de errores y omisiones importantes que implicaban a todos los funcionarios involucrados en el proceso. El exabogado del FBI Kevin Clinesmith se declaró culpable el mes pasado de un cargo de declaración falsa relacionado con un correo electrónico que falsificó como parte del proceso de solicitud de orden judicial.
Clinesmith fue el principal abogado del FBI asignado a la investigación del fiscal especial por Robert Mueller. Después de una investigación de 22 meses, Mueller no encontró evidencia de coordinación entre la campaña de Trump y Rusia.
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